Capítulo 31: Preguntas

95 4 0
                                    

Nikki lo observó en silencio. Miró detenidamente su perfil. La luz del fuego se reflejaba en sus ojos. Todavía no creía que aquel era su Francisco, su primer amor. Bajó la mirada hacia la confección de sus brazos. Era como si él estuviera hecho de hierro, parecía irrompible. Siempre había sido fuerte, pero ahora se notaba más. Él era un hombre trabajador y cada músculo que surcaba su cuerpo era muestra de ello. De repente él la miró.

-¿Por qué te fuiste así de la cocina la otra noche? -le preguntó.

Eso la tomó completamente desprevenida. Se esperaba cualquier cosa, menos esa pregunta. El estomago se le encogió. ¿Qué iba a decirle ahora? No podía decirle: ¿Sabes que, Francisco? Estaba celosa, sí,muy celosa.

Sacudió la cabeza. Pero si no le decía eso. ¿Qué cosa iba a decirle?.

-Yo... -dejó de hablar y suspiró.

-¿Tú, qué? -dijo él para que siguiera hablando.

Por alguna razón él necesitaba escuchar sus razones, para así quedarse completamente tranquilo.

-Sentí celos -dijo al fin luego de unos cuantos segundos.

Francisco la miró bien, sus ojos se abrieron más de la cuenta. ¿Qué era lo que ella acababa de decir?.

¿Celos?. Frunció el ceño y sacudió levemente la cabeza para volver a mirarla.

-¿Qué? -fue lo único que le salió decir.

Ella comenzó a mover nerviosa un pie.

-Si... me... me puse celosa... eso -no sabía de donde estaba sacando el valor para decirle aquello, pero lo estaba haciendo -Me enojé,... a decir verdad no estaba enojada, solo molesta, fue raro.

Él trató de digerir una y cada una de sus palabras. Estaba algo confundido. ¿Fueron celos o molestia?.

-¿Quién es Romel? -preguntó luego de guardar silencio por varios minutos.

Los ojos de Nikki se abrieron como platos.

-¿Cómo sabes de él? -se apresuró a preguntarle. Si había sido Matt, iba a matarlo.

-Te escuché hablando por teléfono el día que llegaste.

Ella apartó su mirada de él... La había escuchado discutiendo con Romel, entonces la había visto llorar, y decir cosas que en realidad no eran verdad.

-Romel es... mi novio -le dijo al fin.

Francisco sonrió sin ganas y volvió a tirar una ramita al fuego. Él ya sabía eso, pero escucharlo de ella fue como recibir un golpe en medio de la cara.

-¿Estás enamorada de él? -quiso saber.

Al instante ella lo miró. Hablar de esto con Francisco era lo más... extraño del mundo. No le parecía correcto, pero al parecer estaba muy interesado en saber.

-Creo... que sí -le contestó.

-Entonces lo que sentiste el otro día no fueron celos... solo incomodidad.

Ella asintió levemente. Tal vez él tenía razón y lo que había sentido cuando vio a esa chica besándolo no habían sido celos. Pero volvió a recordarlo, y la presión en su pecho volvió. Y esas estúpidas ganas de agarrar de los pelos a esa teñida también.

-¿Hace mucho que estás con... Nabila, cierto? -le preguntó.

-Si, Nabila -asintió y alzó ambas cejas mientras miraba fijamente la nada -Hace 3 años que estoy con ella.

-Oooh, que bueno -murmuró. Pero para sus adentros no era bueno. Era horrible, simplemente un asco.

-Si, es bastante tiempo.

Will Horses - Adaptada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora