"...Lo siento."
Silencio.
—¿Manhe?
"No pudimos hacer nada más por él."
—...No quiero hablar, por favor. — Suplicó con la voz rota. — Quiero estar solo.
Miguel Ángel apretó con fuerza el anillo de su alfa contra su pecho.
"Seré tuyo hasta la muerte, y más allá."
Él solo quería llorar en silencio su pérdida.
Miguel Ángel entre abrió sus ojos.
"Es un placer, soy Miguel Ángel y ¿tú?"
— Mangel necesitó charlar contigo con urgencia. — Llamó Luzu desde el otro lado de la puerta.
Miguel Ángel se llevó una mano a su rostro para despejarse un poco tratado de recobrar por completo la conciencia de lo sucedido apenas captando las palabras de Luzu quién parecía ansioso por tener una audiencia con él. Pero, "Mangel" ni siquiera tenía las fuerza mental para sostener una charla con alguien, y menos sabiendo por donde iría dicha conversación con ese extraño personaje.
"Tú futuro marido, lindura."
—Es sobre él señorito Rubén. — Aclaró Luzu sonando ansioso.
"Me hubiese encantado."
Miguel Ángel simplemente formo una sonrisa vacía de sentimiento; él se reincorporo del suelo con torpeza, a causa del entumecimiento de sus miembros y la pesada bruma en su mente que lo desorientaba por completo. Él se paso una mano sobre su cabellera castaña apenas consiguió mantenerse en pie aferrándose al borde de la cama. "Mierda" pensó al sentir entre sus mechones una sustancia pastosa y tibia manchar sus dedos mismos que observó sin procesar correctamente lo que era.
—¿Mangel? — Luzu insistió tocando de nueva cuenta.
—¿Qué pasa con Rubén? — Preguntó aclarado su garganta para hacerse oír mejor.
"Mangel" se dejó caer pesadamente contra el borde de la cama hasta dejar de sentir las cosas girar a su alrededor, o la molesta sensación de caer al vacío prefiriendo quedarse quieto y usar cómo ancla a Luzu para mantenerse concentrado en algo más que sus memorias que parecían listas para hundirlo nuevamente.
Luzu pensó muy bien sus palabras antes de decir.— Él señorito Rubén parece tener un especial interés en ti, ¿sabes? No creó que sea capaz de dejarte pasar la grave falta que cometiste hacía él, Mangel, se la cobrará.
Miguel Ángel soltó un escueto:
— No espero mas de ese cachorro.
Si Luzu dijo algo más, Miguel Ángel lo ignoró porque prefirió descansar y desconectarse por completo de su maldita realidad con una pastilla para dormir.
"Beatríz fue igual. "
