17.

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Aquellos besos no habían sido un sueño.

Verdaderamente su lengua se había deslizado por su boca para conocerla. Su mano grande y fuerte realmente había acariciado su rostro y su cabello.

¿Cómo podía olvidarlo, o haber sido la pasada noche solamente un sueño?

No engañaba a nadie, Tenten supo que a primera hora, cuando abriera sus ojos, eso sería lo único que llegaría a su cabeza. No podía sentirse más feliz al respecto. Mientras tocaba sus labios, como un ensueño, la pantalla de su celular se encendió.

Lo único que había podido escuchar, porque los nervios que había comenzado a sentir sólo le habían permitido responder con un divertido "hola", era que Neji estaría ahí en una media hora aproximadamente y que llevaba consigo el desayuno, para que ambos lo compartieran antes de empezar con sus labores del día.

Tenten había decidido tomar una ducha rápidamente, y, atacada por los nervios, ni siquiera había atado bien su blusa por detrás de su cintura.

Después de que había reconocido sus sentimientos por Neji, todo absolutamente de ella y su imagen le importaban, que si esto, que si lo otro, era como si no pudiera aceptar que Neji la viera desde una perspectiva diferente a la actual. No era tampoco que quisiera que Neji viera a alguien que no existía, pero si podía mejorar cualquier cosa de ella, para gustarle más, Tenten quería hacerlo, no porque se sintiese forzada, sino porque de verdad quería hacerlo... Era inexplicable incluso para ella.

Sentía que, si Neji se paraba delante de ella y le pedía que le bajase una estrella del cielo, Tenten sería capaz de...

—¡Ya voy! —gritó, apenas escuchó el timbre resonar en la casa.

Del otro lado de la puerta la esperaba Neji, sosteniendo dos bolsas de papel y un reposa vasos de cartón en sus manos. Tenten lo saludó, invitándolo a pasar.

Fueron los primeros segundos en los que, presa de los nervios nuevamente, no supo qué decir, ni qué hacer, ni siquiera cómo pararse. Neji lo notó, así que la tomó suavemente por los hombros y buscó su mirada, Tenten no pudo sostenérsela por mucho tiempo, cuando avergonzada la desvió y Neji se rio.

—No deberías sentirte así de nerviosa —le dijo en un tono acaramelado. Tenten trató de mirarlo a los ojos, pero volvió a fallar.— Ya, ¿Tenten? Está bien, sé que probablemente debí de haberte dado un tiempo para que pensaras en lo que pasó ayer, pero la verdad es que actúe, tal vez muy egoísta, y no pude esperar a verte otra vez.

Tenten haciendo un intento por mirar su rostro y no directamente a sus ojos perlados, quiso hablar pero Neji la interrumpió:

—Si quieres de verdad estar sola para pensar en lo que pasó puedo irme, puedo hacerlo ahora, sólo que, primero tengo que dejarte las cosas claras.

No había nada que pensar por su parte, Tenten también tenía las cosas claras, pero ahora, impulsada por las ganas de querer escuchar lo que aquellos besos se habían significado para Neji, se mantuvo en silencio. Era, pensándolo bien, ridículo que ella estuviese así de nerviosa, como si ayer por la noche no se hubiese besado con Neji en cada semáforo que brilló en luz roja y todavía frente a su casa antes de meterse a dormir. Aun así, le sacó provecho a su reacción.

—Ayer, me dejé llevar por el deseo que tenía por besarte —comenzó Neji casualmente, como si aquella confesión que empezaba así, aunada al recuerdo, no causara estragos en Tenten.— Fui precipitado y tonto, como un adolescente primerizo y no tengo excusas. No sólo no te hablé de mis sentimientos, ni dejé que tú me hablaras sobre los tuyos, sino que, simplemente me arriesgué, sin que tú me hubieses otorgado tu consentimiento, y por ello te debo una sincera disculpa; debí primero haber hablado y después actuado, si me lo permitías, e hice todo al revés... Lo lamento.

Tenten que había intercalado su mirada entre la mirada color perla de Neji y sus manos, que, en medio de su confesión, habían buscado las suyas, finalmente pudo mantenerla en los ojos ajenos. La castaña le sonrió, aprobando sus disculpas y antes de que pudiera hablar, Neji agregó:

—Pero no me arrepiento de lo que hice. Hubiese deseado haber sido más sensato, sí, pero no me arrepiento de haberte besado.

Si el corazón de Tenten había saltado arrítmicamente contra su pecho por los nervios, ahora lo hacía tranquilamente y por la felicidad que sentía. Sinceramente dijo:

—Yo tampoco me arrepiento del cómo surgieron las cosas, y para ser completamente honesta, no lo cambiaría.

Neji sonrió, sus labios dibujaron una sonrisa amplia, satisfecha por lo que había escuchado. Tenten abochornada por sus palabras y por aquella sonrisa tan sincera, terminó abrazando al castaño y enterrando su rostro en su pecho.

—Entonces puedo suponer que lo que yo siento por ti, es lo mismo que sientes por mí.

Sin querer perderse la oportunidad de escucharlo de su boca, Tenten preguntó, fingiendo inocencia:

—¿Qué es lo que sientes por mí?

—Amor —respondió Neji, inmediatamente. Pasando su mano por su castaño cabello húmedo.— Y muchas otras cosas que me gustaría reservarme por el momento para que tú las vayas descubriendo.

Tenten apartó su rostro del pecho de Neji y poniendo unos centímetros de distancia entre ellos, lo miró a los ojos sin que ambos se soltasen.

—Lo que yo siento por ti también es amor.

Con el consentimiento implícito detrás de sus confesiones, Neji se animó a acunar el rostro de Tenten en su mano y despacio acercó su rostro al de ella. Tenten cerró sus ojos, abriendo ligeramente sus labios, dejando que Neji rozara su nariz con la suya y después recibió su boca, empezando ambos un beso lento.

Al apartarse, después de que su respiración se hiciera pesada, Neji suspiró.

—Quiero cortejarte, Tenten —le dijo, acariciando su mejilla.— Y me refiero a que, no quiero pedirte ya mismo que seas mi novia, quiero primero que ambos disfrutemos esta etapa donde sé que me quieres y quieres estar conmigo, y donde sabes que yo también deseo estar contigo porque te quiero. Sin embargo, tienes mi promesa de que, no importa el tiempo que nos lleve, te voy a pedir que hagamos esto oficial y que lo formalicemos.

Tenten tomó a Neji del rostro y en un gesto de afirmación lo besó en los labios.

—Hay que dejarnos fluir con el tiempo —aceptó, y abrazando ligeramente su cuello, volvieron a besarse.


¡Vuelvo! Después de bastantito tiempo, verdad. Y con un capítulo que es corto pero conciso. Como bien se darán cuenta, esta historia no tiene más trama que seguir, por lo que, me alegra muchísimo anunciarles que este es el penúltimo capítulo. Traeré conmigo unos cortos, que aún no tengo claros cuantos serán, y después el capítulo final.

Agradezco mucho que me hayan acompañado leyendo y que hayan seguido esperando la actualización de esta historia aún con mis cortes de inspiración.
¡Nos leeremos nuevamente! :) 

DEBE DE SER AMOR. 『NEJITEN』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora