Capítulo 11
-Lamento hacerte venir tan tarde a mi oficina-dijo el alfa, con una sonrisa demasiado forzada en el rostro, al tiempo que me indicaba que tomara asiento.
-No te preocupes solo estaba hablando por teléfono-respondí en un tono amable, como si no supiera nada. Que en teoría no sé, pero lo intuyo.
-¿Cómo está Killiam?-cuestionó intentando sonar interesado en eso.
-Bien, tuvimos unos pequeño inconveniente con algunos lobos jóvenes en el pueblo que retrasarán su llegada.
-Oh que lástima, pero lo entiendo, nosotros tenemos ese tipo de problemas cada tanto. Es difícil controlar a los más jóvenes-hizo una pequeña pausa y siguió- Te he llamado aquí para preguntarte ¿Cómo te ha ido con los chicos? Tengo entendido que Kobe te dio un recorrido por la manada y Kira te guió por el bosque, ¿En contraste algo?
-Lamentablemente no, pero aún así disfrute del paseo. La naturaleza habla mucho-respondí manteniendome al margen, aunque no es algo que resulte posible realmente.
Una pausa silenciosa se instaló, el ambiente lentamente se volvía más y más incómodo a medida que la mirada del lobo se perdía en un punto invisible. Mis sentidos se activaron cuando este se puso de pie bruscamente y se acercó a mi, no deje que me acorralara e inmediatamente me paré también, con una pregunta dibujada en el rostro.
-Realmente no esperaba que le agradaras tanto, ¿Sabes? Me convencí a mi mismo que serías la adecuada, pero no me esperaba, para nada, que él te aceptara-el tono que usaba era extraño, su voz parecía distorcionada y cada movimiento que hacía, remarcaba su enfado.
-No sé de qué hablas.
La risa que soltó luego de que dije aquellas palabras fue aterradora, como si evidenciara que efectivamente algo pase por alto, algo muy importante.
-Increíble ¿No? La hija de una diosa, la bruja más poderosa de este lado del mundo y no ha notado la presencia de un ser milenario-hizo una pequeña pausa y siguió- no te preocupes querida Nubia, muy pronto haremos las presentaciones.
En cuantoacabo de decir aquello, dos lobos encapuchados entraron al despacho no tuvetiempo de actuar, no sé que fue lo que me hicieron pero lo último que vi fueuna mancha negra pasar por mi cabeza.
No recuerdo cuántas horas pasaron exactamente, ni qué me sucedió en ese tiempo que pase inconsciente. El frío del metal en mi pies y la presión en estos me obligaron a incorporarme como pude, el lugar estaba muy oscuro, por la humedad y la baja temperatura del mismo me indicaron que debo estar en un sótano, uno muy precario y nada seguro. Tenía una cadena bastante pesada apresando mis tobillos, el colchón en el cual me encontraba estaba cubierto con mantas y a un lado había una bandeja con dos botellas de agua y lo que parecía un sanwich envuelto en servilletas. Me tome un momento para recobrar la totalidad de mis sentidos, sentía la garganta seca por lo que tome una de esas botellas e intente purificar el agua con un hechizo sencillo, pero no podía hacerlo. Las palabras salían como siempre y aún así pareciera que no tenía suficiente energía para ello ¿Cómo es eso posible? Es decir, más allá de todo no me siento cansada ni mucho menos, es como si me hubiesen bloqueado pero ¿Cómo? Los lobos no tienen ese tipo de conocimiento, mucho menos las habilidades para hacerlo tan efectivo e irrastreable, ya que no es el mismo que estaba en la habitación, es otra cosa mucho más poderosa.
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La Magia del Invierno
RomanceSegunda parte de "El invierno en tus ojos" Nubia y Killiam comenzaron su flamante vida de recién casados, con una manada que dirigir y peligros más allá de los enfrentados hasta el momento. La oscuridad tiene muchas formas de presentarse. ¿Podrán e...