Capítulo XXI

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Relata Jonathan

Por suerte creen todo lo que les digo, les doy una posible ubicación del auto y del cuerpo, están felices porque cumplí con mi parte del trato. Lo que me preocupa es que ya estamos a pocas horas de la cena y no sé si Ángela tiene las pruebas suficientes para inculpar a Horacio, Stephen y Lowes. Llamarla en estos momentos, ni pensar eso sería firmar la sentencia de muerte de Elisa.

Estoy completamente sedado así que me sacan del hospital con el fin de estar con ellos en la noche de la cena, no sé si querrán mi ayuda o me tendrán como rehén hasta que encuentren el auto.

Relata Elisa

Ángela tiene una idea, es algo descabellada, pero le encuentro la razón. Irán todos los hombres que tiene a la cena, entrarán como garzones y cuando sea el momento indicado me abrirán el paso para hacer la denuncia delante de todos los invitados. De todas formas, debo pasar desapercibida por lo que ya me estoy preparando, recorte y teñí mi cabello tendré que usar lentes de contacto. En realidad, estoy muy nerviosa por tener que ver nuevamente a Horacio y también a mi padre, aunque sé que no debo tener miedo porque Ángela y sus hombres me protegerán.

En el salón donde se desarrollaría la cena estaban todos trabajando a mil. Stephen entra acompañado de Laura, ambos bajan las escaleras mientras que ordenan algunos cambios que los trabajadores deben hacer de repente Laura se le acerca para preguntarle: - ¿Has pensado que haremos si no encuentran el cadáver? - Stephen la mira furioso, la toma violentamente desde el brazo y la azota contra una pared.

- ¿Eres Idiota? ¿Como se te ocurre mencionar eso frente a más gente? -

- ¡Pero Ste.....! -

- ¡Creo que Horacio las elige con pinzas! Sigue así y tampoco llegarás a la Casa Blanca estúpida. - al momento de soltarla Laura se toma el brazo por el que había sido tomada y lo frota. Stephen la deja y continúa revisando los trabajos.

- Laura ¿qué sucedió por qué esa cara de dolor? - Horacio venía entrando desde la puerta principal que daba al hall del hotel donde se desarrollaría el evento.

- Nada, solo me resbale y me golpee un poco pero no te preocupes. - Horacio le da una disimulada caricia en la mejilla.

- ¡Ya nos queda poco para poder disfrutar de todo esto juntos Amor! - ambos se miran y se sonríen como adolescentes enamorados, mientras que ella aún frotaba su brazo.

- ¡Hey ustedes dos deben calmarse, recuerden que hay demasiada gente aquí! - Stephen les llama la atención de muy mala manera.

- Ok Stephen, pero cálmate. Pronto nos llamarán tus chicos y sabremos que esta todo como siempre debió ser. - Stephen lo mira con cara odio.

- ¡Hasta que no lo hagan corremos el riesgo de que Pine nos haya mentido! - Se acerca a Horacio: - ¡Recuerda que por eso lo mantenemos en la casa! -

Relata Jonathan

Me acaban de dar otra dosis de analgésicos. No sé si me estoy recuperando o son muy buenos, pero ya me siento bastante mejor, espero a que la enfermera salga y me levanto. Se que hay un guardia de punto fijo frente a mi puerta, no se quien es pero lo escucho cada vez que viene la enfermera y ella debe decir a que viene. Con algo de dolor me visto, no está mi arma ni mi bolso, pero está bien sé que no me metí con novatos. Reviso a mi alrededor y a la enfermera se le quedo un lápiz sobre la mesita de noche, lo tomo y me ubico detrás de la puerta.

- ¡Ahhhh, por favor ayúdenme. ¡ME DUELE! - grito desesperado. El guardia entra y saltó sobre él por la espalda; tapó su boca no necesito que nos escuchen en estos momentos. Obviamente él trata de defenderse retrocede y golpeó contra la pared, pero su ataque no tiene caso y entierro el lápiz en su cuello así que cae desangrado. Limpio mis manos y abro un poco la puerta, sé que estoy en un lugar que no es muy concurrido ya que no querían que mucha gente se enterara de que yo estaba aquí. No hay nadie cerca ni tampoco escucho ruidos por el pasillo, es mi oportunidad de escapar y buscar a Elisa.

Me muevo sigiloso por los pasillos, escondiéndome entre los recovecos que encuentro para no ser descubierto. Recuerdo donde guardan las llaves, pero lo pienso mejor y no voy a tomar ninguno, saldré de los terrenos de la casa y en la carretera pediré un aventón.

Entro al pasillo que dirige a la oficina de Horacio, debo esconderme de nuevo Anastasia acaba de salir, espero a que este cerca mío la sorprendo desprevenida, la tomo desde su cintura y tapo su boca ella lucha con fuerza y patalea. De verdad está haciendo que me duelan las costillas, pero prefiero acallarla de una vez y golpeo su cabeza con la pared; no la maté, pero si ha quedado inconsciente, la dejo bien escondida dentro de uno de los armarios, pero antes de dejarla busco las llaves de la oficina.

- ¡Perfecto! - ya las tengo en mi mano. Voy directo a la oficina, rápidamente entro tratando de hacer el menor ruido posible. Busco en los cajones encuentro algo de efectivo y un revolver, es pequeño, pero servirá. Busco los cartuchos y ok ya estoy listo para salir a ayudar a Ángela y Elisa.

Mr. Pine (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora