Vegetta suspiro nervioso mientras que sostenía el pequeño ramo de flores, llevaba algunos días de terapia con Auron y se sentía preparado para dar el primer paso. Podía decir que estaba bastante asustado, temía el rechazo de Rubius y si todo llegaba a salir mal no sabia que haría esta vez, así que estaba de pie enfrente de su gran espejo revisando hasta el ultimo detalle.
— ¿Todo correcto? — La voz de Auron lo despertó de su ensoñación, tenía una ceja levantada y aunque lo quisiera esconder se le notaba la preocupación. Se rió mentalmente por ese detalle ya que el psicólogo había sido su única compañía en esos días, podía llegar a decir que ambos también se habían convertido en buenos amigos.
— Pues claro hombre. — Trato de sonreír pero una mueca extraña se formo, podía sentir como sus manos sudaban y como los malos pensamientos que habían estado rondando por su cabeza todos esos días volvían con fuerza. Intento respirar profundamente pero solo consiguió estar más ansioso. — Estoy demasiado nervioso ¿y si me manda a la mierda? claro... lo merezco pero no quiero que eso suceda.
Auron lo golpeo en la mejilla, luciendo tan serio que pensó que le iba a regañar como antes. — Mira Vegetta... todos cometemos errores, que tu la hayas hecho gigante es todo un problema. — El oji morado lo fulmino con la mirada pero lo dejo continuar. — Rubius sin embargo tiene el corazón como el de un niño, te va a perdonar en seguida pero no se olvidara de lo que hiciste con su corazón, además tienen el jodido vinculo que los une más de lo que un humano podría tener.
— Humano... haha, creo que ya que eres mi psicólogo deberías saber toda la historia. — Murmuro entre dientes, notando como los ojos de Auron brillaban de manera curiosa.
— A lo que voy Vegetta es... no intentes ser perfecto con Rubius, el lo notara y te joderas aun más, ve despacio con el y gánate nuevamente su confianza. — Auron lo tomo del cuello de la camisa, luciendo amenazador. — Si la vuelves a cagar no te dejare que te acerques a él, si lo lastimas estas muerto así seas casi un dios en el pueblo.
Se sentía jodidamente abrumado, quería ser capaz de dar lo mejor por Rubius, demostrar que podía ser mejor pareja y que su vinculo no se rompería pero todo se sentía tan difícil. Asintió lentamente hacia su amigo quien estaba esperando una respuesta de su parte y se alejo lentamente, arreglando su camisa más nervioso que antes y tomando el ramo de flores con más fuerza.
Si no lo hacia ahora ¿tendría alguna oportunidad en el futuro?
*
Rubius suspiro por enésima vez en el día, estaba demasiado desesperado y ansioso de estar encerrad en el jodido bar de la cafetería. Podía notar como el tiempo pasaba tortuosamente y lo que se supone que debía llegar para él, aun no aparecía, tomo el celular de su bolsillo para fijarse en la hora y en las notificaciones entonces sintió como su animal empezaba a chillar de emoción en el fondo de su mente.
"Rabis, si lees esto y aun estas en la cafetería quiero que me perdones. Lo que va a suceder hoy ha sido planeado durante días solo para que ustedes pueda hablar, si algo sale mal estaremos para ti pero si las cosas salen bien celebraremos a tu lado.
Todos estamos apoyando lo que pueda pasar de ahora en adelante, espero que la pases bien en la cita con Vegetta."
Estuvo a punto de salir corriendo por la puerta pero entonces el olor de Vegetta invadió con rapidez la habitación, quiso taparse la nariz para evitarlo pero eso solo haría ver raro así que espero. Movió sus orejas incomodo e intento que su olor fuera totalmente neutro, golpeteo la mesa con sus nudillos hasta que por fin entro. Vegetta lucía totalmente distinto a como lo había conocido hacia unos meses, su olor demostraba que estaba a punto de romperse y bolsas negras debajo de sus ojos lo tomaron por sorpresa.

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Hybrid.
Fiksyen PeminatKarmaland están lleno de habitantes con habilidades especiales, pero hay algunos de ellos que fueron creados mucho más de lo que la imaginación puede llegar. Rubius era un híbrido de oso, se escondía en su cabaña hasta que la curiosidad lo llevó a...