Ella lo miró con temor, y él gruñó, aterrándola más. Cerró los ojos al ver caminaba hasta ella, y se quedó inmóvil, casi sin respirar.
Pero luego de varios segundos, y que nada ocurriera, abrió los ojos, encontrándose sola en la cabaña. Él se había ido.
Se apresuró a tomar su pantalón y se lo colocó, antes de abrir la puerta y asomarse, sin verlo.
Al parecer se había ido, y seguramente enojado.
Liliana respiró profundo y se acostó contra el marco, cerrando los ojos. Tenía que hacer algo para compensar su estupidez. ¿Pero qué?
***
Ya con el cielo completamente negro, Millian regresó a su hogar, más calmado, porque en serio estaba molesto luego de que ella lo provocara, y un poco más se pusiera a llorar al acercársele.
Olfateó el aire, sintiendo un delicioso aroma a comida, y se caminó curioso hasta su casa, encontrando a la morena junto al fogón, tarareando mientras echaba unas cosas en la olla.
Y sí, seguía en sostén, pero al menos se había puesto el pantalón.
—¿Com siu koko (qué haces)? —le inquirió serio.
—Oh, Millian, Atok (hola) —sonrió—. It'ro craigy at siu (estoy cocinando para ti)
—¿Sa'Com (por qué)?
—Sa'Com it'ta ho'ma omet (porque fui una mala mujer) —le dije un tono bajo, algo aniñado.
Millian arqueó una ceja. ¿Qué demonios le pasaba? La ignoró y fue hasta la olla, antes de meter la punta de su dedo índice, para probar que tal estaba aquello.
—¿Te gusta? —sonrió—. ¿Secu'ro nan (esto está bien)?
—Hm, nan (bien)
—¡Perfecto! —aplaudió emocionada—. Cariño, it'jet (ven) —le dijo tomándolo de la mano, guiándolo hasta una mesa que había improvisado con una corteza de árbol y una roca.
Lo hizo sentarse en un banco, en el cual había puesto una piel para que estuviera más cómodo, y luego apoyó una tela fina y delgada sobre sus muslos, sonriendo al escucharlo gruñir.
Comenzaba a creer que no gruñía sólo por molestia, más bien, era una especie de reacción involuntaria... O no.
Porque él seguía luciendo serio.
La morena se alejó de él y sirvió un poco del guisado que había preparado en un plato, sonriendo mientras se dirigía hacia él y lo dejaba sobre la mesa.
—Que lo disfrutes, cariño —sonrió.
—It iesu patet siu (no te entiendo) —pronunció bajo antes de agarrar un trozo de carne y morderlo.
Ella se sentó frente a él y lo observó sonriendo, mirándolo comer. Millian levantó la cabeza y la miró curioso.
—¿Siu'ro nan (estás bien)?
—Tima (sí) —sonrió.
—Siu hammie (come)
—Oh, iesu (no) it'so hamm (no tengo hambre)
La miró con desconfianza y dejó de comer, frunciendo el ceño. ¿Por qué comería algo que ella no quería probar?
—¿Sa'com iesu siu hamm (por qué no comes)? —le preguntó confundida.
—Sa'com siu iesu hamm (porque tú no comes) —pronunció con cierta molestia.
—Ow, no quieres comer si mí ¡Eres tan tierno! —exclamó con ensoñación—. No suelo comer de noche, pero lo haré por ti, espera —sonrió antes de ponerse de pie, y servirse un poco, volviendo a la mesa.
Lo miró a él, y sonrió, antes de tomar un trozo de carne.
—Mm, creo que le faltó sal, pero no encontré especias ni nada acá, tuve que hacer lo mejor que pude con lo que tenías, que era poco.
Como no le entendía nada, y al ver qué ella estaba comiendo también, él retomó su cena, mientras ella seguía hablando.
—Acomodé un poco adentro también, había mucho polvo, y tenías todas tus pieles por el suelo. E hice algunos estantes con troncos, quedó todo mucho más organizado así —sonrió.
—Humana, it iesu te com siu yaja (no sé que dices)
—Oh, cierto —rio—. Creo que a partir de mañana te enseñaré un poco mí lenguaje. Si Blaise pudo entender a Tisy, tú a mí también.
—¿Tisy? —preguntó, era lo único que había entendido.
—Sí, yo puedo ser tu Tisy, oh malo'wi —sonrió.
Millian frunció el ceño, antes de negar con la cabeza y continuar comiendo. No, la humana seguía sin entender que significaba malo'wi.
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.