Capítulo 04

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Seungcheol había llegado a un restaurante lujoso, donde allí esperaba la persona con quien se encontraría. Él no buscaba interés en las personas, no quería ni su dinero, ni la belleza de esa persona. Su interés a las cosas humildes nacieron por parte de su madre, lamentablemente, a la de edad de dieciséis años, su madre decidió divorciarse de su padre y casarse con un adulto de clase media. A Seungcheol nunca le importó la decisión que tomará su madre, pero decidió hacer lo que si padre dictaba. Si tenía que salir a citas con chicas lindas, lo haría solo por complacerlo. De igual modo, terminaba con ellas a la semana por "falta de tiempo" o "interés".

Había bajado del auto en dónde se transportaba, color negro y parecía totalmente cuidado. Cerró la puerta del auto, y caminó a la entrada del lugar. Buscó por todas partes a quien sería su cita, y al encontrarla, se acercó a ella para entablar una conversación. La mujer era linda, cabello largo y negro, se veía totalmente cuidado. Tenia un collar de oro con una letra, –quizá correspondía a su nombre–, dedujo Seungcheol. En su muñeca izquierda, se encontraba un reloj muy lujoso, color rosa, su vestido era uno de color azul marino, y portaba un maquillaje ligero.

—¿Choi Seungcheol? –preguntó la chica, observando a Seungcheol, completamente distinto a ella, el portaba una atuendo más para una fiesta en un antro, una chaqueta negra, con una playera del mismo color sin estampado, un collar con letra "J", y unos jeans negros.

—¿Tú eres...? –había olvidado completamente el nombre de su cita, quizá realmente no le tomó importancia y tan solo no se lo aprendió.

—Soy Sara Kim –extendió su mano para saludarlo, Seungcheol solo ignoró el saludo, y prefirió hacer una reverencia. La había descartado como posible cita.

—Señorita Kim, es un gusto conocerla. –hizo una sonrisa amigable, esas que le caracterizaban por cómo es. La mujer tenía una mirada fría y un poco dudosa de lo que estaba pasando, pronto, en un abrir y cerrar de ojos, Seungcheol volvió a una mirada de seriedad.– ¿Pedimos algo de comer?

Ambos caminaron a la barra para pedir un tipo de vino y comenzar la conversación. Seungcheol hacía esto repetidas veces, tomar vino, comer un postre, platicar sobre interés común y después rechazar todo, quizá sería porque en su pensamiento había otra persona, su corazón tenía dueño y aunque se negara de amarlo, lo hacía y le gustaba esa sensación.

Por otra parte, Jihoon se despedía de Jeonghan que lo había acompañado hasta casa, cerró la puerta una vez que el mayor había comenzado a ir a su propia casa. Jihoon soltó un suspiro en ese momento. Subió a su habitación quedándose de pie sobre el espejo, mirando su cabello rubio recién colorado, tal vez no era su gusto pero debía admitir que había mejorado su rostro. Jugó con su cabello para encontrar el peinado que hiciera relucir su belleza, por el espejo divisó un mueble, recordó que ahí dejó algo valioso. Caminó hacía aquello, abrió el primer cajón dejando ver sus playeras revueltas, revolvió aquellas prendas buscando una pequeña caja negra. Su rostro comenzó a iluminarse con una sonrisa al encontrar la caja, la abrió y un pequeño dije de una letra 'S' apareció, un collar que tomó entre sus dedos dejando la caja en el mueble, caminó de nuevo al espejo poniendo aquel collar sobre su cuello. En ese momento, era perfecto, y ansiaba para volver a encontrarse con quien sus pensamientos eran consumidos por completo. 


Mingyu se encontraba sentado en frente de su computadora, viendo fotos y artículos relacionados con Wonwoo, aquel chico que aun estaba en su mente, se enteró de varias cosas, que su madre había fallecido cuando era pequeño, su padre, se había casado con otra mujer, que asistía a cada conferencia de la empresa de su padre, y lo mas importante, los un millón de escándalos con mujeres famosas y no famosas. Esa parte prefirió omitirla.

—Soy un estúpido. –murmuró.

Se recargó en la silla estirándose por completo, sus pensamientos estaban revueltos, porque se había enamorado a primera a vista del chico más arrogante, y ahora tenía miedo de salir herido.

Apagó la computadora, tomando su celular, anteriormente había revisado la página oficial del lugar donde trabajaba, analizando cada producto que vendían para familiarizarse, no sin antes tomar en cuenta las palabras de Jeonghan. ¿Cómo carajos distinguía la base del corrector? No le gustaba el maquillaje, pero siendo un lugar donde venden productos de belleza, —en su mayoría perfumes—tenía la tarea de saber para que sirve cada cosa.


El fin de semana había pasado, estaba listo para ir a su primer día de trabajo, su turno comenzaba en la mañana, se levantó temprano y comenzó arreglarse, iba algo casual, una playera negra con un estampado rojo, pantalones negros y uno tenis del mismo color. Salió de su casa con algo de tiempo, le habían citado desde principio para mostrarle las áreas con las cuales se tenía que familiarizar, escuchaba música con los audífonos puesto durante su trayecto. Al llegar al lugar, lo primero que vio, era a la Señora Kim dando ordenes a tres mujeres que estaban con una vestimenta formal, ¿había llegado tarde? Tragó en seco, caminó lo mas normal que pudo hasta encontrarse con la mujer. 

—¡Mingyu! Que bueno que llegas.

—Perdón por el retraso. –hizo una reverencia.

—No, estás bien, conoce a Sooyoung, a Jimin y a Seungyu, son tus compañeras de turno. –Mingyu hizo una sonrisa amigable, dandose cuenta de la penetrante mirada de Jimin hacía él. Incomodo, pensaba.– Por ahora no harás mucho, solo ponte esta camisa y este chaleco, la vestimenta es pantalón negro, camisa blanca y el chaleco negro, si algo de ello no te queda vienes conmigo para cambiarte las prendas. –Mingyu asintió tomando las cosas en sus manos.– Atrás están los vestidores.

Mingyu caminó a la parte trasera del lugar, abriendo la puerta, cerró la puerta con la mirada en sus cosas, y cuando levantó la mirada ahí estaba. El chico arrogante con una mirada sería, la camisa blanca abierta dejando ver su abdomen plano, tenía musculo pero apenas y su abdomen era marcado. Mingyu se sonrojó en ese momento desviando la mirada.

—Lo siento, no sabía que estaba ocupado...

—Es mi culpa. –su voz, oh por dios, su bendita voz, tan grave, Mingyu ya estaba cavando su tumba.– Debí meterme en uno de los cubículos. –su voz era seria, terminaba de abrochar los botones de la camisa, con ellos, Mingyu pudo respirar.

—Con permiso.

—Eres nuevo, ¿cierto? –Mingyu ya había comenzado a caminar ignorando a Wonwoo, pero la pregunta le hizo detener. Asintió.– Bien, entonces espero un duro desempeño de ti. –la plática finalizó ahí.

Wonwoo acomodó la camisa, para luego tomar su chaleco y ponérselo. Mingyu se encerró en uno de los cubículos del vestidor, comenzando a sentir que sus piernas temblaban, no se tranquilizó hasta que escuchó la puerta del lugar abrirse y cerrase.

My Boss's Son - SeventeenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora