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Gaia

Nos vemos luego - me despedí de Gabi.

Él se depidió con la mano. Cerré la puerta y salí del hospital. Decidí ir a dar una vuelta, quería perderme un rato por la ciudad. Caminé por muchos sitios que Nathan no me había enseñado. Yo era de pueblo, pero la ciudad tenía su encanto.

Cuando el sol empezó a caer destrás del horizonte decidí volver a casa. Pero no supe cómo volver. «Se te ha olvidado pedirle a Nathan la ubicación de la casa, muy inteligente por tu parte Gaia» pensé. Entonces pasó un señor por mi lado, y decidí preguntarle.

-Perdone - le dije - ¿usted sabe cómo...

Me quedé de piedra.

-¡¿Papá?!

Él también se sorprendió. Era él, sin duda. Ese hombre alto y flaco, con el pelo platino y los ojos azules que llevaba años sin ver, estaba delante mía.

-Ga-Gaia - dijo - ¿Qué haces aquí?

-Estoy de paso, pero me he perdido.

-Madre mía, estás muy cambiada - me sonrió - ¿Cómo estás?

-No muy bien - bajé la cabeza.

-¿Y eso?

-Es Gabi, está muy enfermo en el hospital.

Se le abrieron los ojos de golpe

-Hoy me he enterado de que tiene una enfermedad cardíaca, y que van a tener que operarle - continué - Pero, la operación sale muy cara y no sabemos si podremos pagarla.

Me cayó una lágrima del ojo. Él me miró, y con un gesto rápido, me rodeó entre sus brazos. No me esperaba eso. Ese calor, lo había echado de menos, el calor del tierno abrazo de un padre.

-No llores - dijo tranquilo - Sabes lo fuerte que es, va a estar bien.

En el fondo, seguía siendo el de siempre. Gabi y Nathan se habían peleado con él, pero yo veía delante el hombre que me había enseñado las cosas bonitas de la vida. El que me regañaba si había hecho algo mal, o el que aguantaba mis tonterías cuando yo era pequeña.

-Venga, voy a ayudarte a volver a casa - me dijo.

-¿Dónde estabas? - preguntó Nathan - Estaba preocupado

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-¿Dónde estabas? - preguntó Nathan - Estaba preocupado.

-Perdona, me perdí - me disculpé.

-Vale.

-¿Has hablado con Mark? - pregunté.

-Sí, le ha parecido bien. Aunque le ha dolido un poco - admitió.

-Bueno, es normal. Gabi estaba un poco cabreado, estaria bien que hablases con él, que le hicieses entender que lo hacemos todo por su bien.

-Sí, iré a verle mañana por la mañana. Pero no sé si querrá entender, ya sabes lo cabezota que es - rió levemente.

-Sí, le conozco muy bien, pero también es muy empático, quizás entienda cómo nos sentimos - respondí - Por cierto, cambaindo de tema, el cumpeaños de Gabi es de aquí poco ¿no?

-A ver, hoy somos... - dijo Nathan mirando el calendario - Hoy somos 30 de diciembre. ¡Es en 5 días!

-Pobrecito, qué lástima me da que tenga que pasar su cumpleaños en hospital. ¿Qué podemos hacer? No podemos llevarlo a ningún sitio, pero tampoco lo van los regalos materiales...

-Pensaremos en ello - respondió - Mejor vamos a dormir, se hace tarde.

Estaba en la sala de espera del hospital

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Estaba en la sala de espera del hospital. Nathan me había dicho que quería hablar a solas con Gabi. Entonces, a lo lejos del pasillo le vi venir hacia mi.

-¿Que? - pregunté.

-Nada, está cabreado conmigo - respondió Nathan - No quiere hablar, ha pasado olimpicamente de mi, como si yo no existiera.

Suspiré. No era ninguna sorpresa, conocía bien a Gabi.

-Ya hablaré yo con él, ya sabes lo cabezota que puede llegar a ser.

Después de eso, Nathan se fijó en un chico que acababa de entrar por la puerta. Él también se percartó de que Nathan lo miraba.

-¿Riccardo? - preguntó Nathan.

-Entrenador Swift, perdone, no le había visto - respondió el muchacho.

-¿Vienes a ver a Gabi?

-Sí - respondió Riccardo - ¿Hay algún problema? ¿Se encuentra bien?

-Sí sí, solo que está con los humos algo subidos, no quiere saber nada de mi, se ha enfadado. Pero no creo que se descargue contigo. Habitación 265.

-Gracias entrenador, nos vemos - se despidió de él, y luego de mi.

Le observé como se iba lentamente por el pasillo.

-Se llama Riccardo, es un buen amigo de Gabi - dijo Nathan.

-Parece un buen muchaco - contesté.

-Sí, viene de família rica, y es una persona muy educada y cordial.

-Eso está bien. Quizás él pueda hacer que Gabi vea la cosas como son realmente - dije.

-Ya lo veremos, por ahora no podré entablar conversación con Gabi hasta que se digne a dirigirme palabra.

-No te preocupes, ya sabes como es, se sentirá solo al rato y querrá hablar - le calmé.

-Eso espero - contestó Nathan.

Mientras yo esté aquí...  [Inazuma Eleven] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora