Mientras yo esté aquí... [Inazuma Eleven]

8

Gabi

Estuve un rato charlando alegremente con Nathan. Reíamos, le tocábamos las narices al otro... vamos, como de costumbre. Pero, hubo un momento en el que su expresión se puso seria.

-Tenemos que hablar - me dijo.

-Verás - contesté un poco cansado, siempre que decía esa frase, "tenemos que hablar" era porque estaba preocupado por algo, a veces por tonterías.

-No, va enserio, esto es importante Gabi - noté un poco de tensión en su rostro, no estaba para bromas.

-Vale, te escucho - le dije.

-Hoy... Hoy me he encontrado con tu padre.

-¡¿Qué?! - di un salto de la sorpresa - ¡¿Aquí!?!

-Sí - contestó él - pero no hemos tenido una conversación precisamente agradable.

-¿Qué ha pasado?

-Bueno, primero me ha preguntado sobre vosotros, y yo le he acabado diciendo lo que pensaba sobre lo que hizo, vamos, cosas bonitas pocas. Pero ha dicho que quería veros, a ti y a tu hermana, y pediros perdón.

¿Pedirnos perdón? ¿Ahora? La verdad es que yo nunca había sido muy rencoroso, pero perdonarle por lo que había hecho, eso era otro nivel. Odiaba a mi padre, sí, pero en el fondo era eso, mi padre. No sabía qué decir.

-¿Qué debo hacer? - pregunté.

-Esto es cosa tuya Gabi, ya eres mayorcito, solo haz lo que tú creas que es correcto.

Dudas, dudas y más dudas pasaban por mi mente. «¿Qué hago? ¿Le perdono? ¡No, ni hablar! Pero es mi padre... » no paraba de pensar en eso.

-Ya sé - dije - Llamaré a mi hermana, ella sabrá como tratar con esto.

-Buena idea - contestó - Mientras tú hablas con ella, yo iré a hacer la cena, se hace tarde.

Nathan se fue de mi cuarto y yo agarré mi teléfono móvil. Tecleé los números exactos del móvil de mi hermana, y me coloqué el dispositivo en la oreja izquierda. «Vamos, cógelo» pensé al no oir la voz de Gaia al otro lado.

-¿Diga? - preguntó ella.

-Hola Gaia, soy Gabi - respondí.

-¡Hola Gabi! - dijo alegremente - ¿Qué tal, como va todo?

-Bien, todo genial - mentí - Escucha, tengo que contarte algo, necesito tu opinión.

-Claro, ya sabes que para eso estoy - respondió, sin detener el entusiasmo. Ella siempre había sido así.

-Eh... Por donde empezar... - dudé - Hoy Nathan se he encontrado con papá en al calle...

-...

Se hizo un silencio. Por unos momentos pensé que la llamada se había cortado, pero no, ella seguía ahí.

-De, ¿de verdad? - preguntó finalmente, sorprendida.

-Sí. Han discutido un rato. Al final, papá le ha dicho que quería vernos para disculparse - me puse la mano en la nuca - Aunque yo no sé si quiero verle.

-Ya - contestó - Entiendo como te sientes. Te voy a ser sincera, yo también le odio con toda mi alma, no te lo voy a negar.

-¿Pero? - pregunté.

-Todos nos merecemos una segunda oportunidad, supongo. Puedes intentar quedar un día con él y hablar sobre el tema. Si ves que la cosa no funciona, olvidate de él.