"Lo siento."
Abrió el grito de la regadera viendo las pequeñas gotas de agua caer sobre la tina del cuarto de baño mientras se desnudaba con la intención de tomar una rápida ducha antes de que su "señor" se despertará.
"Sabes que necesitó olvidarte..."
El anillo fue retirado de su mano nuevamente quedando encima de su uniforme doblado sobre la taza del váter dejándolo con la mayor delicadeza que podría reunir en ese momento donde sus nervioso lo hacían casi tropezar con sus zapatillas.
"No hice nada malo, ¿verdad?"
Él se colocó debajo del chorro de agua pasándose una mano por su rostro incapaz de concebir la idea de haberle sido infiel a sus votos por culpa de un malcriado cachorro de alfa que impregnó su sutil aroma a menta sobre él.
—Necesitó ir un psicólogo. — Admitió en voz baja quedándose viendo hacía sus pies, y tratando de pensar en una manera de huir de ahí.
"Lo siento, Beatriz, pero ya no soy tan jóven para vivir está vida."
Miguel Ángel soltó un suspiro tembloroso recordado la razón de esa ducha mañanera. "Estúpidas feromonas alfa." Él andaluz vio el agua correr tomándose un momento para aclarar su mente.
~°~
Rubén entre abrió sus ojos aún somnoliento viendo la silueta de alguien moverse a su alrededor probablemente Luzu abriendo las cortinas para permitir la luz iluminar su habitación marcándole el inicio de su rutina, pero Luzu no se plantó a su lado dispuesto a arrebatarle las sábanas de encima y ordenarle que tomara una ducha para despejarse.
No, ese alguien simplemente se alejó permitiéndole descansar más tiempo, y eso lo hizo levantarse de la comodidad de su cama para encontrarse con la mirada sombría de su peculiar sirviente.
"¿Y Luzu?" Pensó confundido viéndole fijamente con las sombras del sueño aún entorpeciendo su pensamiento.
—Joven, Rubén...— Mangel hizo una pausa buscando la palabras "correctas" para está clase de situaciones incómodas, "¿qué se dice cuándo te follas a tú jefe y esté luce con cara no recordar ni su nombre?" Él prefirió irse con el protocolo. — ¿Desea qué le prepare un baño o prefiere volver a casa para el desayuno?
—¿Eh?
Él joven alfa seguía viéndole fijamente con el ceño fruncido en un intentó de conectarse. Ese lugar no era su habitación, era la de un hotel y uno muy familiar, ¿otra noche de fiesta? ¿Por qué Mangel parecía inusualmente más borde con él? Rubén solo por reflejo, giro su rostro buscando a su posible amante o amantes, no será la primera vez que Mangel lo encontrará así, pero si la primera en que Rubén se encontró solo y desnudo respirando en el aire su aroma mucho más potente que muchas otras veces.
"Esto no se volverá a repetir, Rubén."
Rubén se removió entre las sábanas sintiéndo una agradable sensación de humedad escurrir por entre sus piernas al rozar sus muslos por debajo de la sábana y sonrió orgullo ante la erección matutina aparecer justo en el momento perfecto, "¿creerías qué te dejaría ir fácilmente, baby?" Él joven alfa se mostró complacido al ver a Mangel desviar su mirada al suelo, "no eras tan tímido anoche, Mangel."
—Mangel, ven aquí. — Pidió Rubén con fingida amabilidad.
Mangel obedeció a su órden de forma automática aún en contra de sus intentos por buscar una escapatoria de ese par de ojos brillantes llenos de una oscuridad que sabía leer a la perfección, "huye" decía su mente peleando contra su lobo interior quién se postraba a los pies de ese arrogante y lujurioso cachorro.
Rubén espero hasta tenerlo lo suficientemente cerca como para alcanzar la corbata de su traje y atraerlo con la misma contra él, Mangel abrió sus ojos sorprendidos ante el brusco contacto que lo hizo caer en el regazo del alfa.
Él se rió. — No pierdes el tiempo, ¿verdad Mangel?
Miguel Ángel intentó apartarse, pero Rubén se lo impidió con una sola una orden.
—Eres mi sirviente, Mangel, ayer fuí muy gentil contigo y esperó que me demuestres tu gratitud. — Rubén retiró sin delicadeza la sábana que cubría su desnudes y acarició su falo, sonriéndole de manera provocativa.
"En otras palabras, es mi turno. " Miguel Ángel pasó saliva con dificultad.