She Is Rayito. (Rayito)

XXV. Morí.

M.

¿Han sentido el desespero de ver a alguien o llegar a algún lugar?

Llegue al colegio algo estresada, sinceramente ese no quería ir, no quería ni levantarme de mi cama, pero debía, al llegar era a ver las mismas caras y esa maldita rutina estaba matandome, pero recordé el primer motivo por el cual no quería faltar hoy, la vería, después de tanta desesperación y anhelos, la vería, la abrazaría y eso me motivo ese día, aquella sonrisa que no veía hace tiempo volvió a salir, permanecía en mi rostro, al llegar la hora la vi, estaba tan simple, pero para mi se veía hermosa, y nos abrazamos, en ese momento mi corazón se aceleró, era como si estuviese respirando de nuevo, se sentía bien, se sintió bien, me sentí bien, sentarme observarla, tomar sus frías manos, todo, era simplemente maravilloso tenerla de nuevo a mi lado, lo necesitaba, olvide todo, el tiempo, los problemas, todo lo que había pasado, sinceramente, ¿alguna vez han sentido como si estuvieran en una etapa mental de paz y tranquilidad?, así era ella, era un atardecer, en ese tiempo que estuve con ella me la observe, me enamore de nuevo de aquellos ojos, de ese paradigma que era ella, lo siento, pero no era mi culpa, yo no mandaba en este sentimiento, no era dueña de esa acción, juro que muchas veces luche contra el, contra mi misma, con el fin de por fin eliminar con todo aquel sentimiento de amor, no solo hacia ella, si no también hacia otras personas, pero era inútil. Era inútil olvidar su mirada, su sonrisa, olvidar su voz, su risa, olvidar sus ojos, olvidar cada detalle, era hermosa, es hermosa, y es inevitable no enamorarte al verla, y ella es tan práctica y sencilla que eso te encanta mas, y te atrapa y te envuelve, hasta dejarte ciego y a sus pies, así era ella, una hermosa paradoja que te cautivas al verla, ver los mechones de su cabello cubrir su rostro, ver su sonrisa, y cuando habla no sabes si concentrarse en sus palabras o en ella, te pierdes, y eso no es ni la cuarta parte de lo que aquella chica puede hacer en ti. Y ahí estaba yo, sentada en un pupitre de su salón, la tenia de frente, y no dejaba de agarrar sus manos, las cual estaban frías debido al aire acondicionado de su salón, seguía siendo ella, la misma chica que me cautivo en aquellas gradas, sin conocerla, volvía a sentir ese respiro de tranquilidad, la necesitaba, la necesito, tenerla a mi lado, abrazarla y contemplarla, por que solo ella sabia como me sentía y como anhelaba sus abrazos, como pedía sus miradas, como la necesitaba a ella, simplemente sentía que nuestras almas volvían a encajar, era como si todo lo malo nunca hubiese pasado, como si no existiese nada ni nadie para separarnos, y me sentía feliz a su lado, ella era toda una utopía llena de euforia, era mi rayito.