Capítulo 6

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Capítulo 6

Al salir del invernadero, el aroma a sangre y humo casi nubla mis sentidos, la sangre del lobo tiene un aroma particular demasiado fuerte como para olvidarla, queda impregnada en lo más profundo de tu memoria. Procuré moverme con cierto sigilo, cubriendo mis pasos para buscar a mi esposo, lo único que deseo hacer en este momento es abrazarlo y tener la certeza de que todo está bien.

No tenía muchas energías como para alargar esto, además seguramente los lobos necesitaran ayuda con sus heridas, necesito estar lista para poder ayudarlos. En cuanto logre aparecerme en el frente, varias miradas sorprendidas se abrieron lugar entre aquellos rostros preocupados en el combate, los magos los habían encerrado en un gran círculo de fuego mágico, el cual es imposible apagar por los medios tradicionales y que tiene la particularidad de ir cerrándose sobre sí mismo cada cierto tiempo. Aunque mi idea era poder al menos ver a Killiam, no pude hacerlo, ya que no estaba en mi campo visual y eso era preocupante.

-¿Dónde está Killiam?-pregunté a una loba que estaba portando una daga en posición de ataque.

-Lo tienen ellos, a él y a otros dos más-dijo mirándome con preocupación.

Aquello definitivamente no fue algo que me esperaba oír y me trabe un par de segundos, con la mente completamente en blanco, para después sentir el impulso que necesitaba para actuar. Esto iba a ser un poco arriesgado, pero no iba a dejar de intentarlo. Primeramente, pedí a la loba su daga, la cual clave en la tierra concentrándome en apagar aquel fuego y dejar libre el camino para ellos. Una vez que el fuego mágico se extinguió, deje el resto a los lobos, quienes rápidamente siguieron su protocolo para eventos similares a este. La pelea que sigue, es enteramente mía.

El lugar donde estaban los magos con Killiam y los otros dos lobos, era nada más y nada menos que una de las casas que habían quemado en aquella advertencia hace un par de días, ese lugar estaba cercado con mi antigua magia, magia que ahora estaba más que potenciada y que no dejaría que se desperdiciara. Al poner el primer pie en aquel espacio, sentí la descarga, la misma que tenía Radu cuando lo enfrenté ¿Cómo es posible? Si él tenía los poderes de ese demonio, ¿Cómo es que sus aprendices, magos de bajo nivel pueden tener su misma esencia?

Radu por más brujo que era seguía siendo humano y es su parte humana la que no podría soportar a un ser de ese nivel, el demonio no podría ignorar este hecho a menos que... se divida. Las posibilidades de que aún conserven algo rescatable son muy pocas, pero eso no quita que sean peligrosos.

 Las posibilidades de que aún conserven algo rescatable son muy pocas, pero eso no quita que sean peligrosos

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-Nubia, cariño, déjamelo a mi-la voz de la diosa resonaba en mi cabeza.

-¿Estás segura? Yo puedo...

-Sé que puedes, pero ese demonio es un asunto pendiente mío.

Asentí y cerré los ojos, a medida que dejaba que se adueñara de mi cuerpo. Fue como una brisa fresca, adormilando mis sentidos hasta que sentí que me dormía plácidamente. No sentí nada más allá de eso.

La Magia del InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora