Capítulo XXIV

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Estoy nerviosa, pero intento no demostrarlo. Stephen sube al escenario eso quiere decir que en pocos momentos toda la verdad saldrá a la luz. Lo que me parece sumamente curioso es que mi padre no haya asistido, él nunca se perdería la presentación de su protegido Horacio Fitzgerald, pero no quiero especular nada ya tengo demasiado en mi cabeza y mi estómago también ya se está afectando.

Sé que Jonathan está casi detrás mío y puedo distinguir a uno de los hombres de Ángela, pero no la veo a ella ni a los demás. Eso sí que me coloca más nerviosa, pero ya pasará; todos me han prometido que cuidaran de mí y lo más importante es que no creo que quieran hacer más grande sus problemas atentando contra mí en público. Escucho que todos comienzan a aplaudir recién tomo conciencia de lo que está sucediendo; es el momento, es mi momento. Me levanto de mi asiento ayudada por Horacio. Mientras camino Jonathan se me acerca y me dice: - ¡Estaré siempre tras de ti! -

Respiro profundo y me dirijo al podio creo que Stephen sería un excelente actor, estira su mano para recibirme como si fuera una de las cosas que más ansía. Me coloco frente al micrófono y miro a Horacio, creo que acaba de caer en cuenta de quien está por hablar. Laura fue desplazada a un lugar casi cerca de la puerta de salida y también puedo ver que Stephen después de dejarme se dirigió hasta Horacio quien se levantó. Ambos me miran y yo les sonrío, tomo mi discurso y lo dejo a un lado, suspiro y aquí vamos:

-¡.... Muy buenas noches y muchas gracias para todos ustedes por darse el tiempo de venir a nuestra tan importante noche...esta noche en que todos podrán decir que conocen de verdad a nuestro querido Horacio (APLAUSOS)- Tomo un poco de agua y busco a Jonathan detrás mío él nota mi inseguridad y me guiña el ojo para que continúe: -Debemos reconocer que es un hombre de grandes valores familiares.... - bajo la cabeza y seco un poco mis manos que sudan por los nervios, vuelvo a suspirar y ahora sí que no podré detenerme, me giro para mirarlo. Creo que él y Stephen saben lo que viene-...y por sobre todo valores monetarios como lo hizo al cobrar las comisiones por apoyar las leyes que cambiarían los valores de las contribuciones a las grandes empresas, como también los contrabandos de armas que envía a Medio Oriente y también como podemos hacer la vista gorda sobre la trata de blancas, sí la misma trata de blancas que tienen bajo el alero de una empresa de fantasía con el Senador Lowes, quien también es mi padre...-

Para ese momento todos se están volteando para mirar a Horacio y encararlo, pero este ya había desaparecido.

Yo aún continúo con mi discurso.

- Además creo que todos los aquí presentes deben saber porque fue el mayor asombro de mi marido al verme aparecer esta noche: porque el, Horacio Fitzgerald, su mano derecha el señor Stephen Connors y mi padre, sí mi querido padre el Senador Lowes contrataron a alguien para asesinarme porque más te serviría ser un dolido viudo ¡buscando llegar a la Casa Blanca! -

Ya en ese momento los asistentes estaban levantándose de sus asientos para retirarse indignados de esta cena, Jonathan sube raudo hasta el escenario para ayudarme a bajar. Junto a él los agentes del FBI que ya se habían identificado, obviamente nadie sabía dónde estaban los otros tres personajes en cuestión. Antes de salir del salón Ángela se nos une, más uno de los agentes quien nos para, por un momento para darme una información: - ¡Sra. Fitzgerald! debo informarle que también realizamos una redada en la casa de su padre; ahí descubrimos el cadáver de su madre, quien yacía con un disparo desde la nuca y el cuerpo de su padre con un disparo en la boca. - por acción instintiva me afirmo en Jonathan porque de todas maneras la noticia me ha afectado: - ¡Lo primero decente que lo veo hacer en años! -

Jonathan me mira y me toma desde la cintura: - ¡Vamos, debemos salir de aquí, nos esperan en la agencia! -

Nos dirigimos directamente hacia la salida principal, Ángela ya había entregado las pruebas de todo lo que había mencionado, yo durante el discurso y muchas otras cosas que no alcanzaron a salir. Es tanto el desmadre que hay afuera escucho que aún no encuentran al diabólico triunvirato, que Jonathan me toma de la mano y me hace retroceder y llama por teléfono: -¡Ingrid, mueve el auto hacia la calle de atrás del hotel! ¡Te estaremos esperando ahí! - No sé quién sea ella, pero creo que podrá ayudarnos.

Corremos como podemos, lo cual a mí se me dificulta bastante porque el vestido era muy ajustado. Entramos por la cocina y corremos entre la gente que estaba ahí trabajando hasta que llegamos a la puerta que necesitábamos, salimos y hay un gran auto negro con el motor en marcha y una rubia estupenda esperándonos. Antes de subir escucho gritar a lo lejos mi nombre: - ¡ELISA! - Escucho un ruido muy fuerte y siento un golpe en mi pecho. Es tan fuerte el dolor que siento que me caigo, por suerte Jonathan me sostiene y no me permite caer al suelo, Ingrid abre la puerta trasera y Jonathan me sube, partimos con urgencia a un hospital.

-Elisa, Elisa, no cierres los ojos. ¡Quédate conmigo! - Toma mi mano y la besa

Escucho que la tal Ingrid le habla: - ¡Así que es ella la mujer por la que esperabas! - Pone los cambios al auto y arranca lo más rápido posible: - ¡Iremos al hospital más cercano que esta creo a 5 minutos, afírmala porque iremos rápido! - en verdad siento que el auto vuela, mientras que Jonathan me habla en todo momento para que no pierda el conocimiento. Pero lamentablemente llega el momento en que ya no puedo seguir, lo escucho cada vez más lejos, mi vista se está volviendo borrosa y siento todo mi cuerpo pesado. ¡Te amo Jonathan, pero no puedo...!

Mr. Pine (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora