Segunda parte de "El invierno en tus ojos"
Nubia y Killiam comenzaron su flamante vida de recién casados, con una manada que dirigir y peligros más allá de los enfrentados hasta el momento.
La oscuridad tiene muchas formas de presentarse.
¿Podrán e...
Un mes ha pasado desde el último incidente, todo ese tiempo lo use para tomarme un descanso de las tareas de la manada y pasar cada momento posible con Cassia, su magia estaba en un nivel demasiado alto para una niña de su edad, esto es solo un síntoma, por así decirlo, de lo que se avecina. Aunque pueda darle consejos y ayudarle, no es suficiente.
-Creo que es hora de que hablemos con mi madre-susurré, mientras acariciaba su cabello.
-¿Vamos a ver a la abuela?-preguntó emocionada, las visitas a casa de mis padres siempre son de sus favoritas.
-Esta vez no vamos a ver a esa abuela, es alguien muy especial que ha esperado mucho tiempo para conocerte.
-También queremos conocerla-dijo al cabo de unos minutos, revelando por el cambio de color de sus ojos que Lu estaba muy presente en ese momento.
Sonreí ante aquello y ambas nos concentramos en preparar postres para los chicos de la manada, esta noche Killiam y yo le presentaremos a mi madre.
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La tarde llegó y mientras Cassia tomaba una siesta bien merecida, Killiam había llegado un poco más tarde de lo usual, los problemas no tardaban en llegar y al estar solo con eso es entendible. Quiero retomar mis actividades lo antes posible, por ello es muy importarte poder dar con mi madre hoy, no quisiera que Cassia tenga problemas por no poder controlar sus poderes, más ahora cuando el tiempo para que empiece a ir a clases se aproxima a pasos agigantados.
-¿Segura de que quieres que este presente?-cuestionó Killiam quien estaba descansando su cabeza en mi regazo.
-Claro que sí, tenemos que estar los dos con ella para que se sienta segura y pueda hablar con mi madre. Por cierto, es una buena oportunidad para que la conozcas.
-Espero caerle bien-soltó en tono de broma.
Ambos reímos y nos pasamos un rato solo los dos, Cassia suele agotarse rápidamente por lo que no la despertamos hasta entrada la noche. Cuando la luna menguante estaba resplandeciente en el cielo, ambos me ayudaron a preparar el lugar donde haríamos la conexión. Para evitar cualquier tipo de interrupción, me asegure de cercar todo con un campo que bloqueaba hasta los sonidos, una vez que todo se encontraba en su lugar, comencé a dibujar los símbolos en la tierra. Por la presencia del césped no se veían realmente, pero eso no importaba mientras las palabras fueran dichas correctamente y la magia fluyera con ellas.
El lobo de Killiam estaba alterado por todo esto, podía notarlo sin siquiera mirarlo, la conexión que tenemos se hace cada día más fuerte al punto de que a veces, si me concentro lo suficiente, puedo susurrarle cosas solo a su lobo que él puede elegir compartir o no con el mismo Killiam. Eso fue lo que hice en ese momento, susurré palabras de calma, si bien es entendible que no se sienta seguro porque esta exponiendo a su cachorro, el instinto de protección que poseen es mucho más fuerte que el de cualquier otra especie y eso puede jugar un poco en contra.
