Capítulo Catorce.

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Capítulo Catorce.





Victoria.

—Kass—la llamé, ella voltio a verme, le sonreí, y ella a mi. —He tomando una desicion y quiero que que opinas de eso.

Dejo el lápiz en la libreta que tenia en la mesa.

—Cuéntame, te escucho—puso los hombros en la mesa y con sus manos sujetó su rostro.

Solté el aire que tenía. No sabía cómo lo iba a tomar ella. Y más porque, podía que pensara mal.

Seguro pensara que la dejaré sola con todo esto. Pero, necesitaba hacerlo.

—Me iré a estudiar a Miami.— cerré los ojos, esperando su regaño o golpe. O algún grito de molestia. Pero esperaba algo.

Después de unos minutos sin recibir respuesta de nada abrí los ojos encontrándome con los de ella. Muy sorprendida.

—¿Y bien? ¿No dirás nada?

—¿porqué? No puedes irte Victoria. —frunció el ceño, y se cruzo de brazos. — No puedes irte ahora y dejar todo así. Eso lo hacen los cobardes.

Sabía que lo tomaría así, conozco tanto a Kass, pero me molesta aún más qué ella no me entienda a mi.

—No te estoy diciendo que me iré justo ahorita Kass. —ahora la que funcio el ceño fui yo—solo te estaba comentando lo que quería hacer con mi vida. No lo haré ahorita porque se que mi mamá acaba de salir del hospital. Pero en unas semanas lo haré. Y lo siento si no estas conforme con eso, pero no puedo seguir dejando que mi vida se base en lo que quieran las demás personas y no en lo que yo deseé. No puedo.

—¿Y tú piensas que yo estoy viviendo mi vida plenamente? ¡Claro que no! Veo como todo se desmorona en mis narices Victoria. Y ayudo a los demás pero ninguno pregunta como me siento o como va mi Vida. ¡Ni siquera tú! ¿Hablas de entendimiento? Yo también sufrí por lo de tu padre, tu madre y aún más por lo de Damian. Lo viví todo en carne propia igual que tú! — a medida que hablaba alzó la voz. Haciendo que yo me molestara aún más.

—¡Nosotros no te pedimos que arruinará tu vida, con la nuestras Kassandra! ¡Tú lo hiciste porque quisiste! ¡Pudiste quedarte con tus malditos padres, y vivir aún más un infierno, eres una maldita desagradecida si no te preocuparas! —le grité, y me arrepentí de inmediato.—Yo... Kass...

Ella sólo negó, me miró y pude ver en sus ojos tristeza. Había soltado unas cuantas lágrimas. Tomó su bolso.

A lo lejos se escucho que abrían la puerta.

—¡Estoy aquí nenas! Y traje mucha comida chatarra y helado para comer como morsas!—Gritó Louis llegando hasta nosotras. El cual se detuvo en la entrada de la sala al sentir la tensión.—¿Paso algo?

—Algún día te darás cuenta qué, la que está haciendo las cosas mal eres tú.—se giró y salió de la habitación.

—¿Kass?— la llamó Louis. Saliendo detrás de ella.

—Ahora no Louis —se escuchó a lo lejos, y luego un portazo.

Me senté en el sofá y pasé mis manos por el rostro. Había sido una mala amiga, la había arruinado. No podía creer lo cruel que había sido con Kass. Ella no merecía esta.

CRUEL |Libro 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora