Bailemos

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Capítulo 24: Bailemos.

Pasado un día desde la llegada del grupo estadounidense a Owryslia, empezaron sus entrenamientos, en ese entonces ninguno de los cuatro fue muy bueno, pero ahora, luego de un mes y medio, los cuatro son luchadores rápidos capaces de pelear, y aunque les queda mucho que aprender, ya saben mucho más de lo esperado por todos.

Todo en el mundo de Twilia y sus amigos está de cabeza, Allegra y Elliot perciben el frio y la ausencia entre Wilhem y Twilia. Wilhem quiere conocer su pasado, Twilia quiere saber que le depara el futuro.

Pero dejando d lado los entrenamientos y las peleas… ¡Se acerca un baile! Y tanto Twilia como sus amigos deberán dejar sus cómodas prendas de entrenamiento para ponerse trajes ostentosos y hermosos, ya que serán en centro de la atención. ¿Quién diría que el pueblo de Astoreth se volvería loco por ellos?

POV Twilia

Un día… solo un día para tener 17, mi padre me hubiera hecho una torta tan asquerosa como todos los años, a la cual terminaríamos tirando y compraríamos una en la pastelería, Thalía iría a mi casa y sería la única que lo haría.

¿Por qué? Porque no he tenido más amigos.

¿Novio? Ni siquiera en sueños, lo más cercano que tuve resultó ser parte de mi familia.

-¡Ah! Estúpida, ¿Cómo puedo ser tan estúpida? –grité mirando al techo.

-Si me permite opinar, no me parece nada estúpida señorita. –dijo la dulce voz femenina de Sofía por la puerta, llevaba unas cajas en las manos.

-Oh, hola Sofía. ¿Sucede algo? –pregunté extrañada por su presencia, ya no viene a vestirme porque hace unas semanas los reyes nos dijeron que debido a nuestra incomodidad en el uso de la ropa del lugar, podríamos usar una ropa parecida a la del entrenamiento, aunque un poco más formal.

-Vine a traerle nuevas prendas, deberá saber usted que mañana es el baile en su honor, y su vestido ya está aquí. Es un regalo, y trae una nota.

-¿De los reyes? –dije más como afirmación que como pregunta, pero claro, luego me sorprendió lo que escuché.

-no, es un regalo de la princesa Isabel y el príncipe Mathew, desean que el vestido sea de su agrado. Descuide señorita, le advertí a la princesa Isabel que no fuera muy ostentoso.

-Gracias Sofía. –dije sinceramente, sentándose con las piernas cruzadas sobre la cama, ella apoyó las cajas arriba de la cama, de la primera (y muy grande) sacó un hermoso vestido de un tono dorado champagne, brillante como satín, pero mucho más hermoso, no demasiado grande, y con una caída de tela en la parte de atrás, lo que le da un poco de volumen, de la caja saqué una nota escrita en papel y con tinta negra.

“Esperamos que el vestido sea de su agrado, y que se amolde a su figura, creemos que lo hará, y también creemos que debe ser la única persona capaz de hacer que se vea más hermoso de lo que es. Cuídelo señorita, era de alguien muy importante para nuestra raza, y casi podemos afirmar que usted también lo será.”

-No tiene nada que agradecerme señorita. Es un bellísimo vestido, pero yo no me metí en la elección de éste,  en realidad fue todo por parte de los príncipes.

-Oh dios, no sé como de los agradeceré.

-Supongo que no debe hacerlo, es un regalo de cumpleaños, y de igual modo iban a darle algún vestido para el baile. Por cierto, también llegó su máscara del baile. –ya había olvidado que es un baile de caretas. Sofía tomó una de las otras cajas, una generosamente más pequeña, dentro hay un antifaz de color dorado opaco, con dibujos en un dorado más claro, un palillo de metal dorado se encuentra en el lado derecho, para sostenerla. Y de ese mismo lado salen tres plumas de color morado con unas rosas de color morado oscuro, simplemente preciosa.

1-Astoreth: El Imperio de los Mestizos®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora