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Capítulo 3.- Costas Arenosas

—Eso es genial, ¡Gracias Severus! Mantente en contacto—Dijo Gellert en el flu.

—¡Y dile que llame al flu una vez que se haya asentado! ¡Y que tome muchas fotos también! —Gritó Albus antes de que Gellert pudiera salir de la chimenea.

—Albus dice que tomes muchas fotos y que nos llames en el momento en que estés asentado... sí, adiós Sev, mantente a salvo. La ministro Blum se encontrará contigo en el aeropuerto cuando aterrices—Gellert sacó la cabeza de la red flu y se sentó junto a Albus y Narcissa—Severus seguramente se marchará ahora. ¿Por qué tuve que pedirle que recopilara información como representante del Reino Unido para hacerlo? Pensé que le gustaba el señor Minitree—.

Narcissa suspiró—Severus se puso histérico anoche y decidió que no iría a California—.

—Y lo estamos obligando a ir porque...—Gellert se apagó esperando a que alguien le explicara.

Albus sonrió a sabiendas—¿Qué pasó anoche cuando él te llamó Narcissa? ¿Y cómo se ve el señor Minitree? —.

—Un joven muy guapo con cabello rubio y dos ojos de diferentes colores, uno azul y otro avellana y aproximadamente... cuatro pulgadas más alto que Sev. Juro que vi a Sev desmayarse cuando lo vio, pero nuestro denso Maestro de Pociones no se dio cuenta hasta anoche que, como director, Harry no enviaría una invitación sin hacer una exhaustiva verificación de antecedentes. Por lo tanto, la llamada de anoche diciendo que él no irá y que cuidará de Draco por nosotros mientras mañana estamos en la conferencia. Lo esconde muy bien, pero era obvio que estaba desconsolado pensando que a Harry no le gustaría—Explicó Narcissa. Le entristecía que su amigo pensara tan poco de sí mismo.

—Ya veo—Albus suspiró cuando Gellert se sentó con él—Se dio cuenta de que el Sr. Minitree probablemente sabe sobre el espionaje durante la guerra y trató de retirarse... tu querías que fuera por otra razón. Esa es una buena llamada—.

—Sí... él necesita salir de aquí por un tiempo. Claro que Lucius también sufrió durante la guerra como espía, pero todos sabemos que Severus se llevó la peor parte y no ha tenido la oportunidad de superarlo. Esperaba hacerlo pasar por otra razón que lo llevaría finalmente a irse y tomar las vacaciones que necesita... y tal vez regresar con un anillo en su dedo—La bruja sonrió feliz.

—Ahora lo entiendo—Gellert se rió entre dientes—Por eso me pediste que lo convenciera de ir... De todos modos, tenía que elegir un representante para que la Ministro Blum esté feliz de que finalmente podamos poner las cosas en marcha. El Reino Unido está tan atrasado en muchos avances, que es inquietante, pero Severus fue una gran elección... ¿así que crees que volverá con un anillo? —Preguntó. Tanto él como Albus parecían divertidos y felices ante la idea.

—Oh sí—Sonrió Narcissa—Harry definitivamente parecía interesado en Severus—.

Severus frunció el ceño cuando vio a un bebé en la fila de asientos frente a él comenzar a llorar y la madre comenzó a protestar—Me pregunto si Harry querría hijos...—Rápidamente sacudió esos pensamientos de su cabeza tratando de recordar que Harry lo sabía todo. No había forma de que el hombre quisiera a un ex-espía como amante, y menos aún, a uno que se pareciera a él.