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CAPÍTULO 4

𝐷𝐸𝑃𝐴𝑅𝑇𝐴𝑀𝐸𝑁𝑇𝑂 𝐷𝐸 𝑃𝑂𝐿𝐼𝐶𝐼𝐴 𝐻𝐴𝑊𝐾𝐼𝑁𝑆

Jim Hopper estacionó la camioneta de policía que el trabajo le había otorgado, en el estacionamiento del departamento de policía de Hawkins, y la verdad es que acelero bastante en el camino porque ya estaba llegando tarde y no quería llegar a la hora del almuerzo.

Se bajo del auto y se prendió el tercer cigarrillo en la mañana, no le importaba fumar dentro del edificio porque no estaba prohibido, ademas ¿quien le dirigía que no puede hacerlo? Él el es jefe y por ende, él pone las reglas, por ende, quien lo contradijera se llevaría un diminutivo de su sueldo.

—Que bueno que decidiste venir —dijo Florence la secretaria de la comisaría quien manejaba los horarios de Hopper, quien atendía las llamadas y arreglaba las visitas del aguacil, sin ella Jim no tendría mucho futuro tanto en su vida como en su trabajo.

Florence era una señora ya bastante mas grande, de unos cincuenta llegando a los sesenta, pero mas allá de eso su estado físico era mucho mejor que el de Hopper. Su memoria estaba en excelentes condiciones, y las probabilidades de que le gane una carrera a su jefe era mas del %83.

—Hey, buenos días, Flo. Buenos días a todos —Jim Hopper paso por el marco de la puerta a donde se encontraban los escritorios del resto de su equipo, todos sentados en sus escritorios haciendo básicamente nada.

—Hola jefe —lo saludo Powell viendo lo que tenia en sus cartas, nunca hacían nada en la comisaría porque en realidad lo único que podría pasar en un pueblo tan aburrido como ese era que a alguien le roben un gnomo de jardín.

—¡Diablos! Tiene una cara terrible, jefe. —Callahan lo miro a travez de sus lentes dejando a a un lado su juego de cartas.

—¿Ah si? —lo reto Jim Hopper mientras iba por una taza de café que se encontraban en la mesa donde dejaban todos los restos de comida para desayunar, almorzar e incluso cenar.

—Si —se rió Callahan.

—Peor era la de tu mujer cuando la deje esta mañana —bromeo el aguacil mientras Callahan se reía pero solo por cortesía porque aquel chiste no le había hecho ninguna gracia a Powell por oreo lado si le había dado bastante con que reír de verdad.

Florence se acerco hasta Jim con un papel para informarle lo típico de la mañana, todos los casos que tenia que terminar a los que Jim no le daba mucha importancia ya que eran cosas algo absurdas que no tenían mucho que ver con la policía.

—Mientras tu bebías o dormías, o lo que sea que te aprecio apropiado un lunes por la mañana... —Flo le quito el cigarrillo de la boca y lo apago en cenicero cercano sobre el escritorio de Callahan—... llamó Phil Larson, dijo que unos niños le robaron los gnomos del jardín otra vez.

Jim Hopper iba en búsqueda de unas donas cuando escucho otra vez el caso de los gnomos del jardín y quiso aplastar esa masa entre sus manos.

—Oh dios mío, otra vez esos gnomos —suspiro y señalo a Flo con su dona y café mientras se dirigía a su despacho apartado de los demás—. Quédate tranquila, ya mismo me ocupo del asunto.

Florence siguió a Jim mientras este le ayudaba con su juego a Powell.

—Otro tema mas urgente... —continuo Flo leyendo el papel de anotaciones que tenia en manos—. Joyce Byers no encontró a su hijo esta mañana.

Jim gruño con una dona en su boca.

—Bien, también me ocupare de eso, solo dame un minuto.

UN CLICHÉ MÁS ENTRE TÚ Y YO | STEVE HARRINGTON | Stranger Things Donde viven las historias. Descúbrelo ahora