My Boss's Son - Seventeen

Capitulo 14

Como si fuera magia, una oleada de frío apareció como si nada, Mingyu solo portaba un suéter delgado debido a que en la tarde había hecho calor y no había llegado a su casa desde la noche anterior. Estaba esperando a fuera del local que ya estaba cerrando, Mingyu temblaba de frío mientras la espera se hacía demasiado lenta.

Un auto color rojo, de un modelo sumamente costoso, se estacionó en frente del local, Mingyu distinguió de quien se trataba, se acercó y abrió la puerta viendo a Wonwoo con la misma ropa de antes. Se sentó en el lugar del copiloto cerrando la puerta, Mingyu soltó un suspiro.

—Dios... hace demasiado frío. –a pesar de que el ambiente del auto no era demasiado caliente, la diferencia era mucha. Wonwoo solo sonreía mirando el rostro de Mingyu.

—¿Por qué no trajiste un suéter más grueso? El pronóstico dijo que el invierno ya estaba en un abrir y cerrar los ojos. –Mingyu se recargó en el sillón con sueño.

—Anoche no llegue a casa, un amigo nos invitó a su casa a pasar el rato. –cerró los ojos, el sueño era demasiado.

—Eso explica porque tienes ojeras y aparte te estás muriendo de frío. –Mingyu sonrió aun sin abrir los ojos.– Te llevare a tu casa, ¿donde es?

Mingyu le dijo la dirección de su casa, cuando el auto avanzó había perdido la noción del tiempo, e instantáneamente cayó rendido en el respaldo, dormía mientras era llevado a su casa. Wonwoo por su parte solo se encargaba de conducir, encendió el aire climatizado poniéndolo algo cálido.

La casa de Mingyu no estaba lejos, cuando llegaron se quedó estacionado en la puerta unos minutos, quito el cinturón de seguridad y se dedicó a mirar a Mingyu con una sonrisa. ¿Realmente se había enamorado? No lo sabía, ya ha pasado tiempo desde que se interesó en tener una relación, y ahora, estaba en la puerta de la casa de Mingyu, observándolo dormir, tan lindo... Llevo una mano al rostro de Mingyu, acariciando su mejilla, pronto con suavidad toco los labios de Mingyu, aquellos que había probado y quería más.

Bajo la mirada apartando su mano, tenía algo perfecto en su vida, y temía que fuera arrebatado por segunda vez consecutiva, tenía que pensar las cosas con claridad antes de dejarse llevar por un amor imposible.

—Mingyu. –su voz grave trataba de despertar al menor, que removía sus ojos pesadamente, no quería despertar.– Kim Mingyu. –Mingyu abrió los ojos desorientando, no sabía dónde se encontraba.– Llegamos. –Mingyu notó a Wonwoo, era cierto, le había traído a su casa.

—Gracias... –murmuró tallando sus ojos.– Perdona que me haya dormido, no dormí casi nada. –Wonwoo río.

—Entra a casa y descansa. –Mingyu asintió. Soltó un suspiro, no quería irse.– ¿Que pasa?

Mingyu se acercó al rostro de Wonwoo que lo miraba fijamente, posó sus labios en los del mayor para iniciar un beso que fue correspondido. Algo lento y lleno de temor y duda, era algo prohibido, lo sabía Mingyu, pero a la vez no quería que aquello solo se quedara en un 'tal vez', quería hacerlo realidad, quería experimentar algo nuevo, quería romper aquello que era prohibido, meterse en la boca del lobo y salir herido, quería a Wonwoo, lo quería a él y a la vez, Wonwoo compartía el mismo sentimiento, que a pesar de que podría hacerle daño lo quería tener como alguien egoísta, y es que, ¿quien dejaría que su felicidad se fuera de sus manos? Su vida siempre fue un engaño, y quería liberarse, y ese beso le confirmaba que tan dispuestos estaban los dos para arriesgar su destino y enfrentar a una maldición.

Mingyu se separó rompiendo con el beso, ambos mirando fijamente a los ojos del otro, ninguno decía nada, sus miradas lo decían todo. Ese 'tal vez' se había convertido en un 'si' total, llenando a ambos con una profunda felicidad que querían disfrutar. Wonwoo se acercó dejando un casto beso en los labios de Mingyu.

—Entra a casa sino quieres volver no dormir. –le ordenó a Mingyu con un tono de preocupación.

—Sí, jefe, voy en este momento. –Mingyu quito el cinturón de seguridad, y abrió la puerta del auto de Wonwoo.

—Mañana quiero verte.

—¿Puntual? –Wonwoo negó.

—Quiero verte como Mingyu, no como mi empleado. –Mingyu sonrió ante aquello, y salió del auto de Wonwoo cerrando la puerta, Mingyu entró a su casa sin antes despedirse de Wonwoo desde lejos, quien le correspondió.

Asegurándose que Mingyu entrara, volvió a ponerse el cinturón y encender el auto camino a su casa.

En el comedor de su casa, estaba su madre, con la cena lista. Dejó sus cosas en la sala y se sentó a comer, ambos, comenzaron una plática hablando sobre lo que había sucedido en su trabajo, agradecía que su madre fuera como su mejor amiga, ella estaba igual de emocionada al saber que su hijo había encontrado a quien amar.

Y para Wonwoo, tener eso nunca fue posible...