Rubius tiro del pantalón a Fargan para llamar su atención, se había escapado por poco de la casa de Vegetta y necesitaba alguien con quien hablar. El chico búho lo miro con curiosidad y sonrió brillantemente, al parecer no era el único que tenía ganas de hablar.
— ¡Pero bueno, mira quien tenemos aquí! — Rubius soltó una risita y el moreno paso su brazo por los hombros del otro híbrido. — ¿Te pudiste escapar del loco ese? Porqué hueles muchísimo a él, como si se hubieran frotado el uno con el otro.
Rubius se sonrojo y nego rapidamente con la cabeza. — ¡N-no! Podré actuar con el instinto pero me controlo muy bien con respecto a los olores, de todas formas debe ser como si el me hubiera abrazado... nada que ver con aparearse.
Fargan lo miro fijamente con sus ojos amarillos sintiéndose mal por el chico, olía completamente al cabrón de Vegetta, como si el humano supiera muy bien que lo estaba marcando con su olor para que ninguna persona se le acercara. Chasqueo la lengua demasiado fastidiado por la situación, además, si trataba de rastrear el olor de Rubius solo encontraba la esencia haciendo más dulce... lo que significaba que las feromonas del chico oso estaban intentando atraer a ese maldito.
— Vale, ¿ya conociste al resto de personas que viven en el pueblo?
Rubius se puso más nervioso y estrujo la tela de saco entre sus manos. — De eso te quería hablar... ohm, Vegetta me invito a una cita, dijo que me quería enseñar el resto del pueblo
Fargan alzó su ceja con sospecha. — ¿De verdad? Haha, espero que vayan a todas las casa entonces. — El castaño lo miro con sus verdes ojos que brillaban muchísimo, se sintió mal porqué el pobre al parecer ya estaba ilusionado con el desgraciado.
Siguieron hablando por otro rato hasta que el anochecer llego, se sentía como si por primera vez estuviera con alguien que lo entendiera perfectamente, ambos compartieron algunos conocimientos que tenían sobre los híbridos y dejaron que más animalitos se acercaran a su lado. Sus animales estaban contentos y el vinculo que crearon ese día fue de una manada, intentaron no tocarse mucho para evitar mal entendidos hasta que una persona con un olor conocido se acerco a ellos lentamente.
Fargan saltó del lugar en donde estaba y corrió hacia el desconocido, un humano albino que si olfateaba mejor tenia varios olores impregnados a el, pero no... ¿se habría apareado con alguno? negó mentalmente y espero hasta que ambos recordaran su presencia. Su nuevo amigo había suavizado su olor y todo olía como si intentara atraer al humano hacia el, además la manera en la que ambos se miraban y hablaban sonriendo cada dos por tres.
— ¡Ven Rubius!
Escucho la voz de Fargan llamarle desde el lugar donde estaba, emocionado. Se acerco lentamente hacia los dos chicos, por una parte su amigo estaba totalmente feliz y sus feromonas lo demostraban pero entonces el chico albino lo estaba observando como si fuera un intruso, sus ojos verdes se veían calculadores y fríos en esa cara tan bonita. Intento no gruñir de molestia, su animal se estaba poniendo de las puntas.
— Este es Willy, vive muy cerca de acá y su casa parece un árbol. — Fargan casi parecía tirar corazones con sus ojos cuando hablaba del muchacho así que aparto la mirada. — Y este es Rubius, lleva viviendo hace mucho tiempo acá pero el muchacho no sale mucho de su casa y como te das cuenta es un híbrido de oso, mola ¿verdad?
Ambos se dieron la mano con algo de incomodidad y fue en donde sintió el olor del búho totalmente impregnado a la piel del otro, arrugo la nariz porqué era como si tuviera un ambientador pegado en el. — Un gusto Willy, eh... recién he empezado a conocer a todos los integrantes de Karmaland. —Sus orejas se movieron nerviosas y apenas podía mantener su sonrisa incomoda.

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Hybrid.
FanfictionKarmaland están lleno de habitantes con habilidades especiales, pero hay algunos de ellos que fueron creados mucho más de lo que la imaginación puede llegar. Rubius era un híbrido de oso, se escondía en su cabaña hasta que la curiosidad lo llevó a...