Capítulo 18

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El Final y El Comienzo

El tiempo transcurrió tranquila y lentamente, casi imperceptible con la era de completa paz que estábamos atravesando tanto en la manada como en la familia. Killiam y yo tuvimos un niño, al cual llamamos Brandon un lobo sano y fuerte, con ciertas tendencias mágicas no muy presentes. La manada y la familia no podían con la felicidad que él les trajo, un verdadero heredero lobo, Killiam no lo decía abiertamente, pero se le notaba la alegría en el rostro. Los primeros meses sin Cassia fueron devastadores para los dos, verla cada tanto a través de una conexión en el patio no se comparaba ni un poco con tenerla con nosotros. Sin embargo, ella estaba bien y feliz en ese lugar, después de todo tiene a una diosa como mentora ¿Cómo podría estar mal? Se de sobra que mi madre cuidará más que bien de ella y le aconsejara sabiamente, como lo hizo conmigo en su momento.

Brandon va cumplir tres años en una semana, los lobos tenían preparada una fiesta con muchos inflables, que ya estaban en el depósito, y por sobre todo muchos globos, si algo que él ama son los globos y castillos inflables. Nosotros teníamos su regalo escondido en casa de mi hermano, quién por cierto al fin me dio una sobrina, Kiara es un año menos que Brandon, pero no le quitaba lo traviesa más cuando los dos se juntan, lo cual es muy frecuente últimamente.

Termine de preparar el desayuno procurando hacer el menor ruido posible, aunque Brandon no es tan quisquilloso con los ruidos como Cassia, aun así procuro no despertarlo antes de tiempo, ese niño tiene demasiada energía. Pronto sentí un par de brazos rodeando mi cintura, sabia perfectamente que era Killiam, nuestra conexión había llegado tan lejos que si me concentraba lo suficiente podía saber exactamente donde estaba. ¿Qué puedo decir sobre nosotros que no lo haya dicho ya? Más que cada día estoy más segura de haber tomado la decisión correcta al quedarme a su lado.

-¿Qué haces?-susurró en mi oído con la voz un poco ronca, recién se había levantado.

-El desayuno-repuse obvia, dedicándole una sonrisa- a ti te toca el almuerzo y posiblemente la cena.

-Lo sé-escondió su rostro en mi cuello y deposito un par de pequeños besos.

Estuvimos así un buen rato, ya que él no parecía querer despegarse y sinceramente no pensaba en poner una objeción al respecto, de alguna forma ya me acostumbré a tenerlo pegado cual garrapata.

Estuvimos así un buen rato, ya que él no parecía querer despegarse y sinceramente no pensaba en poner una objeción al respecto, de alguna forma ya me acostumbré a tenerlo pegado cual garrapata

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Cassia

Los días junto a la diosa eran todo menos aburridos, duros y largos, claramente, pero siempre maravillosos. Todo lo que puedo hacer, todo lo que puedo ver, solo me demuestran de lo que puedo ser capaz y más, puesto que aquí no hay limites para el poder.

-Ten cuidado, recuerda que aquí no puedes herirte, pero en la tierra sí-añadió aquella mujer de voz dulce, con un brillo curioso en la mirada.

-Lo tengo-respondí, mientras me preparaba para la prueba.

La Magia del InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora