7. Necesidades.

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Ahora la manada sabía que Bella y yo estabamos embarazadas y habían tomado la decisión drástica de matar a Bella. Sabía que también ese hubiera sido mi final de no ser la imprimada de Leah. 

Jacob ahora era un lobo solitario y Seth lo acompañaba al igual que Leah. Era tres lobos contra una manada. Seth pasaba todo el tiempo en casa de los Cullen, para él no era problema relacionarse con ellos. 

Leah por otro lado se turnaba entre su vigilancia  la casa Cullen y su estancia conmigo en la reserva. 

Sue me miraba con lastima y comenzaba a odiar aquella mirada. Mi cuerpo había cambiado un poco. La barriga era más notoria pero ya no perdía peso, de hecho había ganado un poco, aún así sabía que mi destino era el mismo que el de Bella. 


Aquella noche, Leah estaba fuera haciendo su turno. Estaba sentada en el sofá mientras Sue preparaba la cena. Me había preparado un sándwich con un zumo . El sándwich lo devoré en cuestión de segundos, últimamente tenía mucha hambre. También me bebí el zumo.

-Este zumo está muy bueno. ¿Me haces otro?

-Por supuesto. -dijo Sue con una sonrisa mientras agarraba el vaso vacío.

-¿De qué es? Así puedo hacerme uno cuando vuelva a casa de los Cullen .

Sue salió y volvió en cuestión de minutos. 

-¿Si te lo digo prometes no enfadarte? -dijo ella.

Eso me hizo sentir más curiosidad, así que asentí. Nunca podría enfadarme con ella. 

-Es sangre de cerdo, de las últimas matanzas que se hicieron. 

La miré sorprendida y luego miré el vaso de plástico. Con razón siempre me lo servía así para que no viera el contenido. Pero ¿por qué no me resultaba desagradable? Volví a mirar a Sue.

-Claro, tiene sentido. Su padre es un vampiro, es obvio que necesita sangre. ¿Como he podido ser tan tonta? 

-Cariño no te tortures. -dijo Sue con una sonrisa triste- Pero sabes cual será el final ¿no? 

-¿Crees de verdad que voy a morir al dar a luz? 

Sue suspiro. 

-Yo espero que no, pero es lo que podría ocurrir. Resulta que eres más fuerte de lo que todos piensan y eso me da esperanza...

Ojalá. Ojalá Sue tuviera razón. Seguí bebiendo aquel zumo, a pesar de saber lo que era realmente. Me hacía sentir bien y aquello era lo importante. 

-¿Te acompaño a la cama? -preguntó Sue, pero negué. 

-Me quedaré viendo la tele un poco más. 

Sue asintió, me dio un beso en la frente y se alejó a su habitación. No tenía mucho sueño aunque si antojo de hamburguesa. A mitad de la noche con cuidado, fui a la cocina para prepararme una hamburguesa. Sin embargo, al oler la carne se me hizo un olor delicioso.

Definitivamente estaba muy mal de la cabeza. Agarre la carne y sin cocinar la coloque en el plato para comer. No me resultó repulsivo, de hecho me gusto.

Después de mi experimento culinario, me tumbe en el sofá y a lo largo de la noche me dormí.

Sentí algo o mas bien alguien acomodarse a mi lado y de pronto el calor me invadió. Me sentía mejor, sin duda, era un calor agradable. 

-Gracias Leah -susurre.



Al día siguiente, al despertar me sentía sofocada. No me costó averiguar el porqué, Leah estaba tumbada a mi lado y su calor corporal ahora era asfixiante. 

Mi debilidad (saga crepúsculo 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora