08.

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En el asiento del copiloto reposaba un ramo de tulipanes rojos.

Las flores favoritas de Shion.

A Neji le había tomado días hacer todo aquello pero no por falta de valor ni de ganas, pues en realidad esas dos cosas le sobraban, sino más bien, era que estaba intentando aplazar el rechazo que él se imaginaba por parte de Shion. Logrando así, que el hueco entre ellos se agrandara, y es que, Neji claro podía escuchar el golpe seco de la puerta a una distancia escasa de su cara y de su rígido cuerpo, sin darle la oportunidad de disculparse, que era lo que más le importaba.

Sin embargo, ya estaba en camino, totalmente decidido y con un deseo enorme de que la situación entre ellos se prestara a pesar de sus horribles palabras y acciones. Quería que hubiese un cambio positivo en sus vidas, no sólo en la suya, porque ambos lo necesitaban. Necesitaban un adiós decente.

Al llegar a su departamento y llamar a su puerta, Neji se sintió descolocado. Era la primera vez después de muchísimo tiempo en el que se iba a encontrar con Shion en un modo completamente distinto a los anteriores después de haber descubierto su infidelidad. Esa era una razón de sobra para sentirse así de inquieto, completamente desencajado, como si fuese una pieza incorrecta en un rompecabezas que evidentemente no era el suyo. Ahí parado, esperando una señal que le dijera que la chica sí se encontraba en su casa, se dio cuenta de la incomodidad tan profunda que lo abrazaba, y no entendió cómo es que sintiéndose así pudo haberlo aguantado por tanto tiempo.

Ese ya no era su lugar y se había aferrado a él como un niño. Un niño muy chiflado.

La puerta se abrió después de unos segundos y el rostro de Shion dibujó una mueca de sorpresa de inmediato. La rubia se quedó estática, como una gran roca que si dejabas caer desde lo más alto podía romperse en pedacitos. No se esperaba en lo absoluto que Neji fuera a verla después de días sin contactarse y encima que cargara con ese detalle que sostenía con su mano derecha al costado de su pierna.

Neji trató de mantenerse sereno aunque la verdad era que también estaba sorprendido de que la chica sí estuviera en su casa en el momento oportuno. Entonces con un tono cordial y tan tranquilo que no se lo creyó ninguno de los dos, le dijo:

—¿Tienes un momento? Me gustaría hablar contigo. Sólo si tú me lo permites.

Shion quiso pellizcarse, todo le parecía un sueño, una mentira. Neji estaba siendo amable con ella, no había ni una sola pizca de recelo en su voz, tampoco parecía hacer las cosas con molestia como si estuviera harto como en cada ocasión que se veían. Neji se estaba comportando diferente y por unos breves segundos le pareció ver al Neji de dieciséis años. Recordar a su viejo mejor amigo la hizo sentirse vulnerable, melancólica, y con la voz entrecortada lo invitó a pasar.

—Son para ti —Neji le tendió el ramo una vez se dirigieron a la sala de estar. Shion lo tomó con más torpeza de la que le hubiera gustado.— Espero que sigan siendo tus favoritas.

—L-lo son —Shion titubeó, abrazando los tulipanes sin dejar de verlos. Todavía sintiéndose sensible.— Iré a ponerlos en agua, ¿Quieres... quieres algo de beber?

Neji negó con la cabeza. —Estoy bien, gracias.

El castaño comprendió que si Shion no se estaba mostrando a la defensiva con él, que si no había sido grosera, era porque él tampoco lo había sido. Esa había sido una de las prioridades que él se había impuesto antes de ir a verla, quería que se notara, y muy claramente, que sus intenciones eran completamente diferentes a las de arruinarse como siempre hacían cada vez que se veían.

Shion se retiró a la cocina en busca de un florero. Su corazón confundido comenzaba a acelerarse, sus manos temblorosas no pudieron sostener bien el peso del florero y casi se le resbala de sus delgadas manos antes de llenarlo con agua. Tenía un presentimiento pero no distinguía si era bueno o malo. Hizo las cosas con calma y bebió un poco de agua antes de regresar con Neji. Empezaba a sentirse nerviosa.

DEBE DE SER AMOR. 『NEJITEN』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora