Capítulo XII

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Narra Francis

Al escuchar las palabras de Jonathan, Elisa cae al suelo desmayada.

-Dios, este viejo idiota jamás nos vio como hijos; ¡solo fuimos mercancía para él! - Óscar se lanza junto a Jonathan para atender a Elisa, Francis llega unos segundos después con un vaso de agua.

Mientras yo tomaba la cabeza de Elisa, Óscar miró a Jonathan y le preguntó directamente: - ¿Tú, como te enteraste de que fue él fue quien encargó el asesinato de Elisa? -

Jonathan cerró sus ojos, suspiró y respondió: - ¡Fue uno de sus hombres el que me contactó en Londres para encargarme de tu hermana! -

No sé en qué momento Óscar se transformó y lanzó a Jonathan lejos de Elisa, se levantó miró a su alrededor y tomó un cuchillo para amenazarlo. - ¡Aléjate de mi hermana! -

Jonathan rápidamente se había levantado y llevó sus manos hacia las rodillas: - ¡Oh Dios, que tiene esta familia con los cuchillos! - se coloca en posición de combate y en un movimiento muy rápido se abalanza contra Óscar le toma la mano en que tenía el cuchillo, desde la muñeca, se coloca de espaldas y le da un fuerte golpe con el codo en la cara. Resultado Óscar con la nariz ensangrentada, Jonathan con el cuchillo en la mano quitándose la sangre de encima y Elisa gritando como loca para que no se siguieran haciéndose daño. Una escena: SUBREALISTA TOTAL.

Relata Elisa

En realidad, después de la declaración sobre mi padre me fui a negro y desperté cuando Jonathan había golpeado a Óscar en la nariz para quitarle un cuchillo, Francis estaba a mi lado tratando de que bebiera un poco de agua. - ¡JONATHAN, déjalo! - me levanto lo más rápido que puedo y llego al lado de Óscar, pasándole un paño para cubrir su nariz. -Oscar, cálmate yo ya sabía lo de Jonathan; ¡pero ahora él me está ayudando! -

- ¿Y cómo puedes confiar en él después de trabajar para Lowes? -

- ¡Creo en él! es el único en que puedo confiar en estos momentos. - digo esto mientras miro por el rabillo del ojo a Jonathan que está a un lado limpiando la sangre de su ropa.

- ¡Hermano, ahora necesitamos un lugar donde alojar por esta noche, dinero y un lugar apartado donde deshacernos del auto que tenemos! - Óscar aún no se convence sobre lo de Jonathan.

Francis toma el paño con el que estoy limpiando la nariz de Óscar y me indica que yo ayudase a Jonathan - ¡Óscar, confía en tu hermana! Creo que ella es adulta, puede decidir en quién confiar y por algo está escapando con él. -

Me acerco a Jonathan y le ayudo a limpiarse el sutilmente me toma desde la cintura y me habla al oído: - ¡Gracias por volver a confiar en mí! - casi a escondidas volteo mi cara y le doy un sutil beso.

Desde en frente escuchó a Francis decirle a mi hermano: - ¡Creo que esos dos necesitan con urgencia un cuarto! - al escuchar eso Jonathan y yo nos reímos.

Óscar y Francis nos llevan a su casa. - ¡Te ha ido muy bien hermanito! - exclamo cuando entramos.

- Si, a pesar de lo que predijo Lowes ¡no me convertí en un marica fracasado! - toma la delantera y nos dirige hacia el patio interior. Ahí había una pequeña cabaña que era su casa de alojados. - Bueno, pueden quedarse tranquilos aquí, por mientras iré a romper mi celular para que Horacio no siga llamando. -

- ¡Si necesitan cualquier cosa, nos avisan! Nunca nos acostamos temprano y con respecto al auto le encargué el trabajo a un amigo que tiene un deshuesadero. Ya nadie podrá encontrarlo y aquí tienen las llaves del mío. ¡Hasta el momento no podrán relacionarme a mí con ustedes! - Me cuelgo del cuello de Francis, no tenía porque y ha sido tan bueno con nosotros.

Nos despedimos, pero antes de irse mi hermano se voltea para hablar seriamente a Jonathan, apuntando lo con el dedo: - No quiero saber que has tocado a mi hermana, ¡porque yo mismo...! -

Francis lo toma y se lo lleva, no sin ante comentarle: - ¡Cállate, Óscar! que estos dos ya se han tocado lo suficiente. - cierran la puerta al salir.

Al quedar solos solamente nos miramos y volvió a agradecerme por confiar en él. -Te lo estás ganado! - digo esto y lo beso, pero un beso con el que supiera que lo necesitaba, que necesitaba su cuerpo dentro del mío.

Me levanto y conmigo sobre sus caderas buscó la habitación, cuando la encontró me tumbó sobre la cama y empezó a sacarse la ropa en forma inmediata. Con eso nada más confirmaba que había recibido mi mensaje de tenerlo conmigo.

Esta con el torso descubierto, ya está sudado y brillante lo cual hace que me excite más. Muerdo mis labios, baja apoyándose sobre mí, me besa de la manera más candente que pueda haber. Abre mi blusa y la saca con rapidez al igual que mi brasier, se va directamente hacia mis pechos y toma uno con su boca y el otro con su mano. El deseo, esta volviéndonos locos y eso que aún tenemos la mitad de la ropa puesta.

Relata Jonathan

Elisa sabe tan bien y sus pechos son deliciosos, toda ella lo es y sobre todo con ese nuevo corte de cabello se ve hermosa.

Dejé por un momento sus pechos y dirijo mi mano a su entrepierna, por sobre sus pantalones empiezo a masajear su zona delicada y a llevar un ritmo. Empiezan sus gemidos suaves en un principio y mientras subo la intensidad de los masajes comienza a retorcerse y a jadear con desespero. La beso y desabrocho su pantalón, meto mi mano ahí puedo sentir que está muy húmeda. Sus manos acariciaban mi espalda y de repente bajan a mi pantalón también mete su mano por debajo del boxer y comienza a masturbarme. - ¡OMG! - por unos minutos pierdo la concentración y alejó mi rostro del de ella. Esto es demasiado, creo que como un idiota adolescente me correré enseguida. Alcanzo a tomar su mano y logro parar una eyaculación que ya era inminente.

Alejo mi cuerpo de ella para tratar de controlarme, al parecer se da cuenta porque tiene una risa muy pícara en sus labios.

Saco mis pantalones y todo los que pueda irse con ellos. Mi pene ya palpita solo, por lo que le voy a dar una pequeña lección a la Sra. Fitzgerald. Le quitó lo que le quedaba de ropa y la tomó por las caderas para acercarla a la orilla de la cama, beso sus muslos, muerdo sus labios, paso mi lengua por todo su sexo. Solo puedo escuchar: - ¡Ahhhh! -

Enreda sus manos entre mi pelo, por lo que escucho puedo decir que estoy haciendo algo muy bien aquí. Meto un par de dedos dentro de ella y se siente tan bien que no resisto e introduzco mi lengua: - ¡Que bien sabes Sra. Fitzgerald! -

Levanto un poco la vista y veo que toca sus pechos, creo que tengo algo desatendida esa parte, por lo que saco mi lengua y subo como un león agazapado. Reparto besos por todo su cuerpo y llego a su boca que también está caliente, la tomo en un beso salvaje. Nos levanto de la cama y la volteo, me coloco sobre ella y muerdo su espalda, con mis dedos busco su entrada húmeda y hago que mi miembro entre sin compasión.

Tomo sus brazos y los tiro hacia atrás mientras la embistió con fuerza.

Hoy no queremos delicadezas, ¡hoy seremos salvajes!

Relata Elisa

Lamentablemente creo que mi hermano no podrá dormir hoy. Jonathan y yo estamos vueltos locos, como nunca antes, es tan salvaje el sexo que estamos teniendo y aunque duele un poco me encanta.

Está entrando tan fuerte dentro de mí que creo que me pondré a llorar, pero a la vez es tan satisfactorio. Por fin suelta mis brazos y puedo apoyar mi pecho sobre la cama, continuo con mis caderas y trasero levantados mientras que Jonathan entra y sale de mi como un loco.

Toma mis caderas para hacerlas llevar su ritmo también, siento como sus testículos golpean mi clítoris y eso ya es demasiado. Siento mi cuerpo temblar, siento que voy a estallar y así lo hago con un grito ensordecedor que lleva su nombre.

Vuelve a voltearme y se monta sobre mí, toma una de mis piernas para hacer más accesible mi entrada y sigue con sus embestidas. Lo veo en su cara ya está por correrse: - ¡Grrrr...! - pocos segundos después así lo hace, cae rendido sobre mí con la respiración entre cortada. Se levanta y toma mi mano herida, con el fragor de la batalla ni recordé el dolor, pero ahora estaba nuevamente sangrando.

- ¡Lo siento, me dejé llevar y no recordé tu herida! - me besa.

- ¡No te preocupes que yo tampoco lo recordé! - Nos besamos para seguir con el momento....

Mr. Pine (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora