Después del nefasto espectáculo a la salida del cine, la atmósfera en el auto se volvió tensa y cargada de temor. Eliseo seguía ansioso por conocer más detalles sobre la disputa, pero mi madre parecía reacia a compartir más información sobre su pasado.
Me di cuenta de que estaba tratando de protegerse a sí misma y a mí de la vergüenza y el dolor que podrían surgir al abrirse completamente con el profesor de educación física.
—Cecil, entiendo que pueda ser difícil hablar sobre estas cosas, pero necesito saber la verdad para poder seguir adelante con nuestra futura relación —insistió Eliseo, con sinceridad en los ojos—. No puedo seguir fingiendo que no pasa nada cuando claramente hay mucho más en tu pasado de lo que me has dicho y ahora estoy en el limbo.
Mi madre suspiró, visiblemente angustiada por la presión que sentía para revelar más sobre su pasado. Sabía que no podía seguir evadiendo la verdad por mucho más tiempo, pero también temía las consecuencias de ser completamente honesta con Eliseo.
—Lo siento, Eliseo. Es solo que hay cosas en mi pasado que preferiría dejar en el pasado —respondió mi madre, con la voz cargada de angustia—. No creo que sea necesario hablar de ellas ahora.
—Eliseo no es buena idea indagar a estas horas de la noche, mejor charlen sobre eso mañana en la casa —dije.
Eliseo pareció decepcionado por mi respuesta evasiva, pero también demostró comprensión y paciencia mientras procesaba sus palabras.
—Entiendo, Meteora. No quiero presionarlas para que hablen de cosas que no se sientan cómodas compartiendo conmigo —dijo Eliseo, con calma en la voz—. Pero quiero que sepan que esto pudo terminar en violencia, esa mujer parece tan desquiciada que pudo golpearlas
—Te equivocas, yo estoy aquí para apoyar a mamá, pase lo que pase —le dije a Eliseo—.Ya hablaremos del asunto otro día. Lo que sucedió hoy puede suceder cualquier día.
—¡Ja! Yuri no tiene valor —manifestó Pattie.
La conversación se estancó mientras mi madre y Eliseo seguían en silencio, cada uno perdido en sus propios pensamientos y emociones. Me di cuenta de que tenía que hacer algo para desviar la atención de mi madre y aliviar la tensión en el aire antes de que se volviera insoportable.
—Oye, ¿qué te parece si cambiamos de tema? —propuse, tratando de romper el hielo—. ¿Qué piensas de mí? ¿Cómo crees que me sintí al vernos juntos esta noche?
Eliseo pareció sorprendido por el cambio repentino de tema, pero pronto se unió a la conversación con entusiasmo.
—Bueno, creo que tú estabas claramente molesta por ver a tu madre conmigo a los besos —respondió Eliseo, con una sonrisa divertida en el rostro—. Pero no creo que eso debería preocuparte. Lo que importa es lo que tú sientes y lo que quieres, no lo que piensen los demás.
—¿Dijiste besos? Yo no los vi besándose en ningún momento. Estábamos viendo la película y al parecer ustedes no... —dije extremadamente sorprendida.
—Yo tampoco los vi —respondió Pattie, mientras retorcía la punta de su vestido para para no reír.
—¡Bah! Que quede claro que él me besó primero —le respondió mamá lanzando una risotada.
—No hables así, es pecado —dije bromeando—. Se podrán besar después de casarse.
Mi madre asintió con gratitud por las palabras reconfortantes de Eliseo, y pronto nos vimos inmersos en una conversación animada sobre su relación con mamá y sus posibles motivaciones.
Era evidente que mi madre había logrado desviar la atención de Eliseo de su pasado por el momento, y eso me dio un sentido de alivio y satisfacción al saber que podíamos seguir adelante sin tener que enfrentar la verdad por el momento.
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Después de una noche llena de emociones y revelaciones, Eliseo nos dejó en la puerta de casa, se despidió con un abrazo cálido y unas palabras de ánimo para mi madre y para mí. Aunque la tensión seguía presente entre nosotros, la sensación de complicidad y apoyo mutuo que compartíamos nos ayudó a superar el momento difícil que habíamos enfrentado juntos.
La acompañé a Pattie hasta su casa que estaba situada al final de la calle.
—Meteora no debes apenarte, pero no creo que sea buena idea que tu mamá le revele a su novio que toda su vida fue una mentira —dijo mi amiga, mientras encendía un cigarrillo.
—Me parece que tenés razón y hablaré con mi vieja, no quiero que Eliseo termine pensando que es una ingenua —añadí, antes de volver a casa.
Esa noche, mi madre y yo nos retiramos a nuestras habitaciones, cada una perdida en sus propios pensamientos y preocupaciones. Sabíamos que la conversación con Eliseo sobre nuestro pasado no había terminado, y que tendríamos que enfrentar nuevas preguntas, desafíos en el futuro y que si quería que todo funcione de verdad sería mejor tratar el pasado con mucha prudencia.
Al día siguiente, nos despertamos con la mente llena de incertidumbre y ansiedad por lo que vendría a continuación. Sabíamos que teníamos que enfrentar la verdad sobre nuestro pasado y nuestras relaciones pasadas, pero también temíamos las consecuencias de ser completamente honestas con Eliseo.
Cuando el pelinegro regresó a nuestra casa al mediodía, parece que él estaba decidido a obtener respuestas sobre el pasado de mi madre. Estaba ansioso por saber más sobre las relaciones que ella había tenido antes de conocerlo a él, y no estaba dispuesto a dejar el tema sin resolver.
—Cecil, necesito que hablemos sobre lo que pasó ayer —dijo Eliseo, con seriedad —. Sé que hay cosas que no quieres contarme, pero necesito saber la verdad si vamos a seguir adelante juntos.
Mi madre parecía incómoda ante la insistencia de Eliseo, y dudó antes de responder. Sabía que no podía seguir evadiendo el tema por mucho más tiempo, pero también temía las consecuencias de ser completamente honesta con él.
—Lo siento, Eliseo. Es solo que hay cosas en mi pasado que no son tan importantes —respondió mi madre, con la voz entrecortada—. No creo que sea necesario hablar de ellas ahora, ni nunca.
Eliseo pareció decepcionado por la respuesta negativa de mi madre, pero también parecía que quería escarbar para llegar a esa respuesta.
—Entiendo, hermosa. No quiero presionarte para que hables de cosas que no te sientas cómoda compartiendo —dijo Eliseo—. Pero quiero que sepas que nunca te juzgaré, sin embargo esa mujer mencionó que tú eras infiel a tu esposo y quiero saber si es verdad.
—Oye Eliseo, ¿qué te parece si salimos a pasear esta tarde? —propuse—. Este domingo está muy soleado.
Eliseo pareció confundido con lo que dije.
—¡Ah! Ya sé. Tu madre era infiel y vos estás saboteando mi pregunta ¿verdad? —expresó el pelinegro muy impaciente.
—¿Quiere usted que le diga la verdad? —dijo mi madre enojadisima.
—Sí...,no..., es decir..., amor... —balbuceó él.
—Bien, te lo diré. Su nombre era Ray y conmigo fue muy bueno. Era pobre y vendía diarios, también tocaba el violín en los subtes. ¿Precisa saber otros detalles, Eliseo? —mintió mamá para desviar la atención.
—¿Entonces Ray era tu amante? —exclamó Eliseo confundido.
La mentira de mi madre sobre su supuesto amante había sido creíble, sé perfectamente que lo hizo para que el pelinegro no piense que era una ingenua y cornuda. Eliseo pareció convencido ¿esto traerá alguna consecuencia?
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METEORA y las secuelas de la muerte
Short StoryAlgunas personas juran amor y fidelidad eterna cuando se casan, pero llega un día inesperado, donde la oportunidad de tener sexo y lujuria con otra persona lo cambia todo.