El camino que debían recorrer para llegar a la casa de Fuu fue silencioso.
Ella iba en el asiento trasero con los ojos cerrados y con la cabeza recargada sobre la ventana para poder bajar el vidrio y sacar esa extremidad en caso de querer vomitar otra vez. Sus guardianes, sentados en los asientos de adelante del auto, callados.
Neji no quería hablar.
Un ambiente de incomodidad se había instalado entre él y Tenten desde que ella se había acercado a encontrarlos en el estacionamiento con la billetera y la cuenta pagada. Evidentemente estaba molesta, porque aunque no lo decía, su ceño fruncido y la brusquedad con la que había hecho las cosas la delataban, y Neji la entendía.
Había sido un momento íntimo, uno que sabían que se daba de cuanto en cuanto, y lo había echado a perder. Pero aunque sus ganas por querer estar a solas con Tenten eran grandes, Fuu seguía siendo su amiga y dadas las circunstancias de que ella era todavía nueva en Tokio, no había querido que estuviera sola cuando él estaba ahí. Definitivamente no iba a ignorarla, Neji ya no era ese tipo de amigo y mucho menos ese tipo de persona.
Una parte de él sentía que había hecho bien, mientras que la otra se sentía mal por haber desperdiciado la oportunidad de haber conocido de una mejor manera a la castaña.
Mientras Neji pensaba en una manera de enmendarlo. Tenten estaba intentando calmar su enojo pero parecía que estaba hecho un nudo entre sus brazos que mantenía cruzados sobre su pecho.
No le enfadaba el hecho de haber tenido que compartir mesa con Fuu porque la mujer no le desagradaba aunque no tuvieran química, pero sí le molestaba el hecho de que, se había sentido ella misma como la tercera persona en esa mesa cuando en realidad había sido la primera o la segunda, menos la última. Tenten había sido quien había citado a Neji, sin embargo, había parecido como que ella ahí estorbaba y eso no le había gustado.
De alguna manera, le había parecido un poco grosero de parte de Fuu, porque sabía bien que Neji había intentado agregarla a las conversaciones que la morena sacaba al aire, pero simplemente Fuu no había cedido, aún cuando Neji, por momentos, la miraba con algo de inconformidad, ella no lo había captado.
Fuera cual fuera la razón de ello, lo hecho, hecho estaba, debía reconocerlo. Las cosas se habían dado de esa manera y ya no había nada que se pudiera hacer. Tenten tenía que entender las situaciones por mucho que le disgustaran y tolerarlas.
Al llegar a la mansión de la familia de Fuu, Tenten sorprendida por la inmensa propiedad que había delante de sus ojos, se encaminó a llamar por el timbre inalámbrico, esperando que alguno de los padres de la mujer o algún empleado tal vez, saliera a encontrarla. Unos minutos después, salió el señor de la casa, apenado, se disculpó con ambos jóvenes y les agradeció invitándolos a pasar para que tomaran algo.
Neji se adelantó, leyendo el pensamiento de Tenten y rechazó la invitación, excusándose con que estaban cansados. Al final, la amabilidad y el rostro bochornoso del señor, habían emblandecido a Tenten y su enojo había logrado disminuir considerablemente.
Al menos la cosa ya había acabado, pensó.
Sin embargo, no lo hizo.
—¿Tienes sueño? —quiso saber Neji, carraspeando, como quien tanteaba el terreno, una vez que había echado el carro a andar.
Tenten chasqueó la lengua y se encogió a su costado, mirando hacia el frente sin mucha importancia.
—No —fue honesta.— ¿Sabes la dirección a mi casa? —agregó luego de unos segundos, al ver que Neji no había dicho nada más y seguían moviéndose sin un rumbo fijo.
—¿Tendrías algún inconveniente si vamos a otro sitio antes de llevarte a tu casa?
Neji mantenía una mano sobre el volante, mientras la otra descansaba al costado de su asiento. Su rostro sereno y su vista sin despegarse del camino y aquella cuestión, hicieron que Tenten se extrañara.
—No, ¿a dónde quieres ir? —dijo luego de unos segundos, quizás la pregunta que debió haber hecho era si Neji tenía algo qué hacer, no obstante, el castaño respondió apacible:
—No sé, pero no te asustes, estarás bien.
Tenten alzó sus comisuras con diversión. Una vocecilla en su cabeza respondió: "Contigo siento varias cosas, menos miedo." Y le aterró ese simple e inofensivo pensamiento. Aclarando su garganta, terminó por asentir en caso de que Neji la viera por el rabillo del ojo, y más rápido que una estrella fugaz cruzando el cielo, se preguntó así misma por qué no le había pedido mejor que la llevara a su casa, en cambio, ninguna respuesta llegó.
Quiso pedirle a Neji su autorización en algún momento para colocar música, pero el ambiente entre ellos ya no era tenso, así que lo dejó de esa manera. Un momento después, se dio cuenta de que había sido la mejor decisión que había hecho en esa cita, pues lo que pasó a continuación, aleteó su pequeño corazón.
Neji había bajado las ventanas delanteras para que el ligero viento fresco que hacía los refrescara, a Tenten eso le vino de maravilla. Recargando su mejilla sobre la puerta, miró con detenimiento los faroles de las calles y los árboles con retoños de verano. Era ya media noche y confirmó que era ese evento uno de sus favoritos en la vida.
La media noche te hacía vulnerable en ocasiones pero era hermosa, el cielo azul marino completamente estrellado valía el verte expuesto. Tenten sacó las puntas de sus dedos para que la corriente los rozara mientras fluían y eso la hizo esbozar una sonrisa inocente.
Neji sonrió complacido al ver esa escena, completamente seguro de que su cabeza la estaba grabando para no olvidarla. Esa tranquilidad y la compañía de Tenten lo regocijaban.
Unos cinco minutos más tarde, Neji estacionó su auto frente a un parque solitario y rodeó su vehículo para ser él quien le abriera la puerta a Tenten, la mujer, pensando que no era manca, se lo agradeció de todos modos, porque así era él en todo momento.
Cuando miró a su alrededor reconoció que estaban en el Distrito de Roppongi Hills y supo que las intenciones de Neji eran subir a la Torre Mori que justamente podía regalarles una vista arrolladora para rememorar. Los dos caminaron un poco más, uno al lado del otro, hasta que se vieron así mismos en la cima.
Neji no lo sabía, pero Tenten ya lo había disculpado al tenerlo un rato más para ella sola haciéndole compañía con una madrugada y una vista así. Ese momento se tituló como especial.
—Lamento lo que pasó hace rato, Tenten —Neji sonaba sincero mientras intentaba buscar la mirada achocolatada de la castaña, Tenten apretó una sonrisilla.
No necesitó decir más y ciertamente el siguiente acto ninguno de los dos se lo esperó, pues inconscientemente Tenten había colocado su mano encima de la de Neji sobre el barandal. Para ambos no pudo pasar desapercibido y aunque podían sentir el estupor y su cuerpo reaccionar a esa pequeña acción, nadie se movió.
Durante ese instante en que sus manos pudieron sentir la piel ajena, tampoco agregaron nada pero sus ojos dijeron todo.
Inesperadamente, se habían quedado así un breve momento, pero cuando se acabó, nada entre ellos cambió. La sorpresa se esfumó y la incomodidad nunca tuvo cabida.
Rápido suplieron el momento hablando sobre cosas sin mucha importancia, pero siempre disfrutando de la compañía que tenían, hasta pasadas unas horas entre charlas fue que decidieron ir cada uno a su casa.
Cuando Neji y Tenten se encaminaron nuevamente hacia el auto, Neji volvió a abrir la puerta del copiloto para que la castaña subiera, Tenten le agradeció con un pequeño asentimiento de cabeza y se dispuso a abrocharse el cinturón de seguridad una vez dentro.
Ni siquiera notó que Neji había demorado más de lo esperado en rodear su coche, pero lo supo hasta que él le tendió una pequeña flor de color morado.
Era una flor de Asagao, perfecta para acompañar sus sentimientos, pues aunque podía significarse "amor breve" también significaba "vínculo de amor" el mismo que, todavía sin poder reconocer, comenzaba a surgir entre ellos.
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DEBE DE SER AMOR. 『NEJITEN』
FanficTenten ha sido engañada por su novio y recibe ayuda de quien menos imaginó. En un punto comienza a darse cuenta de que lo que siente por Neji debe de ser amor. Los personajes utilizados pertenecen a Masashi Kishimoto. ADVERTENCIA: Las personalidade...