La fundación que nos proporcionó el apoyo fue extremadamente generosa, nos mudó por completo a una casa en las afueras de la ciudad, la casa era enorme, teníamos una habitación para cada uno de nosotros, nos dieron un auto el cual podíamos usar cuando quisiéramos pero principalmente era para llevar a Ulas (mi hermanito) a sus tratamientos.
Le dieron a mi padre un contacto que lo ayudó a conseguir un mejor trabajo donde ganaba mucho más, igual hicieron con mi madre y conmigo, mi otro hermano (Amel) de 12 años fue transferido a un mejor colegio donde su educación era superior a la que estaba recibiendo, y Ulas tenía su propio cuarto que parecía mas un cuarto de hospital ya que tenía todos los implementos necesarios para tratar su enfermedad.
Esa mañana me levanté corriendo, iba tarde al trabajo, por alguna razón me había quedado dormida o la alarma no había sonado, ¡yo que se!, mi madre estaba en la cocina preparando algo de comer.
-—buenos días hija—me saludo ella
—buenos días mami, voy tarde, ¿porque no me despertaste? — le pregunté mientras corría por la cocina buscando mi celular al mismo tiempo cepillaba mi dientes.
—eres adulta, debes encargarte tu misma, además no me dijiste que debía despertarte, ¿ vas comer algo antes de irte? O lo preparo para que te lo lleves ?— mi madre es muy linda con nosotros
—para llevar ma... apenas si me da tiempo de ir despierta-—le dije mientras corría de regreso al baño.
Me vestí lo más rápido que pude después de la ducha más rápida que jamás me había dado, me recogí el cabello en una coleta y salí corriendo a la cocina por mi comida, por poco me caigo en las escaleras, lo se, soy muy torpe aveces.
—carmen, creo que debemos buscar una enfermera para tu hermano, mi trabajo se está volviendo un tanto más demandante, sabes que debemos trabajar y ahorrar, no sabemos por cuánto tiempo nos va a apoyar la fundación—me explico mi madre mientras entraba a la cocina.
— claro mami, buscare un par de opciones, te veo en la noche— le di un beso en la mejilla y salí corriendo.
Tome el auto que gracias a dios mis padres dejaban que usara en emergencias y conduje directo al trabajo como si me encontrara en una carrera, por suerte llegué viva y no atropeye a nadie.
Después de la jornada del día me dispuse a buscar un par de contactos de enfermeras que cuidarán pacientes a domicilio, no es como si supiera mucho del tema pero quería lo mejor para mi hermanito, curiosamente me llamo la atención un muchacho de 28 años que era enfermero en el mismo hospital donde llevábamos a Ulas por sus quimioterapias, el trabajaba solo medio tiempo allí y estaba ofreciendo sus servicios para cuidar personas en su casa, creí que sería buena idea contratarlo ya que almenos tenía una referencia de el y no seria un completo desconocido así que tome su contacto y le escribi un correo.
Al poco tiempo me respondió afirmando que estaría encantado de cuidar a Ulas, ya que anteriormente habían hablado en el hospital asi que acordamos un salario y coordinamos que iniciaría al día siguiente.
Esa noche llegué a casa y todo estaba en silencio, mis padres no estaban en casa y Amel estaba en la habitación de Ulas, ambos veían una película para niños, mientras comían palomitas de maíz, me senté junto a ellos y comencé a acariciar el cabello de Ulas, por un segundo miré mi mano y tenía un gran mechón de Ulas entre los dedos, mi hermanito estaba perdiendo el cabello, aún así este volteo a verme, por un segundo casi imperceptiblemente sus ojos se tornaron completamente negros, y me sonrió de una manera escalofriante, parpadee un par de veces para asimilar lo que acababa de ocurrir pero el ya había volteado y estaba viendo la película como si nada.
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Los demonios de Pangea
FantasiUna mirada oscura, unos dientes afilados, y una sonrisa que denotaba maldad en un rostro de un pequeño de tan solo 3 años, la oscuridad cayendo sobre él aprovechando su debilidad e inocencia, un demonio consumiendo la luz y la energía de su alma, el...