No salió bien

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—Siu it'jet (ven conmigo) —le dijo poniéndose de pie.

—Tima (si) —sonrió caminando con algo de dificultad, siguiéndolo.

Caminaron unos quince minutos, debido a que Liliana no podía hacerlo rápido, y llegaron hasta una pequeña cabañita de un solo ambiente.

Afuera de la misma había una especie de estufa a leña, dónde había una olla de barro sobre las troncos apagados.

La jovencita sonrió emocionada, y luego lo observó a él, que no lucía para nada feliz.

—It yata craigy at siu (Yo puedo cocinar para ti)

—Iesu, it iesu coma'at com siu craigy omet vet hammiet (No, no quiero que "arruines" mi comida) —gruñó, entrando a la cabaña.

Ella lo siguió por detrás, buscando el significado de lo que le había dicho.

—Tate it craigy nan (Pero yo cocino muy bien)

—Iesu (No)

—De acuerdo —suspiró—. ¿Tienes un poco de agua? Tengo sed. Tatkam (beber)

Él la miró con fastidio, y luego le dio un vaso de arcilla, con algo de agua dentro.

—Shinsei (Gracias) —sonrió antes de beber un poco, y tirarse el resto sobre la camiseta—. Oh, pero que tonta, me mojé entera.

Él gruñó y murmuró un malo'wi, por lo que ella sonrió ilusionada... Pobre tonta.

Millian se giró para buscar más agua, y cuando se dio vuelta para dársela, la vio sólo en sostén, secándose el pecho.

—Creo que tendré que quitarme el pantalón  también —habló sin mirarlo, antes de dejar caer su camiseta al suelo, y quitarse el pantalón, quedando sólo en ropa interior frente a él.

Millian la miró aturdido, y a ella pareció no molestarle, hasta se quitó la pinza que tenía en su cabello, para masajearse un poco la cabeza.

—Sí, ahora me siento mejor.

Los pupilas del azabache se afilaron, y emitió un suave ronroneo, captando la atención de ella. Liliana levantó la mirada, y lo observó curiosa.

—¿Estás ronroneando? —preguntó sorprendida, sonriendo mientras se acercaba a él.

Él la miró fijo, serio, y ella se paró frente al azabache, llegándole a la altura de sus pectorales.

—¿Por qué ronroneas, minino? —preguntó en un tono juguetón, antes de animarse a tomarlo de las manos, y pasar sus palmas abiertas por encima de sus pechos, cerrando sus dedos para que los sostuviera.

El ronroneo se hizo más fuerte, y lo escuchó respirar pesado, observando que sus ojos se veían únicamente negros.

—Mm sí, creo que así te gustó más ¿Verdad? —sonrió traviesa, moviendo las manos de él sobre sus pechos.

Millian de un rápido movimiento la giró en el lugar, poniéndola de espaldas a él. La morena sonrió divertida, hasta que sintió que le separaba los muslos, y la obligaba agacharse, poniéndola de rodillas, cuando la tomó de los hombros e hizo presión hacia abajo.

—Ah no, así no, yo no-

Lo escuchó gruñir y se estremeció por completo.

—Millian, espera, shisat (espera) —repitió.

Escuchó el faldón del azabache caer junto a ella, y supo que si no hacía algo pronto, no la pasaría muy bien.

Se giró rápidamente, sentándose en el suelo, y abrió sus ojos aturdida, al verlo con el miembro erecto.

—Iesu, iesu, iesu (No, no, no) —pronunció rápidamente, negando con las manos y la cabeza.

—Siu coma'at to vet ho'ma (Tú querías ser mi mujer), plet siu'to (ahora lo serás)

...

🙊🙈

MillianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora