capitulo 6

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Mi madre sentó a Ulas en la cama mientras lo envolvía con una toalla, mi hermano estaba temblando por el frío y toda su carita era inocencia y labios un poco morados por la temperatura en la que estuvo sumergido.

-- ¿ qué mierda estaban haciendo con mi hijo? --- se dirigió a mi y a Mateo-- tu!! Te largas de mi casa en este instante y donde te vuelva a ver cerca de Ulas te pondré una denuncia por maltrato-- le hablo directo a Mateo quien salió rápidamente de la habitación y luego de la casa.

-- y tu!! -- ahora se dirigía a mi-- ¿que rayos te pasa? Es tu hermano ¿ qué estaba haciendo con el? --- me pregunto con lágrimas al borde de sus ojos.

-- se que no lo entiendes mamá, pero Ulas ya no es el mismo, ha estado actuando muy estraño, y Mateo solo me estaba ayudando a salvarlo-- estaba avergonzada nunca vi a mamá tan dolida.

-- porsupuesto que actúa extraño!! Tiene cáncer por el amor de dios!! No pueden hacer nada para salvarlo, no son doctores-- exclamó en voz fuerte mientras volvía a abrazar a Ulas.

No supe que responder mi garganta se cerró por completo y Amel solo me tenía fuertemente tomada del brazo escondiéndose detrás de mi. Las lágrimas comenzaron a correr mientras mis padres se llevaron a Ulas a su habitación y me miraban con miedo y decepción.

Pronto recibí un mensaje de texto de Mateo.

Mateo: "debemos sacar al demonio de Ulas, tus padres corren un grave peligro, el demonio se fortalece, pronto no quedará nada de Ulas que salvar"

Carmen: " ¿ qué se supone que haga? Mis padres creen que quisimos matarlo, no lo dejaran solo conmigo de nuevo"

Mateo: " debes traer a Ulas a mi casa, aquí puedo ayudarlo"

Carmen: "¿ como coño quieres que haga eso? "

Mateo: " no lo sé, pero debe ser rápido, o toda tu familia morirá, el demonio dentro de Ulas no solo es recolector de almas, es un carnicero, le agrada el sabor de la carne y la sangre, lo se por sus dientes y sus garras, si no lo traes rápido, tu y tu familia moriran"

Corrí hacia el cuarto de Amel, y le dije que debía ayudar a distraer a mis padres mientras yo tomaba a Ulas, Mateo me envió las palabras en latín que había usado antes para dormir a Ulas, solo tenía que decirlas fuertemente mientras lo tomaba de la cabeza, debía ser rápido, mis padres seguramente no durarían mucho con vida y no podía permitirlo, debía salvar a mi familia y debía hacerlo rápido.

Salí del cuarto de Amel y me dirigí al cuarto de mis padres, toqué la puerta y mi madre salió con los ojos hinchados de tanto llorar.

-- perdóname mami, no es lo que crees, Ulas ya no es el pequeño que era hace unas semanas, hay algo maligno dentro de el debemos ayudarlo-- le dije par intentar que me entendiera e incluso con la esperanza que me ayudara.

-- claro que es algo maligno Carmen, tiene cáncer, no es razón para tratar de ahogar lo en su propia bañera -- decía mientras me tomaba de los hombros.

-- no intentábamos ahogarlo, queríamos sacar el demonio que lo tiene poseído mamá-- mi madre me miró como si estuviera completamente loca.

-- no tengo tiempo de tus estupideces o bromas Carmen, casi matas a tu propio hermano, la que no es la misma eres tu, ahora solo déjanos dormir mañana hablaremos de esto-- dicho esto se escuchó un fuerte grito desde el cuarto de Amel.

Y tanto mi madre como mi padre salieron corriendo en su dirección para averiguar el porqué de sus gritos, en ese instante me metí en el cuarto rápidamente y Ulas no se encontraba en ningún lado.

Lo busqué con la vista y no pude encontrarlo, algo viscoso cayó en mi hombro y volteé la vista hacia arriba, allí estaba Ulas como una lagartija pegada al techo, sus ojos tan negros que formaban líneas oscuras fuera de ellos, sus garras más grandes que la última vez y sus dientes más amarillos y filosos que lo que recordaba mientras saliva caía de su boca y goteaba sobre mi.

Se abalanzó sobre mi tubandome al suelo y enterrando una de sus garras en mi hombro haciéndome gritar, tratando de hacer a un lado el dolor lo tome por su cabeza mientras decía " A dormientes bestia", pelos Ulas solo comenzó a reírse con esas dos voces infernales.

No podía ser posible ¿ cómo es que no había funcionado? No podía pasarme esto, el dolor el mi hombro se hacía insoportable, y Ulas solo lo disfrutaba mientras lamia la sangre que emanaba de mi.

-- ¿ creíste que podías dormirme hermanita? El maldito enfermero me tomó por sorpresa pero de ti ya lo esperaba, y ahora, tu y tu linda familia me darán el festín más delicioso de mi existencia-- se acercó a mi oido-- estoy ansioso por drenar cada gota de sangre de tu exquisita madre-- dijo tratando de hacerme enojar.

Comencé a gritar más fuerte ya que estaba moviendo sus garras dentro de mi hombro provocandome un dolor insoportable, mi sangre estaba corriendo por el suelo y mi vista se estaba nublando.

-- Ulas por favor, se que sigues allí, no me harías daños jamás soy tu hermana, por favor, para...-- pronto un fuerte golpe se hizo presente y pude ver a mateo con un bate en sus manos un segundo antes de que todo se volviera oscuro.

Los demonios de Pangea Donde viven las historias. Descúbrelo ahora