Mi debilidad (saga crepúsculo 4)

1. Una boda de ensueño

En cuanto pise Forks lo primero que hice fue ir a la reserva, necesitaba ver a Leah y a Seth.  Ellos no tenían ni idea  de que estaba allí así que sería toda una sorpresa. Llame a la puerta a la espera de que alguien abriese. Podía ser que no hubiese nadie, me arriesgaba a eso. Pero todas las dudas se esfumaron cuando se abrió la puerta, allí estaba Leah. Se quedó de piedra mirándome, con los ojos abiertos. Sonreí y extendí los brazos para abrazarla. 

Me abrazo tan fuerte que si no fuese por mi don creo que me hubiera roto algún hueso.

-¡Estás aquí! Pero... ¿cuando has llegado? -dijo Leah confusa.

-Acabo de llegar, ya sabes... la boda de Bella...

-Ah... eso... -dijo ella rodando los ojos - Jacob no esta muy contento, es un dolor de cabeza constante.

Me reí por lo bajo, solo de imaginar a toda la manada escuchando de los amoríos de Jacob. 

-Bueno, ¿no me vas a dejar pasar? -pregunte en la puerta. 

Leah se hizo a un lado mientras me adentraba en la casa. 

-Se me hace raro que estés aquí... Te fuiste... todo el verano. Por un momento pensé que no te volvería a ver.

A pesar de que dijo aquello como si nada, noté tristeza en su voz que disimulo dirigiéndose a la cocina. Aquello me hizo pensar. Era cierto que me fui y no avise el tiempo que estaría fuera. No era consciente de que Leah me echaría de menos, al menos no tanto. La seguí hasta la cocina.

-Lo siento Leah, supongo que mis vacaciones se alargaron más de lo que esperaba. Pero ahora estoy aquí, dispuesta a pasar todo el día contigo y con Seth... por cierto, ¿donde esta? 

Ella me miró de mejor humor.

-Seth está durmiendo arriba -dijo Leah con una sonrisa.

-Genial, voy a despertarlo.

-Espera, eso tengo que grabarlo -dijo ella sacando el móvil.

El gran día llegó, en cuanto los primeros rayos de sol salieron me desperté incapaz de dormir de nuevo. Sin embargo, me sentía bien. Me duche y me vestí de manera sencilla antes de ir a casa de los Cullen. Deje una nota para Leah, si ella deseaba estaba invitada a la boda como mi acompañante, sin compromisos.

Llegué en la moto hasta el hogar de los Cullen que ya estaba decorado para el gran día.

-Me sorprende verte aquí tan temprano -dijo Rosalie en la puerta.

-Vengo a ayudar en lo que pueda. -aunque la verdad no creía que fuera necesario, todo estaba listo.

Podía ver en el rostro de Rosalie un poco de incomodidad, lo cierto es que con Bella no habían empezado con buen pie, pero eso no significa que deba ser así eternamente. 

-Rosalie, puede ser que me meta donde no me llaman, pero deberías sincerarte con Bella quizá así te quites un peso de encima. 

Alice gritó mi nombre mientras se acercaba rápido hasta quedar frente a mí. Me abrazo. 

-Te necesito. -dijo ella - Tienes que ir a por Bella a su casa mientras yo preparo todo para su llegada, toma -me tendió las llaves de su coche. 

-No te voy a mentir. Lo voy a disfrutar -dije sonriendo. 

Llegue a casa de Bella, ella estaba esperando la llegada de algún Cullen así que se sorprendió al verme. Sonrió para luego entrar en el coche. La verdad es que Bella tenía mala cara, seguro que de los nervios no durmió y no era para menos.