Llena de determinación, Syfel tomó asiento frente a la cámara que previamente había instalado sobre su escritorio para llevar a cabo lo que había planeado y, sin perder un segundo más de su tiempo, la encendió comenzando a grabarse a sí misma.
«Hola. Mi nombre es Syfel Hwang, tengo 20 años y si estás viendo esto, quienquiera que seas, significa que morí en el intento de darle una solución a mis problemas. Bueno, no. Eso suena muy trágico, pero, básicamente así me siento…Todo comenzó un par de años atrás.
Por obra del destino conocí a cierto idiota llamado Jackson. Ya sé, puede parecer que guardo resentimiento hacia él dada la forma en que lo llamo y, aunque es cierto, la verdad es que el seudónimo lo tiene bien merecido. En fin. Luego de un tiempo y de muchos sucesos nada alentadores, él se marchó sin decir nada, simplemente se desvaneció como si la tierra se lo hubiera tragado, pero el tiempo que estuve con él y lo que vivimos fue motivo suficiente para que su recuerdo perdurara en mi memoria, no de una buena forma.
Si es que se lo preguntan; No, no lo he olvidado. La compañía de mi amigo Mark me ayuda a mantenerlo fuera de mis pensamientos, además de que, desde su partida, mi vida dio un giro frenético y me ha dejado fuera de órbita, pero he logrado mantenerme en pie.
Actualmente, voy a la escuela, mantengo un buen promedio y ayudo a Mark con sus problemas. Por las tardes voy a la empresa de mi padre a aprender lo que pueda (ya que dentro de un año pasara a mis manos) y por la noche, una vez a la semana, tengo una cita con mi futuro esposo. ¿De locos, no? Lo sé, pero antes de que digan, “¿Qué demonios le pasa por la cabeza a esta chica?” debo explicarles la situación; Las cosas en la empresa de mi padre no marchan del todo bien. El las mantiene bajo control tanto como puede, pero las finanzas van en picada y, a mis espaldas, mientras yo mantenía mi romance con Jackson oculto y hacía de las mías, él ha creado un acuerdo con una de las empresas con más poderío en el país. Unirán fuerzas para dominar a la competencia si yo accedo a casarme con el único heredero de la otra familia.
Acepte sin pensarlo. Ahora no hay vuelta atrás, pero siento que en cualquier momento podría salir huyendo antes que cumplir con las expectativas de los demás. Luego recapacito. Me doy cuenta de que es egoísta hacer eso. Pero, al segundo siguiente vuelvo a pensar en lo mismo y mi cabeza es un lio.
Por eso decidí hacer esto, es como mi diario, pero en video, porque obviamente no tengo tiempo para escribir y mucho menos las ganas. Ah…
¿Y tú? ¿Qué harías si la vida de cientos de personas (trabajadores, sus esposos/as, y sus hijos) estuvieran sobre tus hombros? ¿Dejarías todo a la deriva y reclamarías tu libertad? ¿O te auto-convencerías de que lo que tú deseas no es nada a comparación de lo que muchos otros necesitan?»