Capítulo Trece

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Capítulo trece.









Victoria.


Habían pasado dos días desde que no sabemos nada de Damian, y estaba que colapsada de los nervios. Quería saber que le había pasado y porqué se había ido de aquella manera tan abrupta de la discoteca.

Estabas con su amigo, estúpida.

Matthew sólo me invitó eso no quería decir que estaba con él, además de qué por primera vez en más de un mes me sentí bien, hermosa y cuidada.

Matthew era un caballero con todo y sus letras, no podía quejarme. Y aunque no estaba segura de querer salir a club por lo que estaba pasando mi mamá fui fue por que tanto Kass como Tyler me lo habían pedido.

Que gran error...

Después de lo que pasó ese día todos estábamos tensos, incluso puedo decir que ninguno disfrutó la fiesta como debería.

Lo llamé, por la insistencia que tenían los chicos hacia mi, pero como hizo con las llamadas anteriores no respondió.

Él tráfico estaba muy atareado, pero eso no me impidió pasar entre los pequeños espacios que dejaban entre sí. Iba muy apudara la y para rematar era un lunes.

Maldito lunes.

Y para rematar pensando en Damian y que no me respondió. Nada, ni un maldito mensaje. Tenía los nervios de punta. Y quería llorar, en cualquiera de los caso, no sabíamos nada de él y mucho menos de su acompañante.

Hasta Denisse tenía los nervios de punta, y sin comentar que ha pasado todo estos días con Kass y conmigo junto a Karl. Sí, la enfermera. Terminó siendo una gra amiga

Llegué a las puertas del hotel Fourgue Lion, sólo se que nunca en mi sano juicio entraría a algún hotel como ese. No porque sea malo, sino porque me sacarían un ojo de la cara.

Y a mi me gustan mis ojos. Mi teléfono sonó y conteste rápidamente.  Puede que sea él.

—¿Aló?

—¿Señorita? Llevo como 15 minutos esperándola. Y la verdad no creo poder seguir esperándola aquí— suspiré perdiendo toda la esperanza de que fuera Damian, caminé aún más rápido hasta quedar frente la puerta del hotel y entre.

—Ya estoy adentro Andrew, puede acercarse e iremos juntos al restaurante.— escuche un seco "Sí" después de que colgara. Rodé los ojos, me estresaba todo esto.

Al entrar al hotel, me tropecé con varias personas que vanian saliendo. No estaba acostumbrada a ese tipo de ritmos.

Recogí mi abrigo que había terminado en el piso. Y de paso un estúpido marginal estaba pisandolo.

—¿Eres ciego o qué? Imbécil.— jale haciendo que se rasgara por un lado, que sabía que si lo cocía estaría arruinado. Es más ya quedó arruinando... Gruñí molesta, y levante la mirada a la persona que lo había pisado.

CRUEL |Libro 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora