4-¿Lo conseguiré?

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Un rayo de sol molestaba a mis ojos, así que me di media vuelta para que no me molestase tanto, pero era inútil ya que me daba de lleno, así que sin intentar dormir otra vez me levanté del suelo de la montaña. ¿Qué hora será? Esa fue mi única pregunta, porque a las 7:00 tenía que estar en el puente. De repente empecé a escuchar pasos a lo lejos, pero no tenía fuerzas suficientes para levantarme, así que me tenía que quedar ahí, a esperar a que el que pasase me ayudase. No me gustaba nada que alguien me ayudase, cada vez que eso pasaba me sentía un inútil, pero no me podía levantar así que no tenía más remedio que esperar al que viniese.
—¡Hombre aquí estás ____!—dijo la voz que sonaba a Naruto.
—¿Naruto?¿Qué haces aquí?—pregunté.
—Vinimos a buscarte, nos suponíamos que estarías aquí.
—¿Vinimos? Si solo te veo a ti.—pregunté.
—También estamos nosotros—dijo la voz de Boruto.
—¿Qué haces aquí?—preguntó Sarada—Deberías de estar en el puente.
—¿Ya estás bien?—la pregunté.
—Sí, al parecer cuando me desmayé alguien me dejó afuera de mi casa.—me respondió ella con una sonrisa.
—Ven aquí.—la dije.
Ella vino hacia mí y yo intenté incorporarme, pero no lo conseguí y me caí encima de ella.
—Perdón.—me disculpé por caerme encima de ella.
—Nada— dicho eso me dio un abrazo.
—Ejem, seguimos aquí...—dijo Boruto.
—Sarada pásame a ____, ya le llevo yo a su casa.
—¿Puedo acompañaros?—preguntó Sarada.
—¡No!—chillé—puedo entrenar, todavía me quedan fuerzas suficientes para seguir entrenando, Naruto, puedo entrenar, no me lleves a mi casa.
—No puedo, lo siento ___, tengo que llevarte a tu casa. Yo, a tú edad, también quería estar entrenando el día, pero llegué a mi límite un día y tuve que descansar en mi casa.
—Me rindo, vale, llévame a mi casa.
—Gracias por entenderlo.
—Oye ____, después de que descanses tienes que pelear contra mí.—propuso Boruto.
—Perfecto.—le respondí con una sonrisa.
—No te olvides de mí, tienes que pelear contra mí también. Sahringan contra sharingan.¿De acuerdo?—dijo Sarada.—Por cierto,¿tus padres no estarán preocupados por no haber ido a dormir a tu casa?
—De acuerdo—contesté.—No tengo padres.
—Lo siento, no lo sabía.
—No han muerto, o al menos eso creo, me abandonaron de pequeño.¿Nos vamos Naruto?
—Sí, Sarada ponlo en mi espalda por favor.—respondió Naruto.
—Voy, ¿os puedo acompañar?—agregó Sarada.
—Sí, ¿Boruto vienes?
—No, me voy a quedar entrenando.—contestó Boruto.
—Vale, adiós— se despidió Naruto.
Marchamos rumbo a mi casa y a mitad de camino por fin alguien se atrevió a hablar.
—Haced cómo que no estoy.—dijo Naruto—hablad de vuestras cosas, vosotros cómo si yo no existiese.
—Vale.—dijo Sarada.—____, Boruto me dijo que te preocupaste cuando me desmayé y que fuiste tú quien me dejaste en el suelo echada.¿Es verdad?
—No, fue Boruto quien hizo todo eso.—me limité a responder.
—____, no te vale esa mentira, Boruto llegó pronto a casa, al poco de que Sarada se desmayara—dijo Naruto.
—Oye, tú supuestamente no estabas en esta conversación.—dije y Sarada empezó a reírse suavemente.—Vale, fui yo, pero no me preocupé, solo hice lo que tenía que hacer.
—¿Y las preguntas que hiciste?—dijo Sarada con una sonrisa.
—¿Por qué estás tan feliz?—pregunté.
—Por nada—dijo con una sonrisa más amplia en la cara.—Solo que me hace gracia que no quieras hablar de esto.
—Hacéis bonita pareja.—intervino Naruto.
—¿¡Qué!?¿¡No!?—dijimos al unísono.
—Por favor, os lleváis fatal pero tenéis momentos divertidos juntos... todo cuadra.
—Tú supuestamente no estabas en esta conversación.—dijo Sarada enojada, era la primera vez que la había visto así y me asusté.
—Oye Sarada relájate un poco. Das miedo.—la dije.
—Tú cállate también.
Al parecer se enfadó con nosotros dos porque no nos volvió a dirigir la palabra, y eso conllevó al anterior silencio hasta que lo rompí.
—Naruto, ya puedo ir solo, ya no hace falta que sigas llevándome.
—¿Seguro?
—Sí, ya tengo la suficiente fuerza, o al menos eso creo.
—Como quieras.
Naruto me bajó de su espalda y empecé a andar por mí solo.
—Naruto, ¿nos puedes dejar a solas?—preguntó Sarada.
—Me va a matar, no me dejes...—le susurré a Naruto.
—Si quieres me voy, aunque no mates a ____, que tiene que seguir entrenando.—dijo Naruto sonriendo.
—No le mataré de momento, aunque si sigue así no prometo nada.—contestó ella.
—¿Así cómo?—pregunté.
—Diciendo que te asusto.—respondió Sarada.
—Chicos, me voy.—intervino Naruto.
—Adiós—nos despedimos los dos a la vez.
Le vimos alejarse y luego Sarada retomó la conversación que antes intervino Naruto.
—Aunque no lo admitas sé que en el fondo te preocupas por nosotros.—empezó Sarada.
Seguimos caminando un rato hasta que dije...
—Sarada, puedes irte a hacer tus cosas, no hace falta que me sigas acompañando.—dije.
—No tengo nada mejor que hacer, así que te sigo acompañando...—estaba diciendo Sarada.
—Sé que tienes más cosas que hacer, como por ejemplo... estar con Boruto, o recuperarte que ayer estabas mala.—intervine.
—No se lo digas a Boruto, pero prefiero estar contigo que con él, y respecto a lo otro ya me encuentro mejor. Voy contigo.
Seguimos caminando hasta llegar a un apartamento.
—Es aquí,¿quieres pasar?
—Sí por favor.
Entramos al apartamento y había un pasillo pequeño, a mano izquierda se hallaba mi habitación, a mano derecha la cocina y un poco más adelante estaba el baño.
—Muy bonita—dijo Sarada.
—No mientas, está mal.
—No estoy mintiendo, es acogedora—dijo mostrando una sonrisa.—¿Qué vas a hacer ahora?¿Vas a descansar no?
—Sí, descansaré un poco y luego iré a entrenar.
—Siempre pensando en entrenar...¿Piensas solo en eso?
—¿Para qué iba a pensar en algo más?
—Para nada, me voy, te dejo descansar.
—Adiós.—dije mientras ella se iba.—¡Espera!—fui hacia ella y la abracé.—Gracias por todo.
Ella se quedó con cara roja y de sorpresa, pero esa vez su cara no me molestó.
—A... ad...adiós.—dijo y salió por la puerta.
Fui hacia mi habitación y puse el despertador para que sonase a las 16:00, tenía una hora para dormir, lo cual agradecía mucho. Me metí en la cama y me quedé dormido.
Pi-pi,Pi-pi,Pi-pi.
Apagué la alarma y me levanté. Fui hasta la montaña y cuando llegué no había nadie. Esperé a Kakashi pero no llegaba cuando media hora después llegó.
—Perdón por llegar tarde—me dijo.
—No pasa nada.—contesté—¿me enseñas ya el chidori?
—Sí, claro. Recuerda esta combinación de sellos: Buey, liebre, mono, dragón, rata, pájaro, buey, serpiente, perro, tigre, mono. Inténtalo concentrando todo el chakra en la mano.
—Vale. Buey,liebre,mono,dragón,rata,pájaro,buey,serpiente,perro,tigre,mono.¡Chidori!—
Apareció un rayo minúsculo en mi mano.
—Muy bien, vuelve a intentarlo.—dijo Kakashi
—¡Chidori!
Otro rayo apareció en mi mano izquierda, solo que esta vez más grande que el anterior.
—Vas progresando,aunque aún te queda bastante.
—¡Chidori!
De nuevo ese rayo apareció, solo que ahora ese rayo era más grande, ocupaba mi mano entera.
—Genial, lo has conseguido.—me felicitó Kakashi—Si sigues así dentro de poco te enseñaré a utilizar el sharingan.
—Perfecto.
—Ahora si no te importa me voy.
—Adiós.
Yo fui a esperar a que se acabase el día entrenando hasta que se puso el sol, cuando llegué a casa me tumbé en la cama y me dormí.

¿Cómo ha sido esto posible?{Sarada y Tú}(Libro 1) FINALIZADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora