Erkenci kus Capítulo 51 (perspectiva de Can)

"LA MARAVILLA DE ESTAR JUNTOS/ Italia (II)"

CAPÍTULO 51 (perspectiva de Can)

Parte 15 "La maravilla de estar juntos"

En Italia... (II)

- ¡Can con cuidado que duele! - trato de sacarla poco a poco, pero Sanem no deja de moverse.

- Sanem esto no funcionará si no te tranquilizas, - le repito- pareces un pez fuera del agua moviéndote y saltando...

- ¡Ash Can esto es tu culpa! - me reclama moviéndose más.

- Sanem fuiste tu quien insistió en intentarlo - trato de mantenerla quieta y sacarla, pero Sanem no deja de brincar y moverse - solo no te muevas y yo me encargaré de todo...

- Aaah ah Can... duele- aprieta los párpados con fuerza haciendo un puchero.

- Espera espera ya la agarré... la sacaré de un tirón... ¡1... 2... 3! - ¡al fin! Saco la enorme astilla que se había quedado atrapada en su mano. Sanem empieza a darse continuos besos en la parte lastimada.

- ¿Estás bien? - le pregunto agarrando su mano entre las mías, se hizo un pequeño corte, pero no era grave.

- Si... ¡no vuelvo a ayudarte! - me río. Prácticamente se subió a mi espalda para que la dejara ayudarme con lo más pesado del barco, pero ahora aquí estaba, recibiendo un regaño por dejarla.

- Ya ya... anda ven, siéntate y recargarte en mi pecho- la jalo para que se siente frente a mí y antes de que hable meto una uva en su boca. Cada vez que intenta quejarse meto una uva o una fresa, es muy divertido, como si quisiera evitar el berrinche de un bebé. - ¿Te gusto Grecia?

- ¡Mucho! ¡Can fue tan hermoso y divertido! - esta casi vibrando de la emoción - los paisajes, la comida y la historia... ¡off! Fueron maravillosos. Ojalá podamos volver algún día...- se recarga en mi hombro y estira sus manos. La imagen de la familia que vimos al llegar vuelve a mi mente, si, ojalá volviéramos algún día.

- Haremos lo posible - contesto besando su mejilla.

- ¿A dónde vamos ahora? - pregunta acariciando mi brazo con sus dedos. Quería sorprender a Sanem con cada visita, así que no le decía exactamente hasta que estábamos cerca o lo descubriera ella sola.

- Mmmm por pasta y vino...- contesto.

- ¡ITALIA! - grita de emoción y se voltea para abrazarme y repartir besos por toda mi cara.

- Sabía que te gustaría - respondo como puedo entre todos los besos.

- ¡Me encanta! Hay tanto que quiero ver, ¿a dónde llegaremos? - pregunta poniéndose de frente, la encierro con mis piernas y me acerco más a ella.

- A Nápoles, de ahí recorreremos varios lugares, visitaremos las tiendas y podemos comprar todos los recuerdos que quieras- sonrío ante eso. Sanem ya llevaba su peso en recuerdos y solo habíamos ido a Grecia.

- ¡Si! - aplaude, toma mis manos y las acaricia suavemente- gracias por hacer esto conmigo...

- No preferiría nada más - contesto dándole un beso en sus labios. Pasamos varios minutos así hasta que se aleja, pone una fresa en mi boca para que la muerda y ella la termina.

- Can... ¡hay que jugar un juego! - me quedo estático parpadeando lentamente.

- ¿Un juego? - pregunto confundido. Todos los juegos que se me ocurren con ella incluyen poca ropa y respiraciones agitadas.

- ¡Si! - se acomoda limpiando sus manos del jugo de las frutas- ¡juguemos verdad o reto!

- Okey...- contesto sin más y ella abre los ojos sorprendida. Era un juego donde ganaba o su sinceridad o su cuerpo desnudo, ambas cosas eran muy buenas. - Tú primero... ¿verdad o reto?