Familia.

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 Capítulo 23: Familia.

POV Twilia.

Me dormí cargada de alegría y adrenalina corriendo por mis venas, con el pensamiento del corto beso de Wilhem en mi mente. Desperté con la voz de Sofía llamándome y el sol en el rostro.

-Espero que haya dormido bien señorita Twilia. –dijo amablemente Sofía.

-Dormí como un Ángel. Me siento… renovada.

-Es bueno escuchar eso señorita, hoy tendrá su entrenamiento más tarde. El rey me dijo que le pregunte si hoy desea bajar a desayunar junto a ellos o quiere desayunar en su habitación.

-bajaré a desayunar con ellos Sofía, gracias por preguntar. ¿Qué vestido usaré hoy?

-¿Qué color le gusta? –preguntó ella con una sonrisa.

-el verde, es mi color preferido. Mientras más simple mejor.

Sacó del armario un hermoso vestido verde con mangas sin hombros, un borde de encaje y volados en la falda, para la época sería un vestido simple, aunque para mi sigue siendo ostentoso e innecesariamente grande. Me puso toda la ropa interior que va antes del vestido, terminó de ajustar el corsé y luego empezó a atar los lazos de la espalda de mi vestido.

-¿quiere un peinado alto o bajo?

-como lo desees Sofía, sorpréndeme.

-¿Qué le ha sucedido señorita? Se encuentra muy feliz. –dijo con una sonrisa Sofía. –no es que no me alegre, la verdad es que se encuentra radiante, ha retomado su color y ya no tiene esas ojeras oscuras bajo sus ojos.

-nada Sofía, solo me encuentro feliz… muy feliz. –ella no siguió hablando, solo me peinó y luego de haber terminado me paré y bajamos al comedor, en las posiciones habituales se encontraban los reyes y sus hijos, estaba mi silla al lado de Mathew vacía, el lugar enfrente de mí ya estaba ocupado por Wilhem, al lado de él Allegra y al lado mío Elliot, los instructores no se encontraban ahí como en la cena de anteanoche.

-Buen día señorita Scott ¿Cómo ha amanecido? –preguntó cordialmente el rey.

-Muy bien, hoy es un día radiante ¿no les parece?

-Perfecto. –dijo Wilhem alegremente -. Un día simplemente perfecto.

-¿Qué ha sucedido con ambos? –Dijo Allegra mirándonos sospechosamente –definitivamente deberíamos empezar a desmayar más seguido a Wilhem.

Isabel, Elliot y Mathew rieron levemente, la reina sonrió y el rey pareció alegrarse del chiste. El resto del desayuno transcurrió con conversaciones triviales en las que tuvimos que evadir dos o tres veces los temas que involucraran la evolución por sobre más de doscientos años en el mundo exterior. El entrenamiento también transcurrió bien, ésta vez era en la sala de entrenamiento, un gran salón con piso de madera, grandes dianas en una de las paredes, grandes ventanales cubriendo otra de las paredes, y en la pared del fondo habían colgados todo tipo de cuchillos y espadas, arcos y flechas, cuchillos arrojadizos, dagas y lanzas. Edward aunque más suave que la clase anterior, fue estricto y demandante, tuvo razón respecto a los cuchillos arrojadizos, no soy tan mala. Wilhem estuvo practicando junto a Elidnia con espadas, Hali y Allegra con dagas y cuchillos pequeños pero certeros, Elliot se demostraba con una gran habilidad para el arco y flechas.

Como en la clase anterior, luego de largo rato nos juntamos los cuatro grupos.

-Hoy, queridos alumnitos, practicaremos con sus poderes. –dijo Hali, a la cual ni la palabra “alumnitos” le suavizó el tono. – ¿ven el muñeco que está moviendo Edmund? –nosotros asentimos, era un muñeco de madera, del tamaño de un humano y parecido a un maniquí. Edmund lo había dejado parado a más de quince metros de nosotros. –hoy ese es su objetivo, queremos que usen cualquier faceta de sus poderes para mover o afectar de alguna manera ese muñeco. Puede ser mediante otro objeto, pero no pueden tocar el muñeco ni aproximarse más que la línea blanca que hay delante de ustedes. ¿Quién quiere comenzar?

1-Astoreth: El Imperio de los Mestizos®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora