Capítulo 4
Me moví con la mayor rapidez posible, concentrada en todo momento para no dejar ningún tipo de rastro, el lugar parecía estar dentro de un campo invisible que los aísla del resto. Hay alrededor de seis magos de bajo nivel y dos con la energía tan alta que podrían ser una verdadera amenaza.
Adentrándome en una habitación un tanto desordenada, pero cargada de magia, me vi frente a frente con aquel mago que tanto ha molestado, su cabello negro llegaba a cubrir un poco por la mitad de su espalda, sus ojos verdes estaban fijos en lo que parecía ser un pergamino. No era un simple trozo de papel, incluso desde donde estaba podía sentir la energía que desprendía, las palabras ahí grabadas tenían un orden extraño, claramente no era un idioma que podría reconocer... pareciera estar cifrada. Sin poder quedarme mucho más tiempo, grabé en mi memoria algunos de los símbolos que estaban presentes en las esquinas y lo que pude identificar como una palabra. Tuve que salirme de la casa hasta un lugar aislado, volver es un poco más complicado y si bien no deja un rastro en sí, si puede notarse un pequeño cambio en la energía del lugar.
Al verme de nuevo en mi estudio, me apresure tanto a dibujar lo símbolos como escribir aquella palabra. El resto del día me dedique a buscar algo en el libro, con una sola frase sonando en mi mente "recuerda que eres mi hija". En primer lugar ¿Quién es exactamente? Es decir, todo en ella indica que es Selene, la diosa de la luna, pero ¿Es posible que sea hija de una diosa? Más bien, ¿Cómo podría?
Hay muchas cosas que no logro comprender de mi propia historia, pero lo que sí sé es que quiero cuidar de mi familia, de mi manada y de la relación que tenemos con Killiam.
-Vamos a reforzar la seguridad, también quiero que dos equipos de tres se turnen para vigilar el pueblo-Killiam comenzó a dar indicaciones a medida que repartía lo que parecía ser una lista- asegúrense de tener todo esto antes de salir, no queremos accidentes.
Los lobos mostraban una expresión seria y segura, pero podía sentir en el ambiente cierto miedo, no se sentían seguros después de lo ocurrido y no había forma de culparlos por ello. Antes de que fueran a tomar sus puestos, me tome el trabajo de recitar un hechizo de protección para cada uno, dándoles así un poco más de seguridad y con ello cierto alivio que se dibujaba en sus rostros. Killiam estaba repleto de trabajo, no solo es esto sino las reuniones con alfas aliados y por si fuera poco la presión de los mayores que insisten en tomar medidas mayores. Esta vez no puedo ayudarlo, al menos no por ahora. Apenas logre despedirme con un ligero beso antes de que volviera a estar tras una pila de trabajo.
Algunos lobos y niños que aún no tenían participación activa, eran los únicos que hacían ruido en el extenso lugar, varios estaban ayudando a reconstruir las casas quemadas. El panorama no era el mejor, definitivamente hubo tiempos mejores.
Tengo una sola idea clara y fija en este momento: debo rearmar un campo de protección más resistente. Hacer esto podría ser complicado, más cuando creí que el que había hecho era lo suficientemente poderoso como para protegerlos. El libro podría tener algún hechizo, pero esta vez algo me dice que debo seguir a mi instinto.
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La Magia del Invierno
RomanceSegunda parte de "El invierno en tus ojos" Nubia y Killiam comenzaron su flamante vida de recién casados, con una manada que dirigir y peligros más allá de los enfrentados hasta el momento. La oscuridad tiene muchas formas de presentarse. ¿Podrán e...