Prologo

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Narra Guillermo

Abrí los ojos , estaba parado sobre la arena y mis pies descalzos eran tocados por el agua ,  la cual el viento arrastrada hacia a la playa, tenía puesta una camisa blanca, remangada hasta los codos y  unos pantalones de vestir blancos también. Se sentía tan cálido ese lugar, con un cielo infinito que nunca terminaba.

Puede ver a los lejos a unos chicos, no los reconocía, todos vestidos de la misma manera que la mía, note la cabellera de una de las personas que era de color rubio y el aire la movía lentamente, seguramente seria una chica. Decidí acercarme a ellos pero antes que pudiera hacerlo una mano toco mi hombro, me di vuelta para ver quién era pero tampoco lo reconocía, era un joven de sonrisa triste, con gafas gruesas, antes que pudiera reaccionar movió sus labios:

“Lo siento pero tienes que volver”

Luego de escuchar sus palabras, una luz blanca me encegueció y me encontré con la cruel realidad, tenía mucho frio a causa de que mi cuerpo y ropas estaban totalmente empapados, sentía los dedos de mi padre en mi garganta para que devolviera las pastillas que había tragado antes de meterme a la bañera, mis oídos eran invadidos por  los gritos de mi madre y el llanto de mi hermana.

Lo último que recuerdo antes de desvanecerme es el dolor del golpe que me di al caer en el piso.

El club de los suicidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora