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No era su obligación quedarse después de su hora de salida, de hecho, en esas dos semanas que llevaba en el bufete era muy puntual con su hora de entrada y por ende con la de salida, pero algo dentro de ella la mantenía en ese lugar esperando el regreso del Licenciado que la tenía a su cargo, aunque no fuera su deber.

Hacía dos semanas había hecho una entrevista para un puesto de asistente legal en uno de los mejores bufetes de Abogados de Tokio, Tenten había sentido en ese momento que la suerte estaba jugando de su lado, pues el Licenciado que ahora la instruía y con el que compartía oficina, le había dicho que el puesto era de ella si verdaderamente lo quería con a penas haberla visto y haberse presentado a él. Su razón para haber tomado una decisión que a Tenten en el momento le pareció precipitada, fue que en realidad él ya había leído el formulario y otros formatos que ella llenó en el momento en que agendó una cita para la entrevista, y que por obvias razones, no le hacía faltar volver a leer su currículo, ni ver las recomendaciones laborales o personales que llevaba con ella ni mucho menos, pues Tenten era exactamente lo que él estaba buscando.

En esas dos semanas Tenten sintió que estaba aprendiendo mucho más que en cinco años de Carrera encerrada en una aula y eso la hacía sentir competente, suficiente para ganarse un lugar en el mundo como la Abogada que sería, y sobre todo, se sentía completa con su vida y a gusto con el ritmo que estaba llevando. Le había resultado cierto eso de que mientras más ocupada estuviera menos tiempo pasaría pensando en tonterías, porque una mente ocupada jamás tenía tiempo para pensar en corazones rotos por causas como... Esa.

Diez días le habían bastado para comenzar a afianzar la relación que tenía con el Licenciado, Tenten confiaba muchísimo en él y cada vez que lo miraba no podía sentir nada más que no fuera admiración hacia él, por su organización y lo mucho que sabía. Ese hombre dejaba ver en su atuendo y en su joven rostro que los años que tenía los había vivido bastante bien como para haber albergado todo lo que pudo aprender en sus años de estudiante y en los que llevaba ejerciendo, y era aún más admirable que siguiera preparándose día con día para jamás quedarse atrás, para Tenten, el licenciado era la personificación de trabajo duro y profesionalismo, y ella quería llegar a inspirar igual que él pero a su manera. De la misma manera, él dejaba ver a través de sus acciones que confiaba en Tenten, en sus capacidades, en su educación, en sus destrezas y su inteligencia, sabía que llegaría a ser una grande por todas las cualidades que ella llevaba consigo, precisamente por eso la había elegido.

Había tardado como mucho unos quince minutos en lo que buscaba alguna comida que le pareciera adecuada y deliciosa, su madre había llamado por la tarde preguntando por él y la señora había sentido confianza al decirle a Tenten que le preocupaba debido a que estaba pasando por una anemia que a la que difícilmente él mismo le prestaba atención. Tenten debió suponer que con los días cargados que a veces tenía, se olvidaba de comer a sus horas y las raciones indicadas también, había llegado ella temprano por la mañana y ni siquiera habían podido saludarse debidamente, estaban por ser las ocho con treinta minutos y él no había aparecido aún. Tomarse el atrevimiento de comprar un poco de comida para cuando llegase, porque tenía que llegar sí o sí, no le pareció mala idea.

Estaba por tocar la puerta de madera cuando escuchó un saludo bastante amigable a sus espaldas:

—Buenas noches, Tenten-san —la saludó el licenciado. Tenten volteó a verlo con una pequeña sonrisa e inclinó ligeramente su cabeza hacia él en modo de respeto, el moreno la imitó.— ¿Qué estás haciendo aquí? Tu salida es a las cinco de la tarde.

—Buenas noches, Itachi-san —correspondió el saludo Tenten antes de responder a su pregunta.— La Doctora Mikoto habló a la oficina en la tarde y me dijo que usted salió sin haber desayunado correctamente en la mañana, así que como supuse que tampoco comió nada, decidí comprarle algo de cenar para que no deje pasar más tiempo.

DEBE DE SER AMOR. 『NEJITEN』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora