Necesitaba una ducha, ¡una bien fría!
Después del largo baño de agua fría ya por fin me sentía mejor. Había tenido continuas fantasías sobre ella, ¿a quién engañaba? Era hermosa tanto por dentro como por fuera y yo era solo un hombre, pero creo que con esta sí había exagerado y hecho un berrinche interior. Definitivamente Sanem tocaba todos mis botones sensibles bailando en ellos y haciéndome explotar con todo tipo de emociones y sentimientos. Era mejor que saliera a respirar aire fresco, eso siempre ayudaba. Me siento en una de las sillas y me recargo en el respaldo; si llegue a pensar en robarme a Sanem, cargarla sobre mi hombro gritando a todo pulmón que ella era MÍA era un claro indicativo de que lo tenía muy mal por esta chica, estaba hundido más allá de mi cuello.
Y no creo que a Sanem le gustara, la vez que la cargue en mi hombro cuando la robe de la cocina y la lleve a la cabaña en las montañas no dejo de reclamarme que mi hombro de "piedra" la había lastimado y le había abierto un hueco, ay Sanem. Lo que no sabía era que me gustaba cargarla, otra cosa de "macho" diría ella, cada vez que la había cargado ya fuera despierta o dormida me había emocionado como un niño, ¡espera! ¡¿Como sabía que la había cargado antes?!
Una punzada en mis sienes empieza a dolerme y cientos de imágenes danzan en mi cabeza, cierro mis ojos tratando de controlarme, pero es inevitable, cientos de escenas como si fueran de una película están tras mis parpados y me marean con su rapidez. Siento que se me corta la respiración, el dolor de cabeza se hace más fuerte y mis manos empiezan a sudar y al final una sola imagen se queda, no entiendo muy bien la situación, pero ahí está mi ángel, mi hermoso ángel viene a mí para que la bese, la abrace, la proteja y la ame, como ella me ha amado siempre. Yo soy Albatros, ¡yo soy su Albatros!
Abro los ojos de golpe, ¿Qué fue eso? Uff había sido una noche bastante intranquila llena de sueños y recuerdos desordenados, pero en mis lapsos de sueño si había descansado, al fin, era mejor que entrara y me preparara para ver a Sanem. Si, ya necesitaba verla como un adicto, ridículo pero cierto.
Me pondría una playera de tirantes blanca, a Sanem le gustaba verme de blanco, ¡¿cómo sabía yo eso?! ... como sea...
Antes de salir me prepararía un té, hacía mucho que no me preparaba nada porque Mihriban no dejaba de consentirme; tenía la sospecha que me faltaba hacer algo, algo importante, necesitaba sentarme y aclarar mis ideas. Salgo a una de las mesas de afuera, ¿qué es lo que me falta? ¿qué es? ¿qué es? ...
Una imagen me golpea como si viajara de un tobogán oscuro directo a mis ojos: soy yo en el barco rompiendo un fusible y en un arranque de desesperación lo aviento al mar vislumbrando una figura blanca desaparecer en la distancia, ¡uff! Sacudo mi cabeza, siento como si un pesado jarabe comenzara a quitarse ¡duele!
Aparece otra; entro a un lugar oscuro y veo una silueta en forma de reloj de arena, siento un irrefrenable deseo de tomarla y besarla sin descanso, cuando lo hago todo explota, brilla dentro y fuera de mí. ¡aaaah... duele...! sacudo mi cabeza y es como si activara otra escena.
ESTÁS LEYENDO
Erkenci kus Capítulo 51 (perspectiva de Can)
RomanceEl último capítulo de Erkenci kus desde los pensamientos y emociones de Can Divit. Un final diferente para un personaje que demostró tanto más allá de las palabras, un final que me hubiera gustado ver para una historia de amor que traspasaba cualqui...