17- Una nueva técnica

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Hoy, jueves, empecé mi entrenamiento con mi nuevo entrenador, Jiraiya. Eran las siete de la tarde cuando vi a Jiraiya delante de unos baños termales espiando a las mujeres, aunque cuando le fui a preguntar dijo que estaba recogiendo material para un nuevo libro.
—Ero-sennin(ermitaño pervertido si mal no recuerdo)¿cuando me vas a entrenar?—dije cuando me harté de su comportamiento.
—Es verdad, tú entrenamiento... vale, dime qué es lo que ya tienes dominado.
—Pues... no lo sé, el control del chakra supongo.
—Pues vete a tirar shurikens a un árbol y cuando le des todo el rato donde tú quieres vuelves.
—Tsk, cómo mola tenerte de maestro.—respondí antes de irme a hacer una cosa que se me vino por la cabeza justo ahora.
Me fui a la montaña como siempre e hice el Chidori en mi mano izquierda, mientras que con la derecha hice el rasengan. Y los junté, creando una bola morada la cual era del tamaño de una pelota de tenis.
—¿Y qué hago yo ahora con esto?—pensé.—Tal vez lo pueda lanzar...
Probé a lanzarlo y se escapó de mi mano para ir a la dirección de un árbol, qué momentos después del impacto desapareció.
—Je,¿y ahora como hago para que vuelva a tener la bola morada?—murmuré.
Iba a intentar hacer la bola otra vez pero unos aplausos me detuvieron.
—Wow, realmente tienes potencial...—empezó Jiraiya.
—¿Eh? ¿Qué haces aquí Ero-sennin?
—Verás, como iba a decir te voy a entrenar, y va a ser ahora, no acepto un no por respuesta.
—¿En serio? Ya era hora viejo.
—Bien, quiero que hagas lo siguiente.
Time skip.
Acabamos el entrenamiento y yo estaba agotado, así que me fui a mi casa, pero por el camino me encontré con Naruto.
—Hey ___, tengo algo que decirte.
—Dime.
—El sábado tenemos misión.
—Vale, ¿y de qué se trata?
—Verás, tenemos que ir a por dos ninjas, los cuales robaron un pergamino de la aldea de la arena.
—¿Pero sino es nuestro pergamino entonces porque tenemos que ayudar?
—Porque el kazekage es un amigo mío.
—Entiendo, bueno yo me voy. Adiós Naruto—me despedí del pelinaranja.
—Adiós ___.—se despidió él también.
Seguí mi camino para llegar a mi casa, y al llegar me eché del tirón a la cama y me puse a dormir.
Viernes, me levanté de la cama e hice lo de todos los días, salí de casa y como hoy era viernes y mañana teníamos misión no había entrenamiento fui a comprar cosas, pero al girar por una calle mi idea principal de ir a comprar cosas se desvaneció y apareció otra.
Tomar la revancha contra Boruto y Sarada. Quiero pelearme contra ellos, así que fui a buscarles, primero a Boruto, el cual estaba dormido y luego a Sarada, la cual salió de su casa en pijama y al verme se sonrojó y volvió a entrar a su casa otra vez. Pensé que se iba a cambiar así que la esperé afuera, y al poco salió ella.
—Oye Sarada, hoy estás guapa, ¿lo sabías?
—¿¡Qué!?—dijo toda roja.
—Qué hoy estás guapa.—repetí.
Después de decir eso Sarada se tapó su cara con las manos y se desmayó.
Suspiré y me la llevé a la montaña.
—Espero que despierte pronto.
Me puse a entrenar mientras que Sarada despertaba y cuando despertó fui hacia ella.
—Hola Sarada, veo que ya despertaste.—dijiste cuando la viste levantarse pero al llegar solo viste su cara roja.
—Oye, ¿estás bien?¿No tienes fiebre?—pregunté mientras me acercaba más a ella para tocar su frente con la mía.
—E-e-estoy bi-en, s-s-solo ponte la ca-ca-camiseta, por favor.—respondió ella a punto de explotar.
—Je, perdón se me había olvidado que me la había quitado, perdón.—dije mientras me volvía a poner la camiseta.
—¿Pa-para que me lla-llamaste?
—Para estar contigo y si quieres hacer la revancha.
—¿Es-estar conmigo?
—Sí,¿pasa algo? Hoy estás más rara que normalmente.
—No, no pasa nada.
—Creo que lo mejor será que descanses Sarada, si quieres te acompaño a casa.
—¿Eh? No, no quiero irme a casa, es muy pronto.
—Bueno si quieres quedarte quédate, ¿estás en condiciones para pelear?
—Siempre,¿quieres echar ahora la revancha?
—Si, por favor.
—Vale, pues vamos a pelear.—dijo con una sonrisa mientras se levantaba del suelo y empezó a caminar.—Pero busquemos mejor otro lugar más amplio.
—Vale... ¿La orilla del Río?
—Me vale, vayamos ahí.
Time skip
Al llegar al rio nos pusimos espalda contra espalda, avanzamos tres pasos y nos dimos la vuelta. Solo se podía escuchar el sonido de los grillos, hasta que...
Corrí hacia ella, lancé un puñetazo y en cuanto lo bloqueó mi patada la hizo caer, ella en seguida se levantó y ahora fue ella la que empezó el ataque, intentó darme un puñetazo sin ningún resultado, así que yo salté a un árbol cercano. Sarada estaba ahí abajo, sería fácil derribarla ahora mismo, pero sería aburrido que el combate sea tan corto... Un momento,¿los ojos de Sarada se han vuelto rojos? No me jodas... se ha activado el sharingan.
—Oye Sarada, ¿te has activado el sharingan?—pregunté desde el árbol para confirmarlo.
—Sí, ¿por qué tú no lo activas?—contestó ella mirándome y haciendo fuerza en las piernas para saltar.
—Vale, me lo activo yo también.—respondí activándomelo y me lancé hacia Sarada.
Ella al verme ir hacia ella saltó hacia su izquierda, y cuando toqué tierra aprovechó para darme un puñetazo en la espalda haciendo que me cayese al suelo.
—Je, supongo que ya es hora de ponerse serios, ¿no crees Sarada?—dije al levantarme del suelo.
—Como quieras... luego cuando te derrote no quieres quejas.—respondió ella.
—Lo mismo digo. Venga, vente con todo.
Ella entró en acción, vino hacia mí y empezó un combo de puñetazos haciéndome retroceder, pero hubo una apertura. Dirigí mi puño hacia ahí para sacarme de ahí, y en efecto, Sarada retorció unos cuantos pasos. Ahora fui yo quien se abalanzó para hacer un combo. Se veía que Sarada lo estaba pasando mal, no podía frenar mis puños y estaba recibiendo todos.
—M-me ri-rindo.—dijo con la respiración agitada.
—Je, te he ganado Sarada.
—Si, pero la pro...
No terminó la frase porque le di un beso corto y torpe.
—¿Q-Qué? ¿Por qué me bes-besas-besaste?—preguntó Sarada completamente sonrojada.
—Pues porque me gustas Sarada.—confesé mis sentimientos.
—___, ¿en serio sientes algo por mi?
—Sí, Sarada, yo... te quiero.
—Yo también ___, te quiero. También me gustas ___, mucho, me gustas mucho.—contestó ella con lágrimas asomándose por su cara.

¿Cómo ha sido esto posible?{Sarada y Tú}(Libro 1) FINALIZADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora