capitulo 8

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¿PERO QUE MI...$&€£??
¿Era su padre? Y había intentado matarlo, ¿ que clase de padre intenta matar a su hijo? Mil preguntas se arremolinaban de nuevo, cada vez más dudas sobre todo el asunto en que nos metimos por culpa del maldito demonio carnicero dentro de mi pequeño Ulas, miraba atentamente a ambos hombres uno frente al otro mientras Mateo solo le sostenía la mirada con rencor y su padre que a su vez lo miraba con una sonrisa socarrona de medio lado.

-- entonces hijo, ¿a que se debe el placer de tu visita?-- dijo el padre de Mateo en tono sarcástico.

-- no vine de visita, vine porque tienes algo que necesito-- le dijo con rabia en su voz.

--¿ acaso es esto?-- dijo mientras sacaba una pequeña daga de su abrigo y se la enseñaba.

La daga no parecía gran cosa, una daga recta simple de tamaño mediano, lo suficiente para esconderla en su abrigo sin que nadie lo notase, el mango era negro y la hoja tenía un extraño tono entre naranja amarillo y rojo, era hipnotizante mirarla.

-- si, lo necesito, hay un pequeño con un carnicero dentro-- le explico superficialmente Mateo, pero su tono de voz notaba que no quería hablar con su padre.

-- ¿un carnicero? ¿Que te hace creer que podrás matar un carnicero, muchacho? -- se burló su padre.

-- no es tu problema, solo dame la daga, te la devolvere apenas acabe-- intento arrebatarle la daga.

-- no, no, no, si quieres esta daga deberás hacer algo por mi-- dijo su padre mientras guardaba la daga de vuelta en su chaqueta.

-- lo supuse, ¿qué quieres? -- hablo Mateo con fastidio.

-- necesito una ayudita con un demonio menor, un simple susurrador, en mi estado no puedo expulsarlo, menos matarlo, ya consumió a su portador pero no ha dejado la tierra-- explicó el sujeto.

-- ¿ porque te persigue? No tienes nada-- expreso Mateo mientras señalaba la casa en general donde nos encontrábamos.

-- no es algo que tengo, es algo que solo yo sé donde está, no es tu problema muchacho, solo necesito que lo mates por mi, hazlo y te daré la daga-- pidió el padre.

-- ¿cómo planeas que lo mate sin una daga de pangenita? -- pregunto Mateo.

-- ahora es humano, consumió el alma de su portador, es fuerte y veloz pero sigue siendo un mortal, puede morir con un arma humana-- explicó adolorido.

Sentía que se habían olvidado por completo de mi, estaba allí de pie sin entender una palabra de lo que hablaban, cada vez se volvía más confuso todo el asunto, yo solo quería salvar a mi hermano y ahora debíamos preocuparnos por otro demonio para obtener la daga.

--¿dónde lo encuentro ? -- cuestiono Mateo.

-- esta en la ciudad, el nombre del portador es Joshua Monz, es un don nadie, pero el susurrador logró hacerse de un lugar en un pequeño cartel que vende drogas por toda la zona-- informó el padre.

-- lo mataré, y me darás la daga-- ahora se dirigió a mi-- tu, te quedas aqui-- tomo mi arma y la cargo de balas nuevamente-- si se mueve, le disparas en la otra pierna.

Y luego se fue, dejándome sola y sin poder discutir con un hombre que no conocía en una casa de madera que apenas se sostenía, en las afueras del camino donde nadie podría ayudarme si de algún modo este sujeto me intentaba lastimar.

El padre de Mateo se volvió a mi y me sonrió con sorna, odiaba que se burlaran de mi, jamás se lo tolere a nadie así que dispare al sofá donde estaba sentado, haciendo que pegara un brinco por la sorpresa.

Los demonios de Pangea Donde viven las historias. Descúbrelo ahora