Segunda parte de "El invierno en tus ojos"
Nubia y Killiam comenzaron su flamante vida de recién casados, con una manada que dirigir y peligros más allá de los enfrentados hasta el momento.
La oscuridad tiene muchas formas de presentarse.
¿Podrán e...
-Encárgate de la decoración, dile a Carla que no olvide de mandar las invitaciones-comenzó a decir Killiam sin levantar la vista de los papeles sobre el escritorio.
-Claro alfa-respondió su joven asistente, un chico muy agradable y con una encantadora curiosidad por la magia- con permiso.
Le dedique una sonrisa y me aseguré de cerrar la puerta tras él, Killiam seguía metido en esos papeles, estos días estuvo trabajando más rápido es casi como si quisiera acelerar todo para tener tiempo libre.
-¿Cuánto tiempo más vas a seguir así?
-Tengo que terminar esta carpeta, de esa forma podré estar libre para el fin de semana-murmuro en un tono apenas audible, estoy segura de que ni siquiera lo pensó.
Dibuje un par de palabras en mi cabeza y a los pocos segundos todos esos papeles desaparecieron, haciendo que me ganara una mirada entre sorprendida y asustada de mi querido esposo, la primera desde que llegamos en la mañana, a decir verdad.
-¿Podrías devolverme los papeles?
-Déjame pensarlo... no.
Di la vuelta al escritorio y me senté sobre su regazo, teniendo acceso total a esa cara malhumorada que se cargaba, la cual no le duró mucho pues un par de besos en sus mejillas cambió todo el panorama y enseguida relajó su expresión.
-Si sabes que no debes tomártelo tan a pecho ¿No? Todavía nos quedan unos días para la ceremonia.
-Lo sé, pero quiero tener todo el tiempo posible disponible para estar con ella y con los invitados-dijo escondiendo su rostro en mi cuello.
-Créeme que no necesitas enloquecer con esto-susurré contra su oído.
Sus hermosos ojos chocaron con los míos en menos de un segundo, dejándome ver como el lobo comenzaba a tomar partida dentro suyo, no pude evitar sonreír levemente antes de dejar que el instinto nos guiará, fundiéndonos en un beso dulce, largo y apasionado.
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-Mamá, ¿Por qué están todos tan apresurados? ¿Una festividad?-Cassia estaba sentada en mi regazo mientras intentaba desenredar su cabello.
Tuvo un pequeño encontronazo con un par de lobitos que la dejaron hecha un desastre, cubierta de tierra y ramas secas, con el cabello revuelto y una sonrisa de satisfacción presente en todo momento mientras me contaba cómo les había ganado.
-Nada de eso, ¿Recuerdas la ceremonia de cambio? Bueno, Lu parece querer mostrarse ¿No es así?
Lo pensó un momento, podía ver como se debatía internamente, tal vez hablando con Lu, o eso pensé hasta que me detuvo y mirándome fijamente pude notar como Lu se había adueñado momentáneamente de ella.
-Hola madre-dijo en un tono un poco más grave, pero igual de dulce.
-Hola Lu.
La loba tenía una presencia mucho más imponente que Cassia y esa aura de poder que la rodeaba era digna de ella, hija de un alfa.