Yo quería...

7.5K 719 37
                                    

Se lo veía tan relajado en los brazos de su madre, alimentándose de su pecho, mientras la morena le acariciaba suavemente el cabello.

Y es que Batiet extrañaba mucho a su mamá, cuando la doctora debía cumplir sus horas en el trabajo.

—Me encanta como ronronea —pronunció con adoración Liliana, al ver al bebé abrazado al pecho de Corine.

—Se siente muy feliz, por eso —sonrió suavemente la morena—. Cuando tú tengas a tus bebés, verás que hacen lo mismo.

—¡Ya quiero! —chilló tomándose del rostro—. Me muero de ganas por tener un bebé con Millian, pero él aún no quiere.

—¿Cree qué es muy pronto?

—Sí —suspiró—. Pero lo entiendo, sólo llevamos cinco meses de relación.

—Es poquito, es verdad, deberían disfrutar su tiempo juntos. Cuando tengas a tu primer hijo, notarás que la vida de ambos cambiará completamente. Cuando tuvimos a Summy, Blaise y yo teníamos que turnarnos para levantarnos a la madrugada a cambiarle el pañal. Y cuando tuve que volver a trabajar, para darle el biberón.

—Y tus hijos son tan lindos —sonrió mirando al bebé, que había abierto a los ojos, y estaba mirando a su progenitora—. Tiene el color de ojos de él.

—Al igual que Summy —sonrió—. Pero creo que él tendrá el cabello oscuro como yo, hasta su color de piel es más oscura.

—¿Cómo lo tomó Summy cuándo supo la noticia? Porque a mí me gustaría tener unos cuatros hijos con Mil —sonrió divertida.

—Bien, le agradó mucho la idea de ser el hermano mayor.

—Yo creí que tal vez se iba a poner celoso —le dijo pensativa.

—Tienes mucho que aprender —sonrió—. Los niños kanatitas comienza su preadolescencia a los diez años. La mayoría de ellos tiene su primer celo a los quince años.

—¡Pero son adolescentes! ¿A esas edad se convierten en padres? —preguntó aturdida.

—Algunas sí, recuerda que aquí las mujeres viven por separado de lo hombres. Muy pocos deciden formar familias.

—Sí, es verdad. Pero igual, son muy jovencitas.

—Quince años para ellos, son unos dieciocho para nosotros.

***

—¡Mil! —chilló colgándose de su cuello, recibiéndolo con un cariñoso beso.

Él sonrió contra sus labios y la tomó del trasero.

—¿Por qué tan eufórica?

—Te extrañé —le dijo dándole besos cortos—. Me aburro sola en la casa cuando no estás, mi amor.

—Lo imagino —pronunció llevándola hacia el sofá.

—¿Pero sabes cómo no me aburriría?

—Lili, no.

—¿No te gustaría tener un bebito nuestro? ¿Un gatito precioso de los dos? —sonrió acariciándole las mejillas.

—Realmente no quiero hijos.

Ella lo miró a los ojos, y luego asintió con la cabeza.

—P-Pero tú habías d-dicho que lo pensarías.

—Y no quiero, Lili.

—Está bien —pronunció bajo.

—Ya lo habíamos hablado esto, y creí que lo entendías. No me gustan los niños, Lili, me fastidian escucharlos llorar, y ni hablar si debo pensar en lidiar con sus caprichos. No nací para ser padre.

—Tampoco para casarte, y ya llevamos cuatros meses juntos.

—Es completamente diferente, y lo sabes. Si te sientes solas podrías adoptar un perro, o un gato, no lo sé, una mascota que te haga compañía cuando no estoy.

Ella desvió la mirada, y luego sacó los brazos de él que estaban alrededor de su cintura.

—Lili, no quiero discutir contigo por esto.

—Yo tampoco, el almuerzo ya está listo ¿Vamos?

—Sí —le dijo poniéndose de pie, tomándola de la mano para ir ambos a la cocina.

Al parecer, tendría que renunciar a sus deseos de ser mamá.

...

🎭

Quién dijo que San Valentín siempre termina bien 👀🙈

Pd: La multimedia es Batiet luego de leer el siguiente capítulo 😱😱 (obviamente su mamá Cori se lo leyó uwu jajaja ❤️💕)

MillianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora