9. Misión: Proteger a Bella.

5.9K 561 31
                                    


Edward llamó a Jasper y Alice, para proteger al bebé y a Bella, aunque hubiera muerto. Aquello no era definitivo, se negaba a pensar eso. Tan solo podía observar preocupada y nerviosa desde la puerta de la casa.

Edward aún llevaba su camisa ensangrentada, me miró y  me hizo un gesto con la cabeza para que entrará en casa. Ni de lejos iba a hacerlo ¿y si me necesitaban?

-Son muchos -dijo Jasper

-Demasiados -dijo Alice viendo a la manada salir de entre los árboles. 

-No van a lastimar a mi familia. -dijo Edward

Los lobos aparecieron de entre los árboles analizandolos, hasta que comenzaron a correr al igual que Edward, Alice y Jasper. Edward agarró del hocico a uno reteniendolo. Jasper intentaba inmovilizar a otro y Alice por su parte esquivaba los ataques. En un momento un lobo la golpeo a Alice y se abalanzo sobre ella. 

Alice gritó, Jasper quiso ayudarla pero estaba en problemas tenía un lobo cortándole el camino. 

No iban a ganar, eran demasiados, tan solo eran tres contra toda una manada. Sentía como mi corazón se oprimía cuando un lobo tumbó a Jasper. ¿De verdad Sam pensaba que aquella era la mejor solución?

Extendí mis manos, sintiendo la energía fluir a través de mi piel. La energía me recorría mostrando unas venas blancas en mi piel. Me concentré cerrando los ojos y cuando los abrí, de mis manos salió una onda de energía tan intensa,... jamás había sacado de mí una onda como aquella. Golpeó a todos y cada unos de los lobos haciendo que retrocedieran varios metros. 

Jasper se giró sorprendido y no era el único. Sonreí con orgullo y camine hacia ellos, sin miedo. Quede la primera, dejando a los tres vampiros detrás mía. Que estuviera embarazada no me hacía débil y se lo iba a demostrar a Sam.

-Gracias Ebonee -dijo Edward.

El lobo negro se acercó hacia mí, no había intenciones de matarme. De hecho no podía hacerlo, pero no pudo avanzar más. Seth y Leah se unieron en su forma lobuna al lado de los vampiros, solo por si acaso. 

Había conseguido visualizar y formar una barrera frente a ellos que les impedía seguir hacía delante. Por suerte en ese momento llegó Carlisle, Esme y Emmett. Toda la familia estaba reunida y lista para luchar, pero no. No habría lucha. 

Envolví la casa como en una burbuja impenetrable. Sam y los demás lobos observaron, y luego me miraron. 

-Hoy no va a ver lucha -dije con seguridad.- Si teneis un problema deberias hablarlo, no comenzar una lucha y romper un tratado que os ha dado paz y unos aliados cuando era necesario. 

 Los lobos chocaban contra el escudo en un intento de acercarse, incapaz de atravesarlo. Aquello relajó visiblemente a los Cullen. Estaba concentrada, manteniendo el escudo mientras los lobos esperaban a que el cansancio hiciera que el escudo bajase. 

Jacob salió de la casa despacio, se transformó en lobo y se acercó hasta quedar a mi lado. 

Sam gruñía, seguramente estaría comunicándose. Jacob enseñaba los dientes, solo cuando paso unos minutos que se hicieron eternos, la manada relajo su postura, al igual que Jacob. 

-Jacob se imprimio. No le haran nada. -dijo Edward.- Para los lobos la imprimación es una ley sagrada. 

Aunque los lobos seguían gruñendo se fueron alejando hasta desaparecer. No había nada que hacer allí. 

-Cariño, ya puedes bajar el escudo -dijo Jasper.

-¿Seguro? -dije desconfiada. Jasper asintió y el escudo se esfumó. 

Esme y Carlisle me miraron con una sonrisa. Ella me abrazo agradeciéndome el haber evitado una pelea. 

Leah se acercó, juntando su hocico a mi pelo, también la abrace. Teníamos una razón para celebrar, como el no haber muerto, por ejemplo.

Sentí algo cálido bajar por mi pierna, despacio. Baje la mirada encontrando mis piernas mojadas, como si me hubiera orinado encima. Como me hubiera orinado, qué vergüenza... Casi mejor que volvieran esos lobos para acabar conmigo.

Pero no era lo que pensaba, no cuando la mirada de Esme se ilumino. 

-Has roto aguas -dijo emocionada.

-Pero no puede ser... -dije pensativa, no me tocaba ese día.

-Es posible que se haya adelantado con todo lo sucedido. ¿Sientes algo? -preguntó Esme.

-Siento presión... -era cierto, no sentía dolor. Al menos de momento. Era más una molestia y presión.

Jasper me tomó del brazo con delicadeza mientras me guía de nuevo a la casa. El resto de la familia se quedó ahí fuera menos Esme y Carlisle. 

Me tumbe en lo que parecía una camilla, mirando el techo e intentando relajarme. 

-Jasper necesito que influyas en ella y la relajes, si está tensa no podrá dar a luz su cuerpo la protegerá y evitará el nacimiento. -explicó Carlisle. 

-No sé si voy a poder... -dijo Jasper viendo la sangre.

Pero no había otro remedio. Jasper aguanto la respiración mientras se esforzaba por controlar mis propias emociones. Era tan difícil... sentía el dolor y mi cuerpo se esforzaba por volverse irrompible, pero luego sentía tranquilidad. Era un vaivén de dolor y paz.

El mismo don que me había protegido de los moretones y huesos rotos (como le ocurría a Bella) ahora no me dejaba dar a luz y se convertía en un problema. 

No se cuanto tiempo estuve, sentía que aquel sufrimiento no iba a terminar nunca. Hasta pensé en morirme allí mismo pero tan solo quería terminar. Mi cuerpo se sentía cansado, me costaba enfocar la vista en algo en concreto. 

El cansancio iba ganando la batalla, sentí mis ojos cerrarse pero seguía escuchando. Pude oír su llanto y luego,... nada.


Mi debilidad (saga crepúsculo 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora