Stupid Love Story. 52
- ¿Y que tal si si? - Me dijo
- ¡Por Dios Thomas! ¡Nunca te quedara claro que te amo! ¡Sí! A él lo amé, y mucho, durante mi infancia y adolescencia. Pero no significa que aún no lo haya olvidado, porque ahora eres tú él que sostiene mi duro corazón. Si no te amara, hace rato me hubiera ido, no soy de perder tanto el tiempo, te amo Thomas, ¡Entiendelo de una puta vez! ¡Solo a ti!
- ¡Mientes! ¡Se que aún lo amas!
- ¡Estas mal! ¡Te prefiero a ti, maldita sea!
- ¿Porque? ¿Porque mientes? ¿Aún no te queda claro que no quiero tus migajas de amor?
- ¡Y no te las estoy dando! Por favor Thomas, entiendelo, si no te amara, no me casaría contigo.
- Aún no te creo.
- Mi mente está llena de ti.
- No. No te creo - Tapó sus oídos con sus dedos índices
- ¡Creeme! Te amo.
- ¡No! ¡No!
- ¡Madura de una puta vez y creeme!
- ¿¡A cuanto me quedé a ser el amor de tu vida!?
- Lo eres, eres el puto amor de mi vida, Thomas.
- No, no es verdad - Susurro
- No soy tu hazmerreír. Estas lo suficientemente grande como para no entender las cosas, ¡Parece que estuviera hablando con un niño de seis años!
- ¡Callate!
- ¡Eres un completo idiota!
- ¡Te odio! - Al decir eso, no aguante y mis ojos se llenaron de lágrimas.
- ¡Jodete! ¡Ya no te aguanto más! No soy tu puto hazmerreír, ya desde hace días estas jodiendome con tus palabras tóxicas. ¡Se acabó! Terminamos.
- ¿¡Qué!? ¡No! Vanessa, no, por favor no.
- Oh, claro que sí. Bajate de mi puto auto.
- No. No lo haré.
- Pues jodete de una buena vez. - Salí del auto rumbo a mi apartamento.
- ¡Vanessa vuelve aquí! - Gritó
Voltee y le mostré mi dedo del medio. Ví como Cole reía mientras fumaba uno de sus tantos cigarros, trague saliva y volví a meter mi mano en el bolsillo de mi chaqueta. Pase por un lado de Cole y él me siguió.
- Deja de seguirme. - Le dije.
- No soy como él, claro que te seguiré. - Pare y lo mire.
- ¡Porque! ¿Porque arruinas todo, Mitchell? Él era el puto amor de mi vida. Por preocuparme por ti y venir hasta tu casa él lo tomó a mal, ya desde hace días venía así, diciéndome cosas horribles, ¡Son totalmente iguales, como físicamente y mentalmente! Los hermanos Sprouse son lo peor que he conocido, ¡Los odio con el alma!
- ¿Y yo que tengo que ver ahí? Era él el que te decía tales cosas, yo no.
Rei, mis tacones no me dejaban correr, solo podía caminar rápido, así que me los quité torpemente y salí corriendo hacia casa.
- ¡Vanessa! ¡No corras, carajo! - Me de tuve un momento
- ¡Jódete, tú y tu puto hermano! - Grité.
Segui mi camino con los ojos llorosos y mis tacones en mi mano derecha. Llegue a casa destrozada y cansada. Entre rápido y para mi suerte Dylan no estaba, Amélie veía televisión atentamente.
- Cariño - Ví como me veia asustada - Ve por tus cosas, nos vamos a Los Ángeles - Dije agitada.
- ¿P-porque?
- Dylan y yo... Se acabó. Se acabó totalmente, amor. - Trate de llorar y trate de dar una sonrisa, la cual falló y salió una mueca. - Rápido.
La puerta sonó, haciendo que el sonido de cuando intentabas abrir la puerta sonara. Amélie salió corriendo rápido para su cuarto. Salí rápido hacia el cuarto mío e hice mis cosas, Mientras subía las escaleras Dylan ya había entrado. Primero entre al baño y lave mis pies para poder ponerme mis tacones, acto seguido empece a empacar.
- ¿Para donde vas, mujer? - Dijo Dylan entrando a la habitación viendo lo que hacia.
- No aguanto más, y me iré. - Respondi.
- No. No te irás.
- No eres nadie para decirme que hacer.
- Soy tu marido, tu prometido.
- ¿Y?
- Pronto nos casaremos. No te puedes ir.
- Terminamos hace unos minutos atrás, ya no quiero estar aquí.
- Por favor, tomó mi muñeca.
- Hermana - Escuche la voz de Amélie.
- ¿Sí, amor? - Respondi rápidamente.
- Ya estoy lista - Ví como tenía su chaqueta puesta
- Esperame abajo, ya iré. - Ella asintió y yo retoque mi maquillaje y lo empaque junto mis accesorios y otras cosas. Acomode mejor mis gafas y cogí mi cartera y la maleta para bajar al primer piso.
- Vanessa, hablemos.
- No. - Salí del cuarto y baje, tome la mano de Amélie y salimos de casa, ví como mi auto estaba al frente, subimos y tomamos rumbo hacia el aeropuerto.
Mi móvil empezó a sonar, conteste y lo puse en altavoz.
- ¿Sí?
- Vanessa - Dijo Cole.
- ¿Dime ahora que quieres, Mitchell?
- Que vengas, así no tendras que irte lejos de mi.
- Yo...
- Vamos. No me vaciles.
- Estoy con Amélie, no puedo.
- ¿Amelie?
- Mi Her... Mi hija - Corregi, legalmente si lo era, había adoptado a Amélie.
- Ah... No sabía que habías tenido una hija con Dylan.
- No, la adopté.
- Ah
- ¿Si vendrás? - Me dijo
- Sí - Dijo Amélie.
- Amélie. - La regañe
- Aquí te espero.
Colgó la llamada
- Genial, Amélie. - Parquee a un lado de la carretera
- No quiero viajar, aquí en California me siento... Bien.
- No, no, no, no quiero vivir otra vez con Sprouse. - Apoye mi cabeza al timón del auto.
- ¿Es tan malo? - Pregunto.
- Fuimos pareja. Los peores meses de mi vida.
- ¿Porque?
- Peleabamos mucho.
- Ah.
- ¿Segura que te que quieres quedar? - Seguía en la misma posición y la mire de reojo y ví como asintió. - Lo importante es que te sientas cómoda.
Ella sonrió y suspire, hice que el auto volteara y tome rumbo a la casa de Mitchell, las calles eran alumbradas por las luces de la calle, su color amarillo me ayudaba a visualizar mejor las calles y las luces del auto me ayudaban al compás, el poco camino que llevábamos parecía eterno, pero con tal de que Amélie se sienta bien, me basta.
- Tengo hambre - Dijo Amélie
- ¿Quieres ir a comer por ahí? Aún falta mucho para llegar.
- Sí, por favor.
Tome otra ruta y fui hacia las comidas rápidas donde Dylan me llevaba a comer. Al llegar apague el auto y ayude a Amélie a desabrocharce su cinturón.[...]
- Gracias Mitchell.
- De nada, linda.
- Bobo.
- Te llame hace unas horas, como notas te, estaba llorando.
- ¿Que sucedió?
- Lili, me término, y pues, pensé arreglar las cosas contigo.
- Por Dios Mitchell.
- Porfi - Hizo un puchero.
Suspire y subí hacia Amélie, dormiría con ella por si Cole se le ocurría hacer algo con ella. Abri delicadamente la puerta y ví como estaba sentada a la orilla de la cama, su piel extremadamente blanca y su pelo extremadamente negro la hacia ver demasiado linda, sus ojos verdes. Era la réplica de mi madre, y yo la de mi padre. Me cambie al frente de ella, ya teníamos la suficiente confianza, había veces que ella dormía en el medio de Dylan y yo por el miedo a la oscuridad que ella tenía, yo también tengo ese miedo, termine de demaquillarme y Amélie se acomodó en el rincón, yo me acosté en la orilla. Ella apagó la luz, la cual le quedaba relativamente cerca, a los minutos sentí como se durmió, en cambio yo todavía no podía, di varias vueltas en la cama durante un buen rato, sentí como tocaban la puerta levemente. Me parece con pereza y fui a ver que pasaba.
- No tengo sueño - Me dijo
- ¿Y?
- Durmamos juntos - Me atrajo hacia él sin permiso
- No.
- Porfi
- Que no
- Porfi
- No
- Eres la única que me hace dormir bien, tu olor me acuna.
- Esta bien, pero solo un rato, no quiero dejar sola a Amélie.
- Estará bien, deja
Fuimos a la antigua pieza donde dormiamos juntos. Me acosté en el lado donde antes dormía, no le di la espalda a Cole y deje que se acurrucara en mi pecho mientras yo jugaba con su pelo.
- Te amo - Susurro
- Imbécil - Reí
- Te amo.
- Esta bien.
- Te amo
- Que bien
- Te amo
- Felicidades
- Te amo. Y mucho
- Me alegro.
Se volvió a acurrucar en mi pecho, mi piel estaba de gallina, al sentirlo de nuevo, junto a mi. Sentía mil cosas en mi estómago, mi garganta se seco y mis manos temblaban, mi corazón bailaba de felicidad y mi espalda no podía estar más tensa que nunca.
- Te necesite durante mucho tiempo. - Suspiro - Tu olor ya era casi necesario. - Me apretó más a él. - ¿Dónde se fue tu amor para buscarlo rápido?
Reí ante tal frase, él se separó lo suficiente para poder verme.
- Estaba yo aquí esperándo a usted- Se acomodo mejor y apoyo su cabeza con su mano - Con la esperanza de que ambos volviéramos a nuestros sentidos y viéramos cuán infantiles estábamos actuando. - Musito una sonrisa - Que tal vez esta noche sería la noche en que finalmente sucumbiríamos a la pasión y nos entregaríamos completamente el uno al otro.
- Pues estabas completamente equivocado, amor.
- No creo.
- Pues si.
- Regresemos
- ¿Cual es la obsesión de los gemelos Sprouse de estar conmigo? - Le dije jugando
- Cualquiera estaría loco por ti.
- No... Si fuera así, antes lo hubieras estado por mi.
- Solo quería beber. Y tener sexo.
- Eras un completo idiota.
- Aún - Se acercó, haciendo que mi corazón amenazara en salir de mi cuerpo. Mi corazón lo quiere, lo desea, pero mi ego no.
Unió nuestros labios, sentí sus resecos labios encima de los míos, su aliento a menta retumbó en mis labios, no me sasio ese pequeño beso, y volví a unir nuestros labios, haciendo que mi corazón explotara, el sabor de menta de su boca hizo que me estremeciera, haciendo que deseara más de él, el beso no subía de tono, si no que se quedó en el tono de suave y lento. Lento con una tortuga. Nunca le gusto besar hasta perder la respiración que los pulmones acumulaban, así que separó.
- Te extrañe.
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Stupid Love Story • 𝗖𝗼𝗹𝗲 𝗦𝗽𝗿𝗼𝘂𝘀𝗲 • Terminada
Fanfiction• - ¡𝘔𝘦 𝘩𝘢𝘴 𝘳𝘰𝘵𝘰 𝘦𝘭 𝘤𝘰𝘳𝘢𝘻ó𝘯! - 𝘎𝘳𝘪𝘵é 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘭á𝘨𝘳𝘪𝘮𝘢𝘴. - 𝘛𝘦 𝘭𝘰 𝘩𝘢𝘴 𝘳𝘰𝘵𝘰 𝘵ú 𝘮𝘪𝘴𝘮𝘢 - 𝘋𝘪𝘫𝘰 é𝘭 𝘤𝘰𝘯 𝘴𝘶 𝘪𝘯𝘥𝘪𝘧𝘦𝘳𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢 - 𝘗𝘰𝘳 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘳 𝘢𝘭𝘨𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘢𝘣í𝘢𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘵�...