Kuhio

9K 893 93
                                    

Blaise venía hablando con su mujer, cuando al entrar a la casa, el olor de otro macho lo puso alerta.

—Quédate aquí —gruñó dejándola junto a la puerta, con Summy.

Se dirigió a la sala, y miró desconcertado que Liliana estaba durmiendo con Millian en el sofá. ¿Qué carajos estaba haciendo ese tipo ahí?

—¡Siu'batsa! (Despierta) —exigió, llegando junto a ellos.

Liliana rápidamente abrió los ojos, y Millian gruñó al ver a Blaise, abrazándola a él celosamente. Corine al escuchar aquello entró con su hijo en brazos, y observó sorprendida la escena.

—Blaise, espera —le dijo en un tono calmo.

—¡No! Quiero que se largue de mi casa, no lo quiero aquí, ni cerca de Liliana.

La jovencita intentó moverse, pero Millian más la abrazó a su cuerpo.

—Blaise, él está a la defensiva, se siente amenazado por ti —intentó razonar Corine.

A veces su marido olvidaba que él también había sido un "salvaje" en el pasado, un inadaptado.

—Me parece perfecto, así entiende quien manda aquí —gruñó dando un paso al frente, escuchando a Millian gruñir también.

—¡Blaise!

El rubio se giró, mirando molesto a Corine.

—¿Com (qué)?

—Siu'jet it'ror (ven conmigo) Lili'ro nan (Lili está bien)

—Iesu, e'mi jaha'lá vet kuhio plet (no, él se va de mi casa ahora) —gruñó.

—Musi (cariño) —le dijo en un tono suave.

El rubio apretó los puños, y luego miró por última vez a Millian, amenazante, antes de salir de la sala con Corine, y dirigirse a la cocina.

Millian dejó de tirar sus orejas hacia atrás, y suavemente soltó a Liliana, que se puso de pie y se alejó del sofá dónde habían estado acostados.

Ni siquiera recordaba cuando se había dormido.

—Lili.

—Siu'jahalá vet kuhio (vete a tu casa) —le dijo en un tono bajo.

—Tima, tate, siu'jet it'ror (sí, pero ven conmigo)

—Iesu, secu'to vet kuhio (no, esta es mi casa)

—Vet kuhio, te si kuhio (mi casa es tu casa) sa'com siu'to vet ho'ma (porque eres mi mujer)

—It iesu vet ho'ma (no soy tu mujer)

—Lili.

—Siu iesu coma'at (tú no querías) —le dijo en un tono quebrado—. Plet it iesu coma'at te vet ho'ma (ahora yo no quiero ser tu mujer)

Él produjo un sonido lastimero, y luego sacó algo de un saco de piel que llevaba colgado en su cintura.

—It shanra'ah (lo siento) —le dijo entregándole un brazalete hecho de piedras violetas, brillantes—. It coma'at siu te vet ho'ma, vet Umi'et (quiero que seas mi mujer, mi esposa)

—I-Iesu (no) —pronunció al borde de las lágrimas.

Se acercó a ella, y la tomó del rostro con una de sus manos, sin saber que más hacer para que lo volviera a aceptar.

—¿Com it'koko at com siu it'ikatli (que hago para que me perdones)? Siu'yaja iso it'koko (dímelo y lo haré)

—Siu... Siu crak vet k-kato (tú... Tú rompiste mi corazón) —sollozó—. Siu it'tikat (me lastimaste)

—It shanra'ah (yo lo siento) —le dijo abrazándola—. It'yata mako siu'kato (yo puedo sanar tu corazón)

—Iesu (no)

—Tima, It'yata mako siu (sí, yo puedo sanarte) —pronunció bajo, acariciándole la espalda.

Sólo necesitaba que ella volviera a aceptarlo. Qué le diera una oportunidad.

...

MillianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora