Mariposas Negras

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Okeey aca llego con un nuevo capitulooo espero que les guste mucho (me morí con una parte... se la leia a mi hermana antes incluso de terminarla... y se me borro la mitad del capitulo como dos veces asi que mas les vale disfrutarlo con la lengua, ojos, manos y oidos... si es posible morirse de la ternura(? mentira tampoco para tanto.... Disfruten Queridos..

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 Capitulo 10: Mariposas negras

POV Twilia.

Ya era tarde y me fui a acostar, mañana será el día 4… desde que desperté en este lugar a muchos kilómetros separándome de mi hogar, en ese momento recordé las palabras que dijo Allegra “intentare como pueda ser parte de tu nueva familia”.

Ignoro todo y me acuesto en la cama, esta fría por la falta de una persona, al rato de acostarme me duermo profundamente.

Me encuentro en un campo de tulipanes negros, todos plantados en hileras a los costados de un camino de piedras casi tan negras como las flores que lo rodean, pero por encima de algunas partes de camino crecía una mata de plantas espinosas, a lo lejos se veía una casa de piedra enorme e imponente, ya llegando al dicho lugar habían estatuas grandes a los lados del camino, por un lado seis estatuas de mujeres y por el otro seis estatuas masculinas, la última de las estatuas femeninas era borrosa, tapada por enredaderas igual que la penúltima de los hombres. Pasé corriendo todo hasta la enorme mansión con ventanas antiguas y aspecto victoriano, estaba abandonada y sin el esplendor que seguramente habría tenido hacia años, pero igual era hermosa. En los escalones de la entrada habían dos parejas,  una de ellas se componía por una mujer con el largo pelo de color marrón y una cara contradictoria que se debatía entre amistosa y severa, acompañada de un hombre apenas más alto que ella, con una expresión tan normal que hacía que la belleza antinatural de ella resaltara más, ambos vestidos con una ropa antiguas en tonos de la gama de los grises. La segunda pareja era muy conocida para mí, mis padres. Mi mamá me indicaba que me acercara y la otra mujer, todo me susurra su nombre, Astoreth, pero no veo su rostro… es como si fuera borroso… mi madre me sonreía y me indicaba que me acercara a ellos

A cada paso que avanzaba crecía bosque por atrás mío, dejando tras de sí el campo de oscuros tulipanes y las estatuas imponentes y bellas de mármol. Empecé a correr temiendo que el frondoso bosque me comiera viva entres sus ramas. Cuando al fin llegue al pórtico de la casa Astoreth me tendió una mano y con apenas rozarla todo a mi alrededor se desmaterializó, a mi alrededor vi una escena, en la que me encontraba en mi casa de pequeña, en los brazos de mi madre que reía junto a mí mientras mi padre hacia una terrible actuación en medio de la sala con la chimenea detrás de él dando un aire más hogareño al invierno de la ciudad. De repente una brisa pasó por la casa dando unos escalofríos a mis padres y a la pequeña yo. Mientras tanto Astoreth miraba todo neutral al lado mío. Como si estuviéramos en una obra que representaba ese momento de mi vida, recuerdo esto, pero no el escalofrió, no recuerdo ese aire frio pasando por mi espalda.

Entraron personas en la casa con largas espadas  armas, había una persona a cada lado con un arco y flechas disparándonos directamente, mi madre me tomó en brazos y me paso a mi padre diciéndole queme proteja y que ella los retendría, el negándose argumentando que podía ayudar y que había estudiado mucho de lucha esperando el momento que tarde o temprano pasaría.

-eso es ansia… de poder, y envidia, del poder de los otros – dijo la neutra pero dulce voz de Astoreth que por primera vez “hablaba”. Yo no le conteste.

Empezó la pelea en la que me dijeron que me escondiera, o fui y me metí entre un armario grande y la chimenea, mi madre lanzaba algunos destellos plateados de sus manos y mi padre usaba técnicas de pelea para defenderse, aunque no pudiendo ganar terreno entre esas personas que lo superaban en todas las formas posibles. “¡Luke ve con Twilia… tengo una idea!” decía la hermosa voz de mi madre quebrada por el esfuerzo, y de repente todo se rompió. No la casa, si no los cristales, los tímpanos y una vida, la vida de mi madre se rompió junto a los cristales… ella murió en nuestra salvación, y los pocos atacantes que quedaron clavaron una espada en su pecho a modo de victoria, luego se fueron.

1-Astoreth: El Imperio de los Mestizos®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora