Segunda parte de "El invierno en tus ojos"
Nubia y Killiam comenzaron su flamante vida de recién casados, con una manada que dirigir y peligros más allá de los enfrentados hasta el momento.
La oscuridad tiene muchas formas de presentarse.
¿Podrán e...
Kobe me llevo por todo el lugar menos el bosque, alegando que de eso se encargaría su hermana.
-Ella es la experta en ese lugar, las pocas veces que me adentr en ese bosque me perdí-comentó con un tono burlón- es muy engañoso.
La humedad parecía no hacer más que ir en aumento, la tierra era demasiado suave por lo que al pasar iban quedando impresas nuestras huellas. Los lobos aquí son bastante reacios con los extraños, bueno al menos eso creo ya que se puede ver que la relación entre ellos es bastante buena. Entre el parloteo de Kobe sobre los ancestros y como se instalaron en este espacio y el movimiento propio de la manada, me perdí en un bucle hipnótico muy extraño, es como si a medida que él hablaba las palabras no llegaban a mi, se perdian en un punto haciendo que al intentar concentrarme cayera de nuevo en ese estado de ensoñación. Cuando sentía que mi propio cuerpo comenzaba a dejar de responderde, una pequeña descarga de energía me devolvió el sentido, lleve mi mano hacia el collar que compartía con mi hija podía sentir su llamado.
Regresé a la realidad de golpe, a tiempo quiero pensar porque ya no sabía exactamente donde estaba, la entrada al bosque ¿Cuándo llegamos? Di un vistazo hacia atrás, aún se veían algunas casas y el movimiento era levemente notorio, la tierra empezaba a pegarse en mis zapatos como si quisiera detenerme.
-Bueno aquí te dejo-soltó de pronto Kobe, con una mirada extraña en el rostro- no te preocupes, mi hermana estará esperándote detrás de ese árbol-señalo un árbol grande y viejo que resaltaba entre todos los demás.
-De acuerdo, gracias por el recorrido-le regale una sonrisa lo más natural posible.
El lobo desapareció detrás de la última y primera casa que indicaba el inicio de las viviendas de la manada, su ubicación no parecía tener nada raro pero algo en ella no me cuadraba, si en esas vamos muy pocas cosas de este lugar realmente me cuadran.
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El bosque me recibió con una suave ráfaga de vientofresco y la terrible necesidad de sentir la tierra bajo mis pies, podíasentirlo en mi mente perfectamente, la tierra húmeda y suave mezclándose entremis dedos, la suave descarga de energía del propio bosque. Por un momento meperdí en esas sensaciones, hasta que el carraspeo de la joven loba me devolvióa la realidad.
-¿Todo en orden?
-Sí, lo siento. Estaba perdida en mis pensamientos.
-Está bien, es parte del encanto de este bosque ¿Sabías? Hay un par de leyendas que dicen que pasar la noche aquí, hace que hasta el lobo más duro pierda la razón-comentó, distraía mientras avanzaba.
Kira a diferencia de su hermano no hablaba mucho, comentaba lo justo y necesario sobre lo que creía importante, como las propiedades que tienen las flores rojas que crecen en las raíces de tres árboles esparcidos por todo el territorio. El cabello castaño de la loba apenas llegaba a sus hombres, lacio y brillante, su tez blanca era una completa contradicción debido al tiempo que pasa fuera, sin dudas era muy llamativa físicamente. Aunque intentara distraerme con el recorrido y los datos que tiraba Kira, la sensación constante de ser vigilada no me dejaba tranquila, cada pájaro que cantaba a mis espaldas, cada pequeña ardilla que se dejaba ver entre la espesura, no había forma de que pudiera sentirme tranquila y eso me molestaba. Es muy raro que no pueda estar cómoda en un lugar tan hermoso como este, acaricie el collar casi como un reflejo mientras conversaba sobre lo puesto en los informes. Kira parecía auto convencida de todo lo que me decía de esas criaturas, podía darme cuenta de que aquello no era genuino, me estaba mintiendo ¿Por qué? Se supone que su alfa les había informado que viajo tantos kilómetros para contar con mi ayuda y ahora ¿Mienten?