Malo'wi

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—¿Sa'Com siu'jet co (por qué viniste a aquí)? —le preguntó mirándola curioso.

La había ayudado a sentarse en un tronco, y ahora le estaba vendando el tobillo.

—Shisat (espera) —le dijo buscando en su libreta.

Él la miró tener esa cosa en sus manos, mientras daba vuelta las páginas, y esperó paciente.

—It coma'at Shi-e'tu (quiero un esposo) —pronunció leyendo, antes de mirarlo y sonreír.

Millian la miró desconcertado y luego río divertido.

—¿Com (qué)? —rio—. ¿Siu coma'at com it'ta siu'Shi-e'tu (tú quieres que yo sea tu esposo)?

—Tima ()

Dejó de reír y la miró sorprendido, antes de gruñir y negar con la cabeza.

—Iesu (no) —le dijo poniéndose de pie, para irse.

—¿Por qué no? —le preguntó poniéndose de pie también, jadeando al intentar apoyar su pie izquierdo—. Shisat (espera) —gimoteó—. It'ro tikat (estoy lastimada)

Él rodó los ojos y continuó caminando, alejándose de ella. No era su culpa si la humana era una inútil, él no quería ninguna Umi'et, era feliz viviendo solo.

***

El sol pronto se ocultaría y Millian estaba juntando algunos troncos para el fuego, ya que las noches comenzaban a hacer muy frías, sin contar que los necesitaba para cocinar también.

Estaba recogiendo unas ramas, cuando escuchó el gritó desgarrador de una mujer. Se detuvo al escuchar aquello y giró la cabeza hacia la dirección donde lo había oído.

¿La humana seguía en el bosque?

Tiró lo que tenía en las manos, y salió corriendo hacia ella, preocupado. Encima que era humana, era pequeña y débil ¿Qué demonios harías si una bestia se le cruzaba por el frente?

Llegó hasta ella, y vio que estaba cubriéndose el rostro con ambas manos, hecha un ovillo en el suelo.

Se acercó a ella, y se puso de cuclillas, tocándole el hombro.

—Humana ¿Siu'ro nan (estás bien)? —le inquirió con temor, olfateándola.

Estaba aterrada, podía oler su miedo, pero no olía a sangre, lastimada no estaba.

—V-Vi una serpiente enorme negra —lloriqueó—. Me pasó por las piernas —tembló.

Él la miró confundido, sin entender una sola palabra, y la puso de pie, buscando la libreta que había usado anteriormente para hablar con él.

—¿Qué haces? —sonrió al sentir que pasaba sus manos por el cuerpo de ella.

Millian la siguió tanteando, hasta que encontró la libreta y se la dio, luciendo serio.

—Co (aquí)

—Oh, la libreta —pronunció desilusionada, buscando en la página.

—¿Sa'com siu'i-paia (por qué gritaste)?

—Am, dame un momento —le dijo dando vuelta las páginas—. ¿Podrías repetírmelo más despacio? —sonrió.

—¿Com (qué)? —preguntó con el ceño fruncido.

—Más deespaacioo —le dijo alargando el sonido de las vocales.

Millian gruñó molesto.

—Ay lo siento, it shanra'ah (lo siento) —repitió frustrada—. Esto no fue buena idea —suspiró.

Él también suspiró y se sentó junto a ella, mirando en dirección a su hogar. Liliana levantó la cabeza y lo miró apenada.

—Iesu it'ta nan Umi'et ¿Iesu? ( No sería una buena esposa (no)?

—Iesu (no)

Ella miró hacia abajo, su tobillo, y luego respiró profundo.

—¿Siu'ro ho'ma? (Tienes una mujer)

—Iesu, it coma'at ho'ma (no, no quiero una mujer)

—¿Sa'com? (Por qué)

—Ho'ma kanatita tet nepate'ma (las hembras kanatitas son agresivas) —habló con calma, para que ella pudiera buscar lo que estaba diciendo—. Tate siu'to humana (pero tú eres humana) iso humana tet malo'wi (y las humanas son inútiles)

—¿Malo'wi? ¿Qué es eso? —preguntó confundida, sin encontrar el significado—. ¿Com te malo'wi (que es?)

Él la miró y luego negó con la cabeza.

—Siu'to malo'wi (tú eres inútil)

Ella lo miró sorprendida, antes de sonreír tontamente, desconcertado al musculoso azabache.

Liliana había creído que sería un apodo cariñoso, como el que Blaise le había dado a Corine, Tisy.

...

Pobre Lili ;'v jajajaj

MillianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora